En mi molesta opinión

Cataluña sueña con ser vasca

Cataluña sueña con ser vasca
Cataluña sueña con ser vasca
Europa Press

Estamos en campaña electoral y se nota. Sánchez no para de moverse, Aragonés viaja incluso a Madrid y en el norte sacan a pasear la gabarra mañana jueves. Bueno, lo de la barcaza es en honor al Athletic de Bilbao por la Copa del Rey. Pues eso, chupito de txakolí en honor de los vizcaínos que tras 40 años en remojo podrán lucirse por la ría. ¿No sé si eso puede dar votos de cara a las elecciones del domingo 21? Si los da, serán para el PNV, aunque los jeltzales están un poco -o un mucho- acongojados porque Bildu les pisa los talones en las encuestas más de lo deseado. No quiero ni pensarlo si se produce el ‘sorpasso’.

Aunque visto desde fuera, da lo mismo, todo queda en ‘kasa’ con nacionalismo o con soberanismo, los tinglados se reparten entre todos, son pocas las ovejas, algo más de dos millones, y se pueden poner de acuerdo con facilidad. No así en Cataluña, donde hay más “pela” que recaudar, más “tela” que cortar y más problemas que afrontar con ocho millones de residentes. En Euskadi todo está atado o medio atado, PNV ganará por los pelos -previsiblemente- y los socialistas vascos saldrán al rescate para que puedan gobernar de nuevo, sin que se molesten por ello los primos de ETA. Bildu, por su parte, ya ha sacado bastante tajada de su blanqueamiento en el Congreso, y ahora se pone en la lista de espera y se prepara para un futuro no lejano. A cambio, los amigos de Otegi, para que no lloren, reciben el apoyo del PSOE en Pamplona, mientras siguen soñando con la anexión de Navarra.

En Cataluña se utiliza otra dinámica, por decirlo de algún modo, y así lograr que el futuro sea cada vez menos indigesto. Junts y ERC cada día se soportan menos y se odian más. Puigdemont se va al sur de Francia par dar mítines, y Aragonés se planta en el Senado para soltar los suyos, que son los mismos pero con distinto tono de voz. En el noreste de la península, más que pasear la gabarra hay que hacer la prueba del algodón. Ya saben, el algodón no engaña. Los de la barretina y la estelada aseguran que habrá un referéndum de independencia sí o sí. El PSOE-PSE, el ‘sanchismo' en definitiva, garantiza que nunca lo habrá porque eso es algo inconstitucional.

El lunes pasado, el president de la Generalitat les replicó con una lógica pasmosa: “Tampoco íbamos a tener indultos, y aquí están; tampoco íbamos a tener amnistía, y aquí está”. Aunque la amnistía, de momento, sólo asome el hocico jurídico y político, no le falta razón al presidente Aragonés de que todo lo que antes estaba prohibido por la Ley, el Gobierno de Sánchez le ha dado la vuelta al calcetín y lo ha convertido en algo posible, o a punto de convertirse en una “realidad” legislativa o seudo-legislativa. No es lo mismo lograr un indulto que colocar una amnistía, pero el Ejecutivo piensa que van por buen camino.

Ante esta difícil situación, ¿a quién debemos creer más? ¿Qué nos dice el algodón, que no engaña? Es cierto que estamos en fechas previas a unas elecciones y parece que todo vale y nada está sujeto al rigor y la verdad. Esta es la teoría, principalmente socialista, de que en campaña puedes mentir y que luego puedes cambiar de opinión, por decirlo eufemísticamente, y por eso algunos se lanzan a lo loco a hablar de referéndums y demás ilusorias promesas. Ya conocen aquello de: yo no miento, sólo cambio de opinión. Incluso hay frases que avalan sin rubor este hecho: “Las promesas electorales se hacen para no ser cumplidas”. El cinismo de los políticos no tiene límites, quizá sea porque la memoria de los ciudadanos sí la tiene.

Aceptemos que en esta ocasión Pere Aragonés, espoleado por la presencia de Carles Puigdemont, se viene arriba y promete el oro y el moro, sabiendo que realmente la Constitución española no permite ninguna consulta. Pero como hemos visto antes, tampoco permitía la amnistía, y de alguna manera se está intentando hacerla pasar como válida. Ante esta coyuntura, y aplicando el mismo silogismo: ¿por qué Sánchez no hará lo mismo, conceder el referéndum, si llega el caso de necesitar los votos independentistas para mantenerse en el poder? Si ya antes ha trucado el “motor” constitucional para conseguirlo, por qué no hacer lo mismo si lo necesita de nuevo.

Puestos a pedir y para no ser menos que los vascos, ERC también exige un concierto económico y un cupo propio para que la Generalitat recaude todos los impuestos y pague una cuota al Estado, un sistema similar al de Euskadi y Navarra. O sea, que la patada en la boca está servida y está garantizada con la estrategia de dame una cosa o dame la otra. Se empieza pidiéndolo todo y al final se acepta lo que importa más: finanzas y tributos. Conceder esta parte a Cataluña sería peor para los intereses nacionales que autorizar un referéndum, que a la postre podría salir en contra de los deseos soberanistas. Además, ERC y Junts no tienen tan claro que la independencia sea un buen “negocio” -demasiado compleja y lejana- quizá es mejor tener el control económico total del territorio y “chupar” de la vaca española, al modo vasco.

El independentismo no deja de ser sólo un espantajo para dar miedo a Madrid. Si realmente fueran en serio con sus objetivos, habrían puesto otros políticos menos “gastados” y menos “quemados” liderando la batalla soberanista. Veremos el 12 de mayo quién gana las elecciones y gobierna, que no es lo mismo como bien sabe Núñez Feijóo. El favorito es el PSC, pero necesitará apoyos… ¿de quién? ¿ERC? ¿Junts? No está claro que ambos partidos acepten que en Cataluña gobierne unas siglas “ajenas” y comandadas por Salvador Illa. Y eso es lo malo, el día que no interese seguir apoyando a este Gobierno, el entramado se vendrá abajo, los intereses en política siempre son ‘oportunistas’.

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