Entre enero y marzo

Santander frena la 'fuga' de accionistas: 57.000 más tras cinco trimestres a la baja

  • El banco ha caído a mínimos de 1996 al agudizarse el impacto del Covid-19 en los mercados y los inversores creen que la cotización ha hecho suelo. 
Evolución de los accionistas de Banco Santander
Evolución de los accionistas de Banco Santander

Banco Santander ha presentado resultados del primer trimestre. La entidad cántabra provisionaba 1.600 millones de euros para hacer frente al coronavirus, un 80% de sus beneficios ordinarios, que se situaron en los 1.977 millones y que suponen un 1% más. ¿El balance? "Bueno. Con un impacto limitado del Covid-19", como lo calificaba su presidenta, Ana Botín. Además, y para motivo de alegría y respaldo en la entidad, el número de accionistas se incrementaba desde los 3.986.093 que cerraba 2019 hasta los 4.043.974 inversores. 

El banco ganaba 57.881 accionistas, un 1,5% más que el trimestre anterior y ponía fin a cinco trimestres consecutivos en que se reducía dicho número. A finales del tercer trimestre, la base de accionistas era de 4.190.808 pero las continuas caídas en bolsa que ha sufrido la entidad han provocado que muchos optaron por liquidar sus posiciones. De hecho, este curso sufre una caída del 45%, en 2019 retrocedía un 6,11% y un curso anterior se dejaba un 27,48%, por lo que su capitalización de mercado ha caído hasta los 34.000 millones de euros. 

Los inversores han decidido comprar acciones del banco durante el primer trimestre de este curso una vez que la entidad se aproximaba e incluso perdía niveles psicológicos como los tres euros o los dos euros por acción, algo impensable en el arranque de año. De hecho, durante el mes de marzo marcaba su nivel más bajo desde finales de 1996 (sin tener en cuenta pagos de dividendos) y los inversores prevén que se produzca un fuerte rebote. Pero, ¿qué opinan los bancos de inversión y analistas sobre la acción? 

Esta entrada de accionistas se produce trimestres después de que numerosos gestores de fondos 'value', que han denostado al sector bancario, hayan tomado posiciones. ¿El motivo? Consideran que la acción se encuentra 'infravalorada' y, por tanto, su cotización no refleja todo el valor de la entidad cántabra. Gestoras como Bestinver, Santalucía o Mutuactivos tienen títulos del bancos en algunos de sus fondos e incluso posiciones con cierto tamaño puesto que el Bestinver Bolsa tiene un 2,71% de su patrimonio invertido, a cierre de 2019. 

Los bancos de inversión recomiendan 'comprar' títulos de Banco Santander pese a que la mayoría, como consecuencia de las caídas en bolsa, ha recortado sus precios objetivos. El consenso le otorga una valoración en torno a los 3 euros por título, un 50% por encima de su cotización. Renta 4, que revisaba el valor tras los resultados, destacaba las "buenas dinámicas de ingresos y volúmenes" y aconsejaba 'sobreponderar' con un precio objetivo de 3,34 euros por acción. Su analista financiera, Nuria Álvarez, destacaba que "la cotización ya recoge en gran medida el impacto por deterioro macroeconómico así como el aumento del coste de riesgo previsto. En un análisis más estresado en Reino Unido, Brasil y SCF, y asumiendo un pago de dividendo con cargo a resultados de 2020 (que recordamos está pospuesto) hablaríamos de un precio objetivo ajustado de 2,7 euros por acción que supone un potencial superior al 30%". 

Recientemente, Credit Suisse recortaba su precio objetivo de 4,5 a 3,5 euros pero mantenía su recomendación de acumular títulos de la entidad. Los motivos que esgrimían  desde el banco suizo como gran atractivo de la compañía española su modelo de negocio diversificado tanto en geografías como en líneas de productos. No obstante, preocupaba su exposición a países como Reino Unido y México. 

Esta irrupción de accionistas en Santander se producía antes de que la entidad optara por cancelar sus dividendos para reforzar su liquidez y, por tanto, no acometer los pagos previstos para mayo (0,13 euros por título) y noviembre (correspondiente al ejercicio 2020). La entidad cumplía la orden del BCE que pretendía que no hubiera más salidas de caja para que así los bancos retuvieran más capital para poder prestar más dinero y plantar cara al impacto de la crisis económica derivada del Covid-19. 

Los bancos españoles se enfrentan a un escenario incierto que se ha visto agudizado en las últimas semanas. Los tipos de interés negativos, que se prolongan durante más tiempo del esperado, provocan una falta de rentabilidad en el negocio puramente bancario (intermediar entre préstamos y depósitos), que presiona su cotización a la baja. No obstante, los bancos parecen tener clara su 'hoja de ruta': analizar fusiones, proseguir con el cierre de sucursales, profundizar en los despidos de trabajadores y apostar por el ámbito digital. 

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