Cuaderno de venta

El caso Grifols y el atragantamiento de la CNMV con una maraña contable sin fin

El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, en pantalla junto al desplome de Grifols.
El presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, en pantalla junto al desplome de Grifols.
Europa Press

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha pedido tiempo y paciencia  esta semana con el caso Grifols. La telaraña de operaciones corporativas y sofisticada contabilidad que ha ido tejiendo la multinacional catalana junto a sus accionistas a lo largo de la última década han convertido una tarea fácil en difícil. Solo hay que certificar que todo está en regla, acorde a la normativa y que no se ha tratado de ocultar al pequeño accionista la situación financiera real del grupo.

Recordemos que el informe Gotham publicado el pasado 9 de enero abrió el melón de un supuesto maquillaje contable, pero sobre todo puso el foco en la relación entre multinacional Grifols y Scranton, que está controlada por los 22 inversores que son consejeros, directivos y miembros del clan familiar.  Ante la impaciencia de algunos inversores y responsables políticos, el supervisor se ha pronunciado esta semana para no decir ni hacer nada. No ha querido mojarse por el momento ni anticipar conclusiones sobre un análisis que está comenzando a realizar. 

Campo abierto para especulaciones, ruido y desvío de atención. La empresa, junto a sus despachos de abogados, ha anunciado a bombo y platillo la presentación de una demanda en Estados Unidos por daños y perjuicios contra Gotham City Research por difundir información engañosa y exigirá una indemnización por el daño económico y reputacional que le ha ocasionado el citado informe. La defensa en los tribunales es una medida lógica y obligada en este caso. En cambio, no es de recibo el secretismo por el que ha optado la dirección de Grifols a la hora de comunicarse desde su bunker con el exterior. Solo una conferencia telefónica con analistas, limitada a 45 minutos, sin posibilidad de preguntas de la prensa. 

Han pasado casi tres semanas desde que se difundió el informe de marras y todavía no se ha dado respuesta a los interrogantes planteados. Si había doble contabilización simultánea de los mismos negocios (BPC y Haema) por parte de Grifols y Scranton o cuál es la exposición crediticia total (incluyendo avales, garantías...) de la matriz con los negocios de esa sociedad con sede en Países Bajos o quiénes son sus accionistas. Pero volviendo a lo básico: qué es Scranton y, sobre todo, por qué Scranton tiene un acceso privilegiado a los negocios de Grifols SA. El gran mérito de Gotham es que su informe forzará a la multinacional a dar respuestas si quiere recuperar la credibilidad en algún momento.

La misión prioritaria de la CNMV a la mayor brevedad posible es corroborar con la mano en el fuego que tanto la contabilidad de la farmacéutica como la conducta de sus consejeros, cúpula directiva y accionistas de control en las transacciones vinculadas han cumplido con la normativa. Dice la agencia que preside Rodrigo Buenaventura que tardará semanas en hacer su trabajo, pero también advierte que su labor no reemplaza ni a administradores o auditores. También asegura que  analiza el contenido del informe Gotham por si incurriese en el supuesto delictivo de difusión de información engañosa con el objetivo de obtener beneficios. 

Hay que recordar que Gotham y su 'hedge fund' afiliado General Industrial Partners mantenían posiciones cortas o bajistas en las acciones de Grifols para lucrarse con ello. A ese clavo ardiendo se ha aferrado la empresa en su demanda para intentar desacreditar al mensajero. Sin embargo, no hay nada extraño en ello porque lo advierten en su publicación. Si fuese delito, bajo ese mismo criterio, los bancos y brókeres que hayan emitido una recomendación positiva a sus clientes, y estén invertidos en Grifols, también lo estarían cometiendo porque el objetivo último no deja de ser influir en la cotización para que esta suba. 

Para la SEC, el equivalente a la CNMV en EEUU, el rol de firmas como Gotham es en realidad el de un aliado para sus tareas de supervisión. Allí está regulada la figura del 'whistleblower' (chivato o informante anónimo) hasta el punto que la propia SEC paga premios millonarios por ello si, finalmente, las irregularidades se confirman. Desde 2011, el supervisor ha repartido más de 1.000 millones de dólares por chivatazos de fraudes contables, estafas y delitos financieros variopintos. 

Muchas veces han sido pequeñas firmas como Gotham, periodistas y particulares los agraciados por las primas de la SEC, que generalmente permanecen en el anonimato por motivos de seguridad. Por eso no conviene matar al mensajero en estos casos como parece que se ha empeñado parte de la prensa, sino revisar a fondo el hecho denunciado por si las moscas. Reza así el proverbio atribuido a Confucio: "Cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo". En su versión 2024, en palabras del entrenador del Atleti, Diego Simeone, al hilo de la filtración de los audios del rearbitraje del VAR que dio la victoria al Real Madrid frente al Almería, "no importa qué es lo que filtran, sino qué es lo que pasa, se piensan que somos todos tontos".

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