Cuaderno de venta

La guía de Powell (Fed) del 20M y la hora de retrasar el reloj de las bajadas de tipos

Powell analiza los últimos datos macroeconómicos en EEUU.
Powell analiza los últimos datos macroeconómicos en EEUU.
Britt Leckmann / Fed vía La Información

Los mercados están comenzando a ponerse nerviosos definitivamente por una noticia que tarda en producirse. La subida de rentabilidades de la deuda pública en los últimos días y la caída de las bolsas, con excepción a contracorriente del Ibex 35, deben interpretarse en esa línea. Las esperadas bajadas de tipos de interés no terminan de llegar y eso significa que van bien las cosas, en general, en la economía. Ni el Banco Central Europeo (BCE) ha movido ficha, ni parece que lo vaya a hacer la Reserva Federal (Fed) en su reunión clave a dos días del próximo martes y miércoles. El reverso de lo que parece una buena noticia es que los eslabones más débiles en hogares y empresas que estén expuestos a la financiación seguirán sin recibir alivio ante las condiciones más duras en dos décadas.

Pese a que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sí cuenta con números de inflación y crecimiento que justificarían una rebaja de tipos en la zona euro, su resignada posición de copiloto de la Fed en la política monetaria impiden que lo haga. El principal motivo no es otro que la relación euro-dólar, verdadera fuerza de la gravedad y escudo contra la inflación energética de petróleo y gas. Con el par estable en torno a los 1,09 dólares por euro, los vaivenes de la mastodóntica factura energética de importar petróleo y gas son más llevaderos. Si se amplía el diferencial entre las tasas de interés del BCE (4,5%) y la Fed (5,5%), la depreciación de la divisa europea sería un hecho y sólo generaría presiones inflacionistas indeseadas.

Y es precisamente ese el motivo por el que Jerome Powell, presidente de la Fed, se verá obligado a ser más prudente todavía. La publicación en estos últimos días del informe del IPC de febrero (3,2%, subyacente al 3,8%) y la aceleración de los precios industriales al 1,6% refuerzan la tesis de que la inflación es más pegajosa y resistente de lo previsto. La creación de empleo (275.000 el mes pasado) y el crecimiento (+3,2% anual) dibujan un cuadro macro en Estados Unidos que incluso invita a pensar, o temer, en que el banco central más poderoso del planeta puede tener que ajustarse la corbata para volver a subir los tipos. No es una idea descabellada, aunque minoritaria en la comunidad financiera. De producirse, no será sin grandes turbulencias financieras tanto en los bonos como en las bolsas.

Factor Trump y rebajas de tipos preventivas

Si durante todo 2023 se estuvo descontando la posibilidad de una recesión, lo que no parece factible es que se produzca ahora cuando la economía estadounidense parece estar despegando de nuevo. Sin embargo, los tiempos de Powell no son los de humano más, sino que su reloj está sincronizado con los latidos de largo plazo de la política monetaria que, salvo emergencia, va siempre con las luces largas. La Fed demostró en marzo de 2023 que tiene la flexibilidad suficiente como para actuar rápido y de forma contundente si es necesario para apagar algún fuego.

La crisis que desató el episodio de pánico bancario del Silicon Valley Bank (SVB) le obligó hace 12 meses a abrir una ventana de financiación de emergencia para las entidades financieras que se estaban viendo sobrepasadas por la subida de tipos. Permitió que usasen como colateral bonos valorados a vencimiento para obtener liquidez en el banco central, evitando así que los ‘malvendiesen’ en el mercado con pérdidas masivas, como le ocurrió al SVB. La posibilidad de que se reproduzca una crisis similar está muy presente en Wall Street. Los eventos crediticios o bancarios casi nunca avisan antes de estallar pese a que haya múltiples indicios de su llegada.

El reciente rescate del New York Community Bank (NYCB) este mes por parte de un grupo de fondos mantiene en alerta a la Fed. Una subida de tipos en este momento podría ser letal para inversores, empresas y hogares. No bajarlos ya está siendo especialmente dañino para sectores como el inmobiliario o el consumo en general. Por ejemplo, las tasas de morosidad de las tarjetas de crédito en EE UU llevan aumentando ininterrumpidamente desde 2021, según la Fed. Los impagos en los préstamos para automóviles están en máximos desde 2010. Si la economía comienza a desacelerarse, el desempleo aumenta desde los mínimos casi históricos actuales, el potencial problema en el sector del crédito puede despertar de golpe.

Sin embargo, todo indica que la Fed volverá a tirar de relato optimista sobre la marcha económica, aunque volverá a enfatizar el riesgo de un despertar de las presiones inflacionistas. Lo cual pone en duda que vaya a recortar los tipos de interés en junio como manejan la mayoría de economistas. Solo hay un factor externo que puede acelerar ese proceso y no es otro que la carrera presidencial hacia la Casa Blanca que comenzará el próximo verano y culminará a finales de noviembre. "Si la Reserva Federal tuviera que relajar los tipos durante una campaña electoral presidencial polémica, el clima de inversión no sería favorable”, apunta Chris Iggo, director de inversiones de Axa IM.

El ex presidente Donald Trump es en sí mismo un agente de tensión para la sociedad, la economía y los mercados. Pero para el presidente de la Fed es toda una pesadilla hecha realidad.  Y parte como favorito frente a Joe Biden, según los sondeos. La posibilidad de su regreso a la presidencia amenaza con derretir al 'hombre de hielo' Powell, considerado ya uno de los mejores banqueros centrales de la historia y el único de todos ellos en sufrir de cerca el azote de Trump. 

Durante su coexistencia como presidentes del Gobierno y la Fed, Powell tuvo que soportar presiones de todo tipo, casi diarias a golpe de tuit, para bajase los tipos de interés porque estaba provocando una recesión. Incluso fue tildado en 2018 y 2019 como el "enemigo número uno de Estados Unidos" por Trump, "peor que Xi Jinping".  Por entonces, Powell apenas subió cuatro veces las tasas, hasta el entorno del 2,5%. ¿Qué diría ahora el 'trumpismo' con los tipos al 5,5% tras un ciclo histórico al alza de 550 puntos básicos en solo dos años?

Mostrar comentarios