La píldora económica

Todo el mundo verá precios del gas mucho más baratos en 2023... y no le afecta al BCE

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Todo el mundo verá precios del gas mucho más baratos en 2023... y no le afecta al BCE.
Europa Press

Cuando se intenta analizar que puede ocurrir en 2023 -y por qué no en 2024 y 2025-, es clave hablar de los precios de la energía, sobre todo del precio del gas y de la electricidad en Europa. Por dos razones, una porque es la clave para la reducción de la inflación y dos porque, claramente, las perspectivas han cambiado dramáticamente a mejor en las dos últimas semanas. Sin embargo, esto no parece tener ningún efecto en el BCE cuya presidenta dice que habrá dos subidas de tipos de interés más en los primeros seis meses de este año, tal como comunicaron en diciembre, aunque ahora los precios al contado y la curva de futuros del gas están un 50% por debajo del nivel de entonces y, por lo tanto, la inflación debería bajar al menos dos puntos más de lo que se preveía con los precios de diciembre.

Por qué este cambio de perspectivas, ¿cuáles son las fuerzas o variables que explican este cambio de perspectivas respecto al precio del gas natural y de la electricidad en euros? Básicamente la desaparición de la prima de riesgo de interrupción en el suministro como consecuencia de la reducción de importaciones de Rusia. Las perspectivas actuales son que la probabilidad de que haya interrupciones en 2023 y 2024 en el suministro son comparativamente mínimas, respecto a lo esperado hace seis meses y esto elimina una prima de riesgo que fue enorme desde mayo de 2022. De hecho, los precios no están aumentando, aunque la demanda se está recuperando por la caída de las temperaturas ante la ola de frío. Esto es así porque este aumento no se percibe como un problema grave ya que los inventarios o almacenajes de gas están en máximos históricos, el doble que en igual fecha del año pasado; además la capacidad de recibir gas licuado aumenta en Alemania y otros países y finalmente la producción de Noruega y las exportaciones a Europa se ha duplicado. 

En resumen, los precios del gas en Europa podrían estar cercanos a la mitad del nivel del año pasado, aunque eso sí, estamos hablando de precios mucho más altos que en el periodo 2015-2019. Es verdad que estos precios se traducen en precios marginales de electricidad generada con gas entre 100 y 200 euros megavatio hora (MGh) pero pueden ser menores cuando hay mucha generación eólica. Además, la generación nuclear francesa se está recuperando y las reservas hidroeléctricas están en máximos de muchos años. En el caso español se le une un sistema que limita el precio marginal pero que, por ejemplo, no tuvo casi efectos esta semana pasada dado el aumento de generación eólica e hidroeléctrica en relación con 2022. La suma de ambas cosas se dobló (o más) hasta suponer el 60% del total de electricidad generada en España, y los precios en la semana no superaron los 50 euros MWh.

Este colapso de los precios es una de las razones que ha llevado a los mercados a corregir su visión de que la recesión sería segura en este primer trimestre de 2023. La otra razón es el fin de la política cero Covid en China. Se habla en algunos informes de que ya habría unos 900 millones de personas que se habrían contagiado, con lo cual, dentro de unos meses, y a pesar del aumento de casos y fallecimientos, se alcanzará la inmunidad de rebaño y será muy difícil que se vuelva a los confinamientos severos y a la parálisis económica. Por esto, todos los analistas están revisando al alza el crecimiento en China, un país que es ya el 20% de la economía mundial, y que si vuelve a crecer al 6% en 2023 impulsará la economía mundial.

El único sitio donde se observa una moderación es en EEUU, pero no solo del consumo y de la construcción, también de la inflación. Esto ha llevado a la FED, que tomará una nueva decisión de tipos de interés el 1 de febrero, a hablar solo de subir 25 puntos básicos. Dada la visión cada vez menos alcista de la FED y las declaraciones tan claramente alcistas de subidas de tipos en Europa, es de esperar que el euro continúe apreciándose. 

Claro, ahora podemos entender al BCE y a su presidenta: esto es lo que explica el comportamiento del BCE, un euro fuerte contendrá en euros el precio del petróleo que está denominado en dólares y sobre todo del diésel y del gas, y contribuirá a reducir la inflación. Ojo, la explicación es mía, un banco central con objetivo de contener la inflación de oferta, sí es así, es el primero del mundo. Aunque también es el primero del mundo en limitar vía supervisión bancaria la inversión en combustibles fósiles, contribuyendo a tener precios más altos en dólares, pero esto ya es otra historia.

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