Cuaderno de venta

El circo de Moncloa-Sol y el problema sin solución de la política envenenada

Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez se saludan durante su comparecencia conjunta
Isabel Díaz Ayuso y Pedro Sánchez se saludan durante su cumbre del 21 de septiembre.
EFE

Bochorno, esperpento... Más allá de la vergüenza ajena que está provocando la élite política del país, lo que está ocurriendo en Madrid entre Moncloa y el Gobierno regional supone la confirmación de que no algo no marcha bien en la cabeza del país y no se ha aprendido nada de la gestión pandémica. Nadie quiere tomar las riendas del desastre para evitar estigmas electorales, ni cambiar una coma de su estrategia política previa al Covid-19 porque las encuestas y los war-rooms (gabinetes políticos) siguen mandando sobre el interés general tanto en lo sanitario como en lo económico. 

Son las peores noticias posibles y nada parece que vaya a cambiar en este sentido. Madrid es el mejor ejemplo del peor camino a seguir. El choque del Gobierno central de Pedro Sánchez y el regional de Isabel Díaz Ayuso a la hora de aplicar nuevas medidas de confinamiento era previsible. La cumbre de las banderas del 21 de septiembre fue, como ahora sabemos, un teatrillo entre ambos dirigentes, un engaño más para la confundida ciudadanía que no alcanza a explicarse cómo, después de nueve meses, todavía no se ha establecido un marco legislativo sanitario y económico para afrontar el escenario en que nos toca vivir con el Covid-19.

Una de las grandes demandas sociales a los gobiernos durante la pandemia ha sido la necesidad de establecer unas reglas de juego claras, sin trampas de última hora, tanto en la gestión de la movilidad como en las cosas del comer (economía) y respirar (sanidad). Ahora sí, ahora no… Quizá, tal vez. Una vez tras otra, el fracaso ha sido sonoro. Sucedió entre febrero y marzo con los mensajes confusos y ambiguos previos al gran confinamiento y estado de alarma cuando la propia CAM adelantó restricciones antes de que lo hiciese Moncloa. Pero también, de nuevo, con la desescalada de mayo y junio, proceso que ha sido etiquetado a nivel mundial como prematuro por las prisas por cantar victoria y atraer el turismo.

En octubre estamos en las mismas. Ahora el juego sucio entre el Gobierno del PP-Cs de la Comunidad de Madrid y el PSOE-UP en el Gobierno central se ha convertido en un pulso absurdo de interpretaciones legales en el que parece que lo de menos es la salud de las personas. Y eso es inadmisible. La segunda ola del Covid-19 está golpeando con fuerza en toda Europa, pero otra vez España es el alumno con las peores notas. ¿Nadie se pregunta por qué en Moncloa o en Sol? ¿Es el frentismo parte del problema?

De Galicia a Cataluña, de Asturias a Andalucía... El envenenamiento del debate político en Madrid causa asombro, indignación y hastío a raudales fuera de la M-30 porque en la mesa los tahúres de la capital están jugando con las vidas de miles de personas e hipotecando el futuro de millones. Los extremos se han adueñado del volante y eso solo significa una cosa: no hay nadie conduciendo. Parece que el 'seny' madrileño ha desaparecido ante la vorágine extremista que ha fagocitado la presunta moderación de PSOE, PP y Cs. Los que antes podían hablar de moderación a izquierda o derecha ahora están a la gresca ultra. ¿Qué ha envenenado del debate? No hay que olvidar episodios como la rebelión negacionista abanderada por Vox por las medidas de confinamiento o la retórica trasnochada de barrio rico-barrio pobre que desplegó Podemos para enfrentar a la población tras los cierres selectivos de la CAM. El resultado es que Moncloa o la CAM no están pensando en aportar soluciones sino en vencer a sus respectivos enemigos políticos o desviar de la atención ante la incapacidad de resolver problemas reales.

Suena inocente, pero hay que parar esta locura porque lo peor está por venir. No solo por la escalada del Covid-19 en pleno otoño-invierno, sino porque después de meses y meses seguimos sin Presupuestos Generales del Estado (PGE), es decir, el documento que estructura los recursos destinados a combatir la pandemia o garantizar el pago de las pensiones. De ninguna manera existe hay un plan serio para el uso del Fondo de Recuperación de 140.000 millones de euros que llegará desde Europa a partir de 2021. ¿También llegaremos tarde a una cita de la que depende que salgamos o no del pozo de esta gran recesión?

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