James Bond abandona a los cines en su peor crisis

Hollywood pone en jaque a la industria del cine con el retraso en los estrenos

El último golpe a su línea flotación lo acaba de dar MGM al postergar hasta abril la nueva entrega de 007. Era la última esperanza que tenía el sector en medio de la debacle de Cineworld, Cinemark o AMC.

EFE
Hollywood pone en jaque a la industria del cine con el retraso en los estrenos
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La situación es penosa para las salas cine en Estados Unidos y el tiempo se les echa encima. El problema no es nuevo pero las medidas de distanciamiento social están acelerando una espiral perversa. El último golpe a la línea flotación de la industria lo acaba de dar MGM con el retraso hasta abril del estreno del nuevo filme de James Bond. Era la última esperanza que tenía la industria para empezar a recuperarse.

El descalabro de los grandes gigantes de la industria está siendo considerable en Wall Street. Cineworld perdió cerca de un 60% de su valor bursátil tras anunciar que se dispone a suspender las operaciones durante dos meses en las salas en EEUU y Reino Unido. La medida afectará a 663 cines y 45.000 empleados. El anuncio hizo además que Warner Bros aplazara por su parte 'Dune' un año y de nuevo 'The Batman' hasta octubre de 2022 –su estrella contrajo el virus-. 

Las acciones de su rival Cinemark también sufrieron y AMC va camino de perder este año la mitad de su valor bursátil. En su caso no tienen intención de cerrar las salas abiertas al público. El único gran estreno al que pueden aferrarse en este momento es 'Wonder Woman 1984' esta Navidad. Pero a la vista de la progresión de la pandemia, es muy posible que se posponga también.

Adam Aron, el consejero delegado de AMC, trata de ser positivo. "Algunos de nuestros mejores socios tienen películas previstas para lo largo del próximo mes y medio", anticipa. Se refiere a 'The Croods: A New Age' de Universal, con el que acaba de cerrar un acuerdo para los estrenos en cines y streaming. Pero es posible que Disney haga como con 'Mulan' y cuelgue antes 'Soul' en su plataforma digital.

AMC es la mayor cadena de cines en EE UU. El 80% de las salas operan pese a los continuos cambios en el calendario por parte de Hollywood y al pobre rendimiento que están teniendo en taquilla. Los analistas de Exhibitor Relations estiman que los ingresos generados durante los últimos fines de semana representan solo un 6% de los niveles de hace un año. Hay solo 500 salas abiertas.

El año está siendo un verdadero desastre, especialmente cuando se compara con 2019. El año pasado se generaron 11.400 millones de dólares en taquilla, la segunda más alta de la historia. Este, sin embargo, no llega a los 2.100 millones, cuatro veces menos que los primeros nueves meses del pasado ejercicio. Para el cuarto trimestre, en el escenario más optimista, rondará los 1.000 millones.

La audiencia se está mostrando reacia a volver a los cines. 'Tener', de Warner Bros., recaudó menos de 50 millones en las cinco primeras semanas que estuvo en cartelera. Y eso sin tener competencia. Los clientes prefieren quedarse en casa y esta situación puede crear problemas a largo plazo muy difíciles de resolver, incluso si las restricciones impuestas por la pandemia se relajan.

La agencia de calificación Standard & Poor´s no lo ve nada claro y acaba de rebajar la nota de solvencia de AMC, hundiéndola más en el bono basura. Advierte que se quedará sin liquidez en seis meses si el tráfico no mejora. No es algo que se vaya a ver pronto. Solo hay cuatro estados en todo el país que están registrando caídas en los contagios y las autoridades sanitarias están limitando la asistencia.

AMC sufre una deuda de 4.750 millones de dólares, que acumuló antes de la pandemia para remodelar sus salas y así poder competir con la disrupción de Netflix. También adquirió Carmike y Odeon. El pasado verano logró cerrar un acuerdo de último minuto con sus acreedores para poder aguantar durante todo 2021. Pero como insiste S&P, la inyección capital no será suficiente.

Está por ver, además, si el acuerdo con Universal le puede generar una nueva fuente de ingresos con los estrenos 'on-demand'. Cinemark, por su parte, prueba alquilando salas de cines. La situación del virus, sin embargo, cambia con rapidez y con la llegada del frío no está claro cuál puede ser el camino que debe tomar la industria para recuperarse. Eso podría llevar al cierre de salas para ahorrar efectivo.

"La gente no irá al cine mientras crea que puede contagiarse", advierten los analistas de Wedbush, "necesitan tener confianza y eso no pasará hasta que haya una vacuna". Las cosas, por tanto, no empezarán a volver a la normalidad hasta como pronto la primavera de 2021. Es el cálculo que hace Hollywood a la visa de los estrenos, lo que dejará a los cines con un contenido muy limitado durante todo el invierno.

"Ahora mismo no hay virtualmente nada para que puedan generar unos ingresos significativos", advierten desde Box Office Analyst. El temor es que los cines independientes, peor capitalizados, tengan que cerrar definitivamente. Salir de este agujero, por tanto, requerirá de un esfuerzo colectivo de toda la industria para evitar un efecto cascada, porque la vacuna no solucionará todos los problemas.

La National Association of Theatre Owners da así por perdida la temporada navideña y alerta de que si los estudios siguen retrasando los estrenos, podría ser demasiado tarde y los cines no podrán estar ahí para cuando se recupere la normalidad. "Durante los próximos dos años veremos muchas quiebras", auguran, "muchos lograron capear el temporal hasta ahora pero la tormenta no terminó".

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