Informe de BofA

La crisis energética obliga a un 'rescate público' de 39.000 millones en Europa

El alza de la electricidad y del gas impactará en el consumidor europeo y los gobiernos se ven obligados a movilizar recursos para compensar este aumento y que no haga descarrilar la recuperación económica.

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La crisis energética obliga a un 'rescate público' de 39.000 millones en Europa

El 'calambrazo' por la crisis energética no se limitará a la factura del precio de la luz y los consumidores sufrirán el impacto de estos elevados precios en el coste de otros productos. Según un informe elaborado por Bank of America (BofA), el incremento del precio mayorista de la electricidad puede llevar la inflación europea hasta el 2,4% este año y reducir el poder adquisitivo de los consumidores en plena recuperación económica tras la crisis del coronavirus. El efecto obliga a los Gobiernos a mover ficha para evitar que el repunte de las economías se vea afectado. El 'rescate público', a través de medidas compensatorias del gasto de los consumidores, ascendería hasta los 39.000 millones de euros

"Una mayor inflación reduce el poder de compra de los consumidores, con el potencial de rebajar el crecimiento del PIB 30 puntos básicos, mayoritariamente en 2022", alerta el banco de inversión. Las estimaciones sitúan la inflación en la eurozona para este año en el 2,4% y se prolongaría un año más al mismo nivel se no se reducen los precios actuales. Esta inflación conlleva un incremento de los precios que desmotivará las compras en pleno repunte de la actividad económica y complica la efectividad de las medidas ya aplicadas por los gobiernos. 

Entre las opciones para evitar la caída del consumo, BofA señala la posible acción de los gobiernos: "Por supuesto, podrían optar por intervenir y compensar a los hogares por la reducción del poder adquisitivo". La espiral alcista provoca la necesidad de nuevas ayudas que se sumarían al plan de choque que ya tiene desplegado la Unión Europea y los países miembros para hacer frente a la pandemia. El desembolso para ofrecer, por ejemplo, bonos no es insignificante. En el peor de los escenarios, podrían ser necesarios entre 35.000 y 39.000 millones de euros de recursos públicos para compensar la presión de los consumidores. El rango más alto representa el 5,2% de los fondos europeos NextGeneration de la Unión Europea. 

Existe un escenario más optimista, que requiere entre 24.000 y 28.000 millones de euros -el 0,2% del PIB europeo de 2019- de transferencias públicas para este año y 2022 para compensar a los hogares por el aumento de las facturas energéticas a partir de ahora. Al margen de cuál sea finalmente el escenario, España aparece entre las más perjudicadas según los análisis de Bank of America. Junto con Italia -destaca el informe-, "resultará más afectada que, por ejemplo, Alemania". 

En los próximos meses, lejos de moderar la subida, el precio de la electricidad continuará en ascenso según las previsiones. "El hecho de que la mayor parte de la oferta esté cubierta ayuda a suavizar los precios al contado actuales, pero crea más persistencia en el tiempo", afirman desde el banco de inversión. Las previsiones plantean dos escenarios, aunque en ambos casos los récords registrados esta semana son solo el punto de partida para lo que queda en septiembre. "Esto significa que los precios mayoristas de la electricidad subirían un 30-40% mensual en septiembre en España, Alemania y Francia, y los precios del gas natural subirían un 30% mensual, posiblemente otro 7% en octubre, antes de corregir a la baja", explica el informe. 

Las cifras actuales solo responden a la fase de aprovisionamiento, pero lo peor llegará en invierno con temperaturas extremas. Según BofA, octubre será el peor mes. No obstante, las consecuencias ya se están empezando a notar. Desde Julius Baer explican que algunas empresas ya han anunciado el cierre parcial de sus operaciones porque que los niveles de precios del gas de hoy hacen que "los procesos de uso intensivo de energía seleccionados no sean competitivos a nivel mundial". En Reino Unido, donde el alza de los precios de la energía está mucho más disparada que en Europa -ha llegado a rozar durante algunas horas los 3.000 euros/MWh- dos plantas de fertilizantes ya han detenido su producción, amenazando con la escasez de dióxido de carbono, del que depende la industria alimentaria.

El precio del gas se dispara un 1.000% desde su mínimo

En medio del alza de los precios de la energía, el gas natural actúa como una pieza clave para el mercado europeo, ya que es la principal fuente de energía que respalda la inestabilidad de las renovables. Los expertos del banco privado suizo Julius Baer explican que "el complejo energético de Europa consiste en mercados de gas, carbón, emisiones y electricidad estrechamente interconectados". Y, añaden, que el mapa energético de Europa es "como un indicador de la fiebre energética mundial".

Su escalada no llega a su fin en Europa y en EEUU su coste es inédito desde hace diez años. Las causas son varias: reactivación económica, mayor demanda gasística en Asia, la transición energética, reducción de los suministros rusos... una tormenta perfecta de circunstancias que desequilibra la demanda y la oferta y ha llegado a disparar el precio del gas cerca de un 1.000% desde su mínimo, registrado en mayo de 2020.

En mayo de 2020 el Title Transfer Facility (TTF) holandés -la referencia en Europa- cotizaba próximo a los 4 euros/MWh, mientras que este viernes se situaba por encima de los 66 euros. El precio de la materia prima en el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) también alcanza un precio similar. Por su parte, en EEUU, pese a que el gas natural está todavía lejos de los máximos registrados en 2008 y 2005, no alcanzaban el nivel actual desde 2009. En su caso, la cotización del gas se ha disparado más de un 100% desde el mes de enero.

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