Riesgo de default

Cuidado con la curva en EEUU: el coste de la deuda a 1 mes casi duplica al de 10 años

El retraso en llegar a un acuerdo entre republicanos y demócratas para elevar el nivel de endeudamiento máximo por ley y los avisos de las agencias de calificación sobre el 'rating' distorsionan a la renta fija. 

Cuidado con la curva de bonos: el coste de la deuda a 1 mes casi duplica al de 10 años
Cuidado con la curva de bonos: el coste de la deuda a 1 mes casi duplica al de 10 años. 
Yuri Gripas - Pool via CNP/ Europa Press

Estados Unidos mantiene en vilo a los mercados financieros mundiales. Las intermitencias en la negociación sobre el techo de deuda ya han comenzado a pesar sobre el ánimo de los inversores cuando queda menos de una semana para el día X. La denominación hace referencia al próximo 1 de junio, día en el que previsiblemente los problemas de liquidez para el tesoro estadounidense comenzarán a aflorar, salvo que republicanos y demócratas lleguen a un entendimiento antes de esa fecha.

Hasta hace unos días el mercado permanecía relativamente tranquilo, bajo la premisa de que están acostumbrados a que los acuerdos de índole política se alcancen ‘in extremis’. Sin embargo, algo empezó a cambiar a finales de la semana pasada, cuando los mensajes que se transmitían desde ambos bandos de que el pacto estaba cerca se han convertido en un bloqueo que no parece tener salida. El primer toque de atención ha llegado de la mano de las agencias de calificación después de que Fitch y DBRS Morningstar hayan puesto en 'vigilancia negativa' (paso previo a una potencial rebaja) el ‘rating’ AAA -la máxima nota de solvencia- de la deuda a largo plazo de Estados Unidos, mientras las dudas escalan en la renta fija.

El foco de mayor tensión en el momento actual está en la deuda de cortísimo plazo, los T-Bills o letras, en los que los tramos a menos de un año se han asentado por encima del 5%, cotas que no se veían desde febrero de 2007, en los momentos previos a la crisis financiera. Uno de los saltos más significativos está en la deuda a un mes, cuya rentabilidad navega por franjas inéditas. Su rendimiento -que se mueve de forma inversa al precio- llegó a superar el 6% en la mañana del jueves pero luego se tomó un respiro a lo largo del día para desescalar hasta el 5,7%, dos puntos porcentuales por encima de los niveles del largo plazo

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En la jornada de ayer, la rentabilidad del bono americano a diez años oscilaba en el 3,57%. En su caso, esta barrera con la que ha coqueteado varias veces a lo largo de 2023, así como a finales de 2022, le colocan en máximos de 2014. Llama la atención las diferencias en la velocidad a la que han llegando donde están ahora. En los rendimientos del largo plazo el repunte ha sido de apenas tres décimas en el último mes, mientras que en el papel a un mes se han disparado en 140 puntos básicos. Todo indica que los bonos a corto plazo seguirán al alza a medida que se acerca la fecha. 

"La clave está en la actuación de la Reserva Federal en lo que respecta a las subidas de tipos", indica a este medio el socio de Luna & Sevilla Asesores Patrimoniales, José María Luna, al tiempo que remarca que su decisión sobre los tipos de interés tiene mayores efectos en los tramos cortos de deuda. Si bien las últimas actas de la Fed muestran una mayor inclinación hacia la esperada pausa de las tasas de referencia del dinero, las declaraciones de James Bullard, presidente del banco de la Fed de San Luis y considerado como uno de los halcones, con las que apuesta por dos aumentos más para controlar la inflación, no contribuyen a relajar las presiones en la deuda. 

La inversión de la curva de tipos -en situaciones de normalidad económica el largo plazo se mueve por encima- tradicionalmente suele ser vista por los analistas como un indicador de que se avecina una recesión. Al margen de que la actividad en esta potencia económica ha comenzado a dar síntomas de enfriamiento en el primer trimestre del año, pero no así el desempleo, y de que la Reserva Federal ya contempla una contracción económica para finales de este 2023, los swaps de incumplimiento crediticio en EEUU, que miden el riesgo de impago del Gobierno norteamericano, se han desinflado levemente, pero sin escapar de la volatilidad. 

Aunque la mayoría de analistas se aferran a que el 'default' no ha ocurrido nunca en la historia reciente de ese país y que la probabilidad de que ahora suceda es baja, el precedente de 2011, cuando S&P rebajó la calificación crediticia después de que el acuerdo se cerrara dos días antes de la fecha tope, sirve de recordatorio. En este sentido, los analistas de Deutsche Bank ponen el foco en que el mercado actual de bonos del Tesoro es 2,5 veces mayor con respecto a hace doce años, así como el mercado de repos, que en aquel entonces "era prácticamente inexistente". "Esto significa que lo que está en juego es mayor en esta ocasión", advierten. 

No hay que olvidar que el presupuesto federal abarca desde el pago de las pensiones o las nóminas de los militares hasta los intereses de la deuda, que suponen alrededor del 8,6% de las cuentas anuales para este ejercicio, por lo que no llegar a un entendimiento dentro de un Congreso dividido, también cuestionaría "la capacidad de la mayor economía del mundo para seguir emitiendo deuda", remarcan desde Deutsche Bank. "Las maniobras políticas de ambas partes en la creencia de que la otra se comprometerá primero para evitar un desastre económico están aumentando la volatilidad del mercado y potencialmente empujando a la economía mundial a un territorio desconocido", añaden, mientras precisan que los inversores sólo respirarán aliviados cuando el nuevo acuerdo llegue a la mesa de Biden.

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