Rendimientos estables

El techo de tipos y el 'aterrizaje suave' de la economía de EEUU ponen foco en la deuda

La situación de los rendimientos de la deuda pública empuja a los inversores a posicionarse para evitar quedarse atrás si consideran que el ciclo de tipos ha tocado techo o ven un riesgo de recaída en recesión.

El avión Air Force One del presidente de EEUU, Joe Biden, maniobra para aterrizar.
El avión Air Force One del presidente de EEUU, Joe Biden, maniobra para aterrizar.
Europa Press

El concepto de aterrizaje suave de la economía de Estados Unidos cada vez va cobrando más sentido para algunos expertos de Wall Street. El debate sobre el desenlace al ciclo monetario restrictivo está más vivo que nunca, sobre todo después de la reunión de la Reserva Federal y las declaraciones de su presidente, Jerome Powell. El máximo dirigente de la institución monetaria estadounidense descartó que la economía de EEUU vaya a entrar en recesión en 2023.

"Es algo muy positivo que la tasa de desempleo sea la misma que teníamos en marzo de 2022, cuando comenzamos a implementar medidas, con un 3,6%... Es una bendición que hayamos logrado cierta desinflación", apuntó antes de asegurar que descarta que el PIB se vaya al terreno negativo en términos anuales. "No hemos buscado elevar el desempleo, no es que hayamos apuntado a eso, pero hay que ser honestos con el registro histórico, que sugiere que cuando los bancos centrales intervienen para desacelerar la economía y reducir la inflación, el resultado tiende a ser un debilitamiento de las condiciones del mercado laboral", añadió.

El último informe del IPC del país norteamericano mostró que la inflación tiende a la baja de forma más decidida tras deslizarse por debajo del 3% en junio y apunta a que seguirá el mismo camino en julio. Al mismo tiempo, los datos de actividad resistentes han continuado sorprendiendo a muchos. Las viviendas iniciadas, los permisos de construcción y las ventas de viviendas parecen haber encontrado un suelo, mientras que el sector servicios sigue funcionando adecuadamente.

En Europa, el IPC general bajó del 6,1% al 5,5%, mientras que el IPC subyacente se mantuvo sin cambios en junio en un 5,4%. En comparación con la Fed, al BCE le queda un poco más para que las tendencias sean tan convincentes. “Sin embargo, no podemos ignorar el hecho de que la inflación general del IPC alcanzó su nivel máximo hace unos 8 meses, con casi el doble de la última lectura”, apunta Felipe Villarroel, gestor de carteras en Twenty Four (boutique de Vontobel).

En cuanto al PIB, el consenso de Bloomberg para el crecimiento intertrimestral en Estados Unidos es de cero en el tercer trimestre y ligeramente inferior a cero en el cuarto. Así, en este escenario, la inflación cae a niveles más razonables, mientras que el crecimiento cae significativamente por debajo de la tendencia, pero sin recesión. Si este es el caso, la Fed debería sentirse cómoda para recortar los tipos en un futuro no muy lejano, ya que la inflación cae hacia el objetivo y el tipo de política monetaria está muy por encima del tipo neutral.

El impacto en los activos de renta fija

Villarroel comenta que, frente a un escenario de aterrizaje suave de la economía, los bonos del Tesoro deberían estar bien respaldados en este escenario, aunque la curva ya está bastante invertida. “Es difícil prever cuánto podría seguir subiendo el bono a 10 años, pero en ausencia de un aterrizaje brusco y con el rendimiento del bono a 10 años situado ya en torno a 175 puntos básicos por debajo del tipo de política monetaria, el margen para una mayor subida podría ser limitado”, afirma.

En otras palabras, los bonos del Tesoro estarían bien respaldados y ofrecerían “rentabilidades razonables”, pero que superen o no a otras clases de activos “es harina de otro costal”, tal y como añade el gestor de la boutique de Vontobel. En este escenario, por definición, las tasas de impago no pueden ser demasiado altas, ya que, si lo fueran, no sería un aterrizaje suave sino brusco. Por lo tanto, esa hipótesis debería ser favorable para los diferenciales en aquellos mercados en los que estos se encuentren por debajo de sus medias históricas.

“Incluso hay razones para que los diferenciales se comporten adecuadamente incluso en aquellos mercados en los que no son especialmente baratos, ya que una inflación más baja favorece los rendimientos reales y los rendimientos nominales siguen estando cerca de su nivel más alto en una década”, destaca Villarroel. Además del repunte de los rendimientos subyacentes, la rentabilidad total se beneficiaría de la compresión de los diferenciales y de un carry superior al de los bonos del Tesoro.

Deuda en economía con tipos reales positivos

Pascal Gilbert, gestor de fondos en DNCA (Natixis IM), tiene una visión algo más negativa y cautal sobre la evolución de los bonos y la renta fija tras la subida de tipos. "A partir de finales de 2023 cuando debe plantearse la cuestión del mantenimiento de los tipos directores en los niveles alcanzados en 2023 o al contrario, ya que los mercados financieros anticipan una fuerte bajada de los mismos. Cualquier inversor que, como nosotros, sea prudente, debería desconfiar de esta bajada de los rendimientos ya incorporada a los precios de los bonos", advierte en una nota.

Gilbert cree que sigue siendo necesario mantener una baja exposición global a la renta fija aunque sin dejar de lado las oportunidades. "Creemos que dadas las grandes incertidumbres (geopolíticas, climáticas), las primas de riesgo ofrecidas sobre los rendimientos a largo son demasiado bajas, y tarde o temprano se incrementarán, provocando un aumento de los rendimientos. Por nuestra parte, si mantenemos una exposición reducida a la renta fija, preferimos una asignación a títulos sobre tipos reales, principalmente en los países anglosajones donde se registran en tipos positivos cercanos al crecimiento potencial que acoplamos con posiciones cortas sobre tipos nominales principalmente en la zona euro”, destaca.

Atención a los bonos emergentes

Para Capital Group, con este marco en el que se encuentra la economía y los mercados, De cara a 2023, su hipótesis de rentabilidad a largo plazo de los mercados de capitales muestra un entorno de inversión más atractivo. “En nuestra opinión, la mejora de los fundamentales corporativos y los efectos de las divisas compensan con creces la potencial ralentización del crecimiento de la economía mundial, especialmente en China”, cuentan en un comentario sobre la cuestión.

Tras la fuerte caída que ha registrado el mercado de renta variable estadounidense, las valoraciones resultan ahora más razonables, en opinión de la gestora: “Somos optimistas en lo que se refiere a la renta variable no estadounidense, que debería verse favorecida por la combinación de un aumento de la rentabilidad por dividendo, la expansión de los múltiplos y el debilitamiento del dólar”.

En lo que respecta a la rentabilidad total, el equipo de soluciones de inversión encuentra oportunidades atractivas en la deuda de mercados emergentes. “Los rendimientos son más elevados que en otras áreas de renta fija, y el dólar podría favorecer la rentabilidad de la deuda denominada en divisa local”, terminan.

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