Burbuja de bonos

Cuando baje la marea... ¿quién comprará la deuda cuando BCE y la Fed se retiren?

Tanto en Europa como en EEUU, los banqueros centrales se enfrentan al desafío de retirar el estímulo de 200.000 millones de euros en compras netas mensuales de deuda pública sin dañar al mercado.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, conversa con Jerome Powell, gobernador de la Fed.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, conversa con Jerome Powell, gobernador de la Fed.
L. I. / ECB / Archivo

Gradual y flexible. La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) se enfrentarán de forma sucesiva al mayor desafío de su historia: la retirada de los estímulos masivos al mercado de deuda y el sistema financiero que adoptaron en marzo de 2020 ante el cierre económico por el Covid-19. Entre ambos guardianes de la política monetaria suman ahora más de 200.000 millones de euros al mes en compras netas de activos financieros como bonos soberanos, valores hipotecarios y bonos corporativos. Durante el último año y medio se han convertido en el mayor comprador global del mercado de renta fija pero este papel toca a su fin.

La reunión del BCE este jueves marca un punto de inflexión en la estrategia frente a la crisis. Christine Lagarde anunció una ligera desaceleración en el ritmo de compras netas de deuda del programa de emergencia PEPP, pero pospuso la decisión más difícil, una rebaja real de estas adquisiciones hasta diciembre, según los analistas de Bank of America (BofAML). 

“Una reducción de entre 10.000 y 15.000 millones de euros en el PEPP mensual del cuarto trimestre está lejos de ser dramática, pero es un símbolo del cambio radical que se avecina. Los bancos centrales, como compradores de primer recurso, están dando un paso atrás ya que el progreso de la vacuna exige menos apoyo de emergencia, y se avecinan mayores burbujas de activos si no es así”, señalan Barnaby Martin y Ioannis Angelakis, analistas de crédito de Merrill Lynch UK (BofAML).

En opinión del banco de inversión estadounidense, el eventual final del PEPP -dotado con 1,85 billones de euros- plantea dos grandes problemas para los mercados de crédito. “En primer lugar, ¿quién comprará los bonos si no lo hace el BCE? Los últimos datos sugieren que ha sido el gran comprador de deuda corporativa denominada en euros en lo que va de 2021, con gestores de fondos, hedge funds, aseguradoras y planes de pensiones menos activos que el año pasado”, añaden desde Bank of America.

“En segundo lugar, si el final del PEPP provoca una presión al alza sobre los rendimientos de algunos bonos soberanos en Europa, vemos que esto crea el riesgo de ‘desplazamiento’ desde algunos segmentos de alta calidad del mercado de bonos corporativos. Pensamos que los rating por debajo de A parecen los más vulnerables en este escenario”, consideran en BofAML. 

El BCE ha promediado compras de bonos por valor de 72.000 millones de euros mensuales a través de su programa de emergencia desde enero. A esa cifra hay que sumar otros 20.000 millones al mes del otro instrumento de estímulo monetario (APP). Por este motivo, los expertos consideran que la política en la zona euro seguirá siendo más acomodaticia que en otras economías y el BCE será el último en pisar el freno.

No es el caso de la Reserva Federal (Fed). Pese a que su gobernador, Jerome Powell, fue muy cauteloso en la última reunión de política monetaria y en el discurso previo a Jackson Hole, en realidad, los expertos consideran que se está quedando solo en su posición. Yves Bonzon, director de inversiones del banco suizo Julius Baer, señala que el mundo -y EEUU en particular- se encuentra ante una inflación transitoria. “Como resultado, cada vez hay más voces que piden una reducción en el estímulo monetario, mientras que el impacto de la variante delta (entre otros) es incierto. No hay razón para cambiar nuestras conclusiones: la Fed parece tener la misma opinión”.

En su última reunión, la Fed mantuvo en la zona cero los tipos de interés, así como su programa de compra de deuda federal e hipotecaria en los 120.000 millones de dólares al mes (unos 100.000 millones de euros). Pero los mercados están esperando que a partir de noviembre comience el esperado ‘tapering’ (reducción de las compras). A finales de este mes, Powell reaparecerá y con probabilidad marcará esta ruta hacia la salida de la crisis.

“Por tanto, hemos entrado en una fase delicada para los bancos centrales. Por un lado, los mercados esperan plenamente la reapertura de las economías, los precios de los activos inmobiliarios y del resto de los activos están mostrando signos de una fuerza excesiva. Por otro lado, el impulso de las economías posterior a la reapertura se está desvaneciendo. En China en particular, el índice de gestores de compras de servicios cayó a su nivel más bajo desde el inicio de la recuperación posCovid”, concluye Bonzon.

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