Rentabilidades disparadas

La oportunidad de oro que los analistas detectan en los bonos de Estados Unidos

Con el tipo objetivo de los fondos federales en el 5,25-5,5%, la política monetaria ya se encuentra en territorio restrictivo, por lo que cualquier combinación de factores podría complicar el escenario y presionar la renta fija. 

Un operador en la Bolsa de Fráncfort.
La oportunidad de oro que los analistas detectan en los bonos de Estados Unidos. 
DPA vía Europa Press

Las rentabilidades de los bonos del Tesoro en Estados Unidos vivieron en 2022 un estado de flujo, subiendo y bajando en función de noticias económicas contradictorias. Este año, el rendimiento del 'Treasury' a diez años ha llegado al 4,3%, y algunos observadores de mercado prevén que alcance el 5%. Pero hay dudas de que esto pueda terminar cristalizando. Algunos expertos consideran que el retorno en el activo de referencia en la renta fija acabará bajando, por lo que podría estarse gestando un punto de entrada potencialmente atractivo para los inversores en renta fija.

Para que los rendimientos del Tesoro caigan, debería materializarse al menos una de estas tres condiciones: nuevas pruebas de ralentización del mercado laboral estadounidense; una desaceleración continuada de la inflación hacia el objetivo del 2% de la Reserva Federal, pese a que ha repuntado en términos anuales cinco décimas hasta el 3,7%; y una debilidad continuada de los bancos regionales estadounidenses de tamaño medio. En el momento actual, vemos indicios de las tres cosas, aunque esto no significa que no podamos ver volatilidad a corto plazo en los tipos a medida que se publiquen los datos económicos.

Los costes de endeudamiento han aumentado para muchas pequeñas y medianas empresas y, en última instancia, los empresarios tendrán que decidir si tiene sentido seguir aumentando la plantilla. A medida que se disipa el exceso de ahorro de los consumidores estadounidenses acumulado durante la pandemia, la respuesta puede ser cada vez más negativa. "A pesar del crecimiento constante pero lento del empleo en lo que va de 2023, las ofertas están empezando a reducirse y el crecimiento salarial se está estabilizando, lo que podría presagiar una ralentización del gasto de los consumidores a corto plazo", comenta Matthew Sheridan gestor de Alliance Bernstein y experto en estrategias de renta fija.

La inflación también se está desacelerando, aunque no tan rápidamente como desearían los responsables políticos. El índice de precios de los gastos de consumo personal -el barómetro de la inflación preferido por la Reserva Federal- subió un 0,2% en julio por segundo mes consecutivo, lo que ha ejercido cierta presión al alza sobre los rendimientos. Aun así, el índice sale de su tasa anual más baja en más de dos años. Además, los bancos regionales se enfrentan a presiones de liquidez. El Programa de Financiación Bancaria a Plazo de la Fed, diseñado para reforzar la liquidez del sistema bancario estadounidense, expirará en marzo de 2024.

Con la liquidez bancaria como una preocupación persistente y los prestamistas regionales tratando de descargar la deuda de crédito privado y los préstamos apalancados de sus balances, los bancos regionales pueden proporcionar a la Fed un riesgo más a considerar. Esto es especialmente cierto dada su importancia como prestamistas de pequeñas y medianas empresas.

La presión de los riesgos económicos

Los rendimientos del Tesoro también podrían caer si se deterioran otros barómetros de la salud económica. El índice de directores de compras del ISM –un indicador fiable de la confianza empresarial– fue más débil de lo esperado en agosto. Históricamente, ha existido una relación entre los niveles del PMI y los rendimientos del Tesoro, por lo que habrá que vigilar este índice.

El déficit presupuestario estadounidense también podría influir. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, se espera que el déficit acumulado para el periodo 2024-2033 supere los 20 billones de dólares, es decir, más del 6% del PIB estadounidense. Superar el umbral del 6% es una rareza histórica. Si el coste del servicio de la deuda aumenta, el gobierno estadounidense no tendrá tanto para gastar en otros programas, lo que podría convertirse en un impedimento para el crecimiento económico.

Por supuesto, la Reserva Federal tendrá la última palabra. Con el tipo objetivo de los fondos federales en el 5,25-5,5%, la política monetaria ya se encuentra en territorio restrictivo. "Si el crecimiento económico es estable pero la inflación sigue desacelerándose, es probable que la Reserva Federal oriente los tipos de interés hacia su tipo neutral del 2,5%", dice Sheridan. "Si Estados Unidos entra en recesión, los tipos podrían bajar aún más", añade. En este sentido, no sería necesario que haya un único catalizador para que la economía se ralentice. Cualquier combinación de factores podría cambiar las tornas. "En la situación actual, prevemos que la rentabilidad del Tesoro a diez años se sitúe entre el 3,5% y el 4% a finales de año", concreta el experto de AllianceBernstein.

Perspectivas atractivas para los bonos 

Para los inversores en renta fija, este podría ser un buen punto de entrada o una oportunidad para ampliar la duración. "Las valoraciones de los bonos son atractivas y, a pesar de la posible ralentización económica, los emisores corporativos se encuentran en una situación financiera mucho mejor de la que tenían al entrar en desaceleraciones pasadas, con balances sólidos y altos ratios de cobertura de intereses", cuenta Sheridan.

Pero con unos rendimientos elevados, el momento es crítico. "En nuestra opinión, los inversores deberían considerar la posibilidad de combinar la deuda pública con créditos de alto rendimiento a más largo plazo que puedan beneficiarse de unos tipos más bajos en el futuro", asegura Morgan Stanley en un reciente informe. "Una estrategia diversificada de este tipo puede equilibrar el riesgo de tipo de interés y de crédito, con bonos de alto rendimiento que proporcionen ingresos y títulos del Estado que ofrezcan lastre si las condiciones del mercado se vuelven agitadas", concluye el analista de la gestora de fondos estadounidense.

Mostrar comentarios