Tribuna global

Un gran salto para Asia

Será la alianza comercial más grande del mundo (excepto la propia OMC) y reducirá aranceles sobre la mayoría de productos entre países que suman más del 30% del PIB mundial y unos 2.200 millones de personas.

Un gran salto para Asia
Un gran salto para Asia. En la imagen, skyline de Kuala Lumpur (Malasia)
Pixabay

Mientras el mundo aún sufre las medidas proteccionistas de Donald Trump, Asia acaba de alcanzar un hito histórico en su integración regional. Los diez países de la ASEAN*, China, Corea del Sur, Australia, Japón y Nueva Zelanda han acordado la Asociación Regional Económica Integral (RCEP, por sus siglas en inglés), el primer acuerdo comercial de ese calado en Asia y Oceanía. Es la respuesta a la decisión de Trump de retirarse de la Asociación Trans-Pacífica (TPP) y, por lo tanto, un fracaso de su intención de limitar la supremacía china en la región. Es una excelente noticia para el mundo y un incentivo para que Estados Unidos vuelva a la cooperación multilateral.

Será la alianza comercial más grande del mundo (excepto la propia OMC) y reducirá los aranceles sobre la mayoría de productos entre países que suman más del 30% del PIB mundial y unos 2.200 millones de personas. Las naciones se beneficiarán de importaciones más baratas, algunas regulaciones se alinearán más, será más fácil para los países diversificar sus exportaciones fuera de China y a su vez toda la región reducirá su dependencia de Estados Unidos y de la Unión Europea. La Brookings Institution prevé que el RCEP habrá aumentado en 2030 la renta regional anual en unos 209.000 millones de dólares y el comercio mundial, en casi medio billón.

Es un avance muy positivo, aunque con matices. Al final ha primado la participación del mayor número de países (aunque India se retiró de las negociaciones, con la opción de unirse más tarde) que la ambición en términos de estandarización de las normas laborales, medioambientales, de protección de la propiedad intelectual y de regulación de los servicios. Por lo tanto, el principal efecto del RCEP será reducir los aranceles, otorgando a los bienes de los demás signatarios el mismo tarto que a los productos nacionales y simplificando los trámites aduaneros. Crea además un foro para la negociación de barreras no arancelarias.

El acuerdo también ha desatado otras críticas. Hay preocupación sobre la capacidad de China de utilizar el acuerdo para avasallar a los países menos desarrollados con sus exportaciones o con un dominio del mercado por sus empresas. Por otro lado, los plazos para la implementación de muchas medidas es muy largo, de hasta 10 años. Además, se solapa en parte con el CPTPP (el remedo del TPP sin Estados Unidos), que también incluye a Canadá, México, Perú y Chile, pero no a China, que tiene por tanto incentivos para desnaturalizarlo a favor del RCEP.

En cualquier caso, este acuerdo abre enormemente el tablero geoestratégico para el próximo inquilino de la Casa Blanca. No le será fácil lograr consensos en el Capitolio para reintegrar a Estados Unidos en el TPP con la intención de contener la supremacía regional china, pero tampoco le conviene quedarse al margen y perder influencia tanto en Asia como en Canadá, México y los países andinos. También la UE tendrá que reevaluar su estrategia cuando acaban de entrar en vigor unos acuerdos ambiciosos (denominados “de segunda generación” porque sí buscan alinear estándares laborales y medioambientales y amparan a ciertos servicios) con Canadá y Japón y está avanzando otro con Corea del Sur.

Lo que es evidente con este panorama de alianzas cruzadas es que, lejos de los temores de muchos a que el mundo esté abocado a una desglobalización, existen enormes incentivos para una mayor integración y cooperación multilateral. Y enormes oportunidades de negocio en los países emergentes que más se benefician de su incorporación a las cadenas de suministro internacional. Un motivo más para tener a Asia Emergente como uno de los destinos preferentes de las inversiones a largo plazo.

(*) ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático que promueve la cooperación intergubernamental en materia de economía, seguridad, educación y cultura, integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Brunei, Camboya, Myanmar y Lao

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