Problemas de éxito 

El reciente rebalanceo del Nasdaq pasa la 'patata caliente' al futuro del S&P 500

El crecimiento exponencial en el tamaño bursátil de los grandes valores tecnológicos está generando un exceso de concentración en algunos índices y en los fondos de inversión que los replican.

Torres de Nasdaq en Times Square en Manhattan.
Torres de Nasdaq en Times Square en Manhattan.
Nasdaq vía L. I.

Los encargados de diseñar lo índices más importantes de Wall Street, como S&P, Nasdaq o MSCI, están ante un gran dilema en las últimas semanas. No resulta extraño para ningún agente de los mercados ver cómo los índices de referencia están empezando a tener una influencia desmesurada de los valores de gran peso.

El plan del Nasdaq de reconfigurar las ponderaciones de sus componentes que se puso en marcha este lunes hacer reflexionar a los inversores sobre los riesgos de concentración más amplios en los mercados de renta variable estadounidenses, especialmente en las carteras pasivas.

El motivo de esta decisión fue evitar la sobre concentración equilibrando los pesos de los valores. Especialmente tras ver los fuertes movimientos que han sufrido apenas 10 compañías del índice, las grandes tecnológicas se apuntan este año 2023 rentabilidades cercanas al 50% y su capitalización va ganando terreno: tan solo Apple y Microsoft pesan un 14,50% en el índice S&P 500 y las diez primeras compañías pesan algo más de un 30%. El rebalanceo propuesto trata de evitar estos riesgos de concentración, limitando las ponderaciones agregadas de los miembros del índice cuyas ponderaciones superen el 4,5% al 40%.

Desde Welzia Management destacan que esta decisión que tendrá un efecto directo en los mercados, así como ETFs y fondos indiciados al Nasdaq 100. “Por ejemplo, el ETF de Invesco (QQQ) tiene 200.000 millones de dólares ligados al índice Nasdaq 100, y el efecto más importante puede ser un cierto peso vendedor en posiciones como Apple o Microsoft; mientras que compañías del sector consumo discrecional tendrán un mayor peso a raíz del reequilibrio”, aseguran. No obstante, creen que el impacto “será limitado” en las compañías afectadas y “temporal”.

Tal y como indica Luis Francisco Ruiz, analista de CMC Markets, según la metodología de cálculo del índice, en la nueva ponderación las 5 compañías de mayor ponderación no deberían tener un peso superior al 38,5% en el índice. Estas compañías en la actualidad son Microsoft, Apple, Google, Amazon y Nvidia con un peso superior al 45% en el índice. “Esta circunstancia hace pensar que se ajustará el peso en estas compañías… A la vez, fuera de las cinco compañías de mayor peso, ninguna compañía podrá superar el 4,4% de ponderación en el índice, lo que sugiere que Tesla también podría ver su peso revisado a la baja”, resalta el experto.

La pelota en el tejado del S&P 500

Pero los riesgos de concentración van más allá del Nasdaq. El S&P 500 también está muy inclinado hacia los valores más grandes, sobre todo de los sectores de la tecnología y el comercio electrónico. A finales del pasado mes de junio, los 10 mayores valores representaban el 32% del S&P 500, con una capitalización bursátil conjunta de 12,2 billones de dólares. Esta cifra empequeñece el valor de los principales valores de referencia en Alemania, China, Reino Unido y Japón.

Las valoraciones de las compañías de gran capitalización estadounidenses se han disparado. “La mediana de la relación precio/beneficios previstos de las 10 grandes se disparó un 48%, hasta 28,2 veces, a finales de junio, frente a un aumento medio de sólo el 7% para el resto del mercado. Las valoraciones de las 10 grandes se vieron impulsadas por la expansión de los múltiplos, ya que la mediana de las previsiones de beneficios por acción (BPA) aumentó sólo un 0,2%; para el resto del mercado, la mediana de las previsiones de BPA cayó un 0,4%”, analiza AllianceBernstein.

“Esto sugiere que, en el conjunto del mercado, los inversores pueden encontrar valores con valoraciones relativamente atractivas para su potencial de beneficios”, según añade la gestora de fondos de inversión. A su modo de ver, las carteras activas pueden buscar una gama más amplia de empresas que se adapten a las complejas condiciones actuales. “Los inversores con un horizonte a largo plazo deben resistir la tentación de apilarse indiscriminadamente en los valores más grandes y asegurarse de que sus carteras ofrecen diversas fuentes de potencial de crecimiento, al precio adecuado”, explica.

El 16 de septiembre del 2022 ya se produjo el último rebalanceo del S&P 500, pero ahora no se descartan nuevas medidas en este sentido. Solo ese último ajuste en el selectivo norteamericano impulsó el flujo de la inversión pasiva estimada de 70.000 millones de dólares. Veremos por dónde van los próximos movimientos.

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