La píldora económica 

Las decisiones de la OPEP y el precio del crudo, ¿siguen al mando?

Barco petrolero
Las decisiones de la OPEP y el precio del crudo, ¿siguen al mando?.
Antonio Sempere

El pasado 4 de junio se reunió el grupo OPEP+, (los países productores de petróleo OPEP, liderados por Arabia Saudí, y un conjunto de países aliados no-OPEP, liderados por Rusia), con objeto de revisar su política de recortes de producción de petróleo. La reunión estuvo precedida de gran expectación en torno a la decisión final, dados los comentarios contradictorios entre los principales pesos pesados del grupo. 

Por un lado, el ministro de Energía de Arabia Saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, advirtiendo a los vendedores bajistas (short Sellers en inglés), inversores que apuestan a la caída de los precios del petróleo, de que "tengan cuidado“. Estos comentarios hicieron que el mercado subiera hasta un 2%. Por otro, el Viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, que enfrió las expectativas sobre un nuevo recorte del grupo. Ese día los precios cayeron un 3%, borrando las ganancias de los días anteriores.

Finalmente, el acuerdo se cerró con Arabia Saudí anunciando que recortará su bombeo de crudo durante el mes de julio en 1 millón de barriles al día en el mes de julio, con la posibilidad de ampliar dicho recorte más allá de julio en caso de que fuese necesario. Rusia, por su parte, anunció que extendería los recortes voluntarios de 0,5 millones de barriles al día hasta finales de 2024. Otros países con peso dentro del grupo, como Emiratos Árabes Unidos también vieron atendidas sus peticiones, aumentando su cuota de producción en 200.000 barriles al día a partir de 2024. Otros anuncios durante la reunión fueron la ampliación de los recortes voluntarios de 1,66 millones de barriles al día hasta el 31 de diciembre de 2024. Finalmente se anunció la reducción a partir de enero de 2024 de la cuota de producción del grupo en 1,4 millones de barriles al día respecto a la cuota actualmente vigente.

Ahora bien, aunque los recortes anunciados pueden sonar alcistas para los precios y parecer suficiente para alcanzar la tan ansiada estabilidad del mercado que persigue Arabia Saudí, la realidad es que esto no es tan claro. Un modo sencillo de comprobar la eficacia de los anuncios de recortes es comparándolos con la producción real o efectiva y sobre todo potencial de muchos países del grupo.

Matizar los efectos alcistas 

En este sentido, la cuota, o compromiso de producción de petróleo en vigor, ha sido superior a la producción de crudo, no inferior, por la incapacidad de varios países de llegar a producir al nivel de su cuota, especialmente a partir de la invasión de Ucrania por Rusia.

Por eso hay que matizar los efectos alcistas de la gran reducción de cuotas anunciada en esta última reunión: se ha reducido la cuota de producción para 2024 de nueve países, -entre ellos Rusia- en 1,6 millones de barriles al día, pero ello no tiene porqué traducirse en menos producción ya que el ajuste de la cuota de estos países parece básicamente un ajuste a su capacidad efectiva de producción de petróleo.

Esta es parte de la explicación de porque Arabia Saudí ha anunciado un recorte voluntario de 1 millón de barriles al día en julio, pero existen otras razones. Estas son: la evolución de la producción no OPEP+, y la evolución de la demanda y sobre todo de las expectativas sobre la demanda futura.

En cuanto a la oferta no OPEP, parece más fuerte de lo inicialmente previsto a inicios de año. Según la Agencia Internacional de la Energía, la producción conjunta no-OPEP+ en 2023 aumentará en 1,9 millones de barriles al día,. Estados Unidos podría añadir 0,9 millones de barriles al día, mientras que Brasil, Canadá, Noruega y Guyana se prevé incrementen conjuntamente su producción en 0,5 millones de barriles al día respecto a 2022. Este significativo aumento de la producción no-OPEP+ supone un escollo en la estrategia de Arabia Saudí de control de la producción.

A esto se une la resiliencia de Rusia en lo que respecta a su capacidad de producción y sobre todo de exportación de petróleo. Como muestra de su fortaleza, a pesar de las sanciones impuestas por Occidente, las exportaciones de petróleo ruso promediaron 8,3 millones de barriles al día durante el pasado mes de abril, nivel significativamente superior a la media anual registrada en 2021, de 7,5 millones de barriles al día.

Todos estos factores seguramente estaban encima de la mesa del ministro de energía saudí cuando tomó la decisión de recortar 1 millón de barriles adicionales, e indirectamente envía una señal a los mercados sobre un precio mínimo de 75 dólares por barril ($/bl) que Arabia Saudí estaría dispuesta a defender whatever it takes para lograr un precio del petróleo que equilibre sus ingresos y gastos públicos.

Pero no nos olvidemos de la demanda esperada, el mercado del petróleo sigue dominado por las expectativas económicas, a pesar de que la evolución de los fundamentales, esto es oferta y demanda efectiva, continúa siendo positiva, valgan los datos de consumo de petróleo en EE.UU. y Europa, a pesar del aterrizaje de sus economías. Además la previsión de un mayor uso de petróleo en Asia, y más concretamente en China, debería llevar a un sustancial exceso de demanda en el segundo semestre y a una caída de los inventarios globales de petróleo, lo cual, en teoría, empujaría al alza los precios del petróleo. 

Dudas sobre el crecimiento económico mundial 

Sin embargo está visión no es consensual, porque las dudas sobre el crecimiento económico mundial y las dudas de la recuperación en China han llevado a una reducción de las apuestas de los inversores financieros sobre alzas del precio del crudo por dudas sobre que se produzca ese exceso de demanda. Y es precisamente en ese punto donde se encuentran atrapados los precios: entre las expectativas de una potencial recesión económica, y unos fundamentales que, de momento, no dan signos de debilitamiento.

Veremos quién gana la batalla en la formación de precios, los temores a una recesión, la debilidad percibida de la económica mundial, o la firme decisión de Arabia Saudí de sostener los precios, hasta que se aclare la evolución previsible de la economía mundial.

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