Banco Santander se ha colado en la mayor fiesta bursátil de Wall Street en 2023 con la OPV de la británica ARM. El banco español forma parte de la cohorte de bancos contratados por Softbank para la colocación y venta de acciones del diseñador de chips, que alcanzará una valoración de entre 60.000 y 70.000 millones de dólares.
La tecnológica cotizará en septiembre en el Nasdaq a través de ADS, certificados americanos para acciones para empresas extranjeras, y mantendrá a la empresa japonesa como su socio de referencia, aunque incorporará a grandes grupos con los que ha estado negociando este verano como Amazon, Apple o Alphabet, entre otros.
Según consta en el folleto de la operación, a la cabeza de la operación se encuentran el británico Barclays, el japonés Mizuho y las firmas estadounidenses Goldman Sachs y JPMorgan. En un segundo nivel se encuentra la entidad que preside Ana Botín junto a Bank of America, Citigroup, Jefferies, Deutsche Bank, BNP, Credit Agricole, Natixis, Sumitomo Nikko y MUFG. Otras 14 entidades participan en un tercer nivel de la colocación, según recoge el folleto.
En total, 28 entidades a nivel global que recabarán el apoyo de los inversores por todo el mundo para que ARM vuelva cotizar en bolsa después de siete años fuera de las pantallas de bolsa. Santander US Capital Markets LLC, filial en EEUU del grupo cántabro, será la encargada de participar en el proceso de colocación dirigido al público institucional internacional y minorista en los Estados Unidos
Según Bloomberg, el reparto de comisiones será igual para las firmas en función del nivel que ocupan, si aseguran la operación o solo intermedian la colocación. Para el Santander, la salida a bolsa de ARM supondrá reeditar su presencia en la primera línea después de que hace doce meses fuese colocador de la alemana Porsche.
Fundada en 1990, ARM comenzó como una empresa conjunta entre Acorn Computers, Apple Computer y VLSI Technology. Salió a bolsa por primera vez en 1998 a través de una colocación dual en la Bolsa de Londres y el Nasdaq estadounidense. Cotizó así hasta 2016, cuando el japonés SoftBank Group de Masayoshi Son compró la empresa con una valoración de 32.000 milllones de dólares y la excluyó de cotización en bolsa.
Su valoración se ha duplicado siete años después. Esta misma semana ha tenido confirmación oficial esta tasación, después de que Softbank haya recomprado el 25% de ARM al fondo de capital riesgo Vision Fund -que comparte Softbank con Arabia Saudí- por 16.000 millones y un valoración 100% de 64.000 millones en línea con lo que se prevé para el nuevo debut.
Arm tenía 5.963 empleados de tiempo completo en América del Norte, Europa y Asia al cierre del primer trimestre, la mayoría de ellos (80%) ingenieros enfocados en investigación, diseño e innovación técnica. La empresa tiene centros de producción, investigación y desarrollo (I+D) en el Reino Unido, Europa, América del Norte, India y Asia-Pacífico, aunque la sede central está en la ciudad británica de Cambridge.
Según los datos enviados a la SEC, los ingresos totales de ARM se mantuvieron relativamente planos en 2.679 millones de dólares anuales al cierre de su ejercicio fiscal 2023 que terminó en marzo, en comparación con los 2.703 millones del año fiscal 2022. Como porcentaje de los ingresos totales, el margen bruto fue del 96% y el margen sobre el beneficio operativo fue del 25%. El beneficio neto recurrente se situó en torno a los 524 millones de dólares, algo menos que los 676 millones del año anterior y en línea con los 544 millones de 2021.
Según los datos revelados por ARM, más de 260 compañías usaron chips basados en su tecnología, incluyendo a Amazon, Alphabet, Qualcomm, Apple, Nvidia, Samsunb y Advanced Micro Devices, entre otros. La compañía británica fue clave en el desarrollo de chips más eficientes para teléfonos móviles que revolucionaron la industria informática hace dos décadas.
De hecho, ARM recuerda que hoy usan su diseño el 99% de los smartphones y sus productos llegan al 70% de la población. El grupo británico presume de haber diseñado más de 250.000 millones de chips en su historia. Solo en el último año, más de 30.000 millones de chips basados en la tecnología de ARM salieron de las fábricas de medio mundo, aunque abarcan sectores como el automóvil, el internet de las cosas (IoT) y ahora en desarrollos vinculados a la inteligencia artificial.
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