Cuaderno de venta

Gamestop, hackeando a Wall Street y las nuevas manadas de lobos financieros

El episodio de Gamestop ha provocado un terremoto en Wall Street.
El episodio de Gamestop ha provocado un terremoto en Wall Street.
Geralt / Pixabay

Lo que ha ocurrido esta semana en Wall Street con Gamestop no tiene nombre ni precio, nunca mejor dicho. Es difícil describir el espectáculo, pero sí podemos pronosticar casi con certeza milimétrica que acabará mal y tendrá graves consecuencias más allá de una travesura o troleada virtual. Lamentablemente, se ha hecho generalizada la explicación simple de que una masa de miles de 'buenos' pequeños inversores se han puesto de acuerdo, a través de 'salas' de internet como WallStreetBets en Reddit, Telegram y Discord, para comprar acciones de empresas en problemas y arruinar a un grupo de 'malvados' inversores posicionados en corto (que se benefician de la caída de una cotización)... y parece que lo han conseguido.

Hay algo de verdad ahí, pero es solo la punta del iceberg, por tanto, una verdad a medias o directamente mentira. Las subidas estratosféricas de la cotización de Gamestop (GME) (hasta el 2.700% del 11 al 27 de enero) han estado respaldadas por grandes inversores que han que se han camuflado en esas nuevas manadas de ‘lobos’ financieros. Se ha hackeado a Wall Street dándole con su propia medicina y con las mismas técnicas que usan los grandes ‘hedge funds’ y los bancos de inversión como Goldman Sachs, Citi, JPMorgan, Bank of America o Morgan Stanley, que también tenían importantes coberturas bajistas en GME, amén de que son los financiadores y sponsors habituales de los fondos de cobertura.

La misión no estaba al alcance del pequeño inversor, que puede haber quedado como el 'tonto útil' que ayuda a magnificar el efecto de una estrategia de mayor envergadura. Los volúmenes de efectivo y las operaciones en derivados financieros a través de estrategias alcistas confirman la presencia de otros hedge funds o grandes inversores como el multimillonario Chamath Palihapitiya (copropietario de los Golden State Warriors) o, incluso, del propio Elon Musk, la mayor fortuna del mundo. Los dos empresarios aeroespaciales con Virgin y SpaceX se han cobrado cumplida venganza en el caso de Gamestop de los bajistas que han acosado a sus respectivas compañías en el pasado: Citron Research y Melvin Capital.

Un rescate de miles de millones

Para muestra de la gravedad de lo ocurrido está el rescate multimillonario del ‘hedge fund’ Melvin Capital de Gabe Plotkin (copropietario junto a Michael Jordan de los Charlotte Hornets) por parte del todopoderoso Citadel de Ken Griffin y Point72 de Steve Cohen (dueño de los Mets de béisbol). Las pérdidas masivas pueden salpicar a la gran banca de inversión de Wall Street que financia las operativas apalancadas de los hedge funds y ha estado a punto de llevarse por delante al bróker Robin Hood, pionero del modelo sin comisiones que ha atraído a millones de pequeños inversores, pero que ha tenido que levantar de urgencia capital para reforzar su solvencia ante las pérdidas de sus clientes. Es uno de los motivos principales por los que bloqueó la actividad en Gamestop esta semana.

Según la tesis de Goldman Sachs, el movimiento en las cotizaciones de Gamestop, AMC y otras acciones ha sido “el cierre de cortos (short squeeze) más extremo de la historia”. Hay ejemplos relevantes en la historia de los mercados, aunque el banco ha rebuscado en su memoria de los últimos 25 años. Quizá solo había un episodio a su altura del que se pueden extraer conclusiones sobre qué puede suceder en los próximos días. En octubre de 2008, en plena debacle de los mercados, Volkswagen (VW) se convirtió en la mayor empresa cotizada tras superar los 300.000 millones de euros de forma temporal tras un estrangulamiento de cortos históricos. 

Aquel movimiento estuvo liderado por las familias Piech y Porsche, principales accionistas de ambas compañías automovilísticas. En sigilo, a través de derivados, se hicieron con el equivalente al 20% del capital y dejaron sin acciones que recomprar a los bajistas, que tuvieron que recomprar a cualquier precio para cerrar su posición. La solución llegó cuando VW se prestó a ampliar capital y facilitar la salida de los cortistas, bien por pena o… porque algunos bancos de inversión europeos iban a sufrir pérdidas masivas si quebraban sus clientes. Hubo hasta muertos. El multimillonario Adolf Merckle se suicidó tras arruinarse con su corto.

La historia no se repite, pero está rima, como señala la cita atribuida a Mark Twain. El asunto de Gamestop está llamado a acabar como el rosario de la aurora para los pequeños inversores, en especial, si se observa el talante intelectual del movimiento meme-inversor en WallStreetBets, con lemas de consumo rápido de héroes de ficción, videojuegos o dibujos animados. Se autodenominan degenerados o, incluso, simios, con referencias a la famosa trilogía cinematográfica (“Simios juntos, más fuertes”) y otras citas vinculadas al lado primate del ser humano para explicar su revolución: “Si un mono compra acciones, las acciones ni se inmutan. Si muchos monos compran acciones, simplemente van a subir”. 

Ahora bien, no todo son consecuencias negativas en el circo que se ha montado en las bolsas, muy similar a los mercados de criptomonedas. Miles se han hecho ricos o han ganado un buen dinero, pese a que su ley es la misma que los talibanes del Bitcoin: "Comprar y mantener, nunca vender". La mejor noticia es que el boom de sus cotizaciones ha salvado a dos empresas de la quiebra a la que se enfrentaban por las restricciones de la economía del Covid-19. AMC Entertainment ha levantado más de 1.200 millones de dólares con ventas de acciones y deuda que alejan definitivamente su quiebra pese a que sigue con sus cines vacíos. La cadena de tiendas de videojuegos Gamestop también puede seguir el mismo camino y limpiar su balance de deudas después de que su valor en bolsa haya llegado a los 35.000 millones de dólares durante este frenética semana. 

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