¿Aburridas? La filosofía mejora las notas y las matématicas pueden salvarte la vida

  • ¿Quién no ha dicho eso de que las mates se le atragantan y la filosofía es una pérdida de tiempo? Libros y estudios demuestran que no es verdad.
Estudiantes de Bachillerato compiten en la III Olimpiada de Filosofía en la Universidad de Navarra
Estudiantes de Bachillerato compiten en la III Olimpiada de Filosofía en la Universidad de Navarra

La filosofía es inútil y las mates son un rollo. Las dos sentencias son falsas. Sí, tan categórico como Kant. La primera ayuda a mejorar las notas de los estudiantes, y fomenta entre los niños la sociabilidad, acelera su capacidad de lectura (4 meses), su desarrollo en matemáticas (3 meses) y su escritura (2 meses). La segunda puede incluso, salvar vidas. No solo eso, el maridaje entre la filosofía y las ciencias potencia a los licenciados de estas últimas.

Carlos Blanco es un ejemplo de ello. Estudió simultáneamente las carreras de filosofía, química y teología, y entre 2009 y 2011 disfrutó de una estancia como 'Visiting Fellow'  en la Universidad de Harvard, becado por la Fundación Caja Madrid. "Jugar con ideas, con lo abstracto, activa como pocas cosas el proceso de razonamiento. El cerebro es muy plástico y así se fomenta el desarrollo cognitivo, se ordenan ideas, se relacionan ramas", comenta.

Ricardo Pinilla, doctor en Filosofía y director del Departamento de Filosofía y Humanidades de la Universidad Pontificia Comillas coincide en que estamos ante una disciplina que "te forma para adquirir nuevos aprendizajes. Da la capacidad para poner en relación las cosas y abstraer. No solo eso, es una materia que obliga a ir a la raíz de las cosas, a lo concreto y eso aumenta la concentración". Los estudiantes de otras disciplinas reconocen que con la filosofía son capaces de ponerse en el lugar del otro, ser más cooperativos porque esta materia ayuda a pensar todo en relación y en un horizonte amplio, y eso en el trabajo y el liderazgo de equipos, ayuda y mucho.

No hay que olvidar que Kant ya señalaba que había que ser coherente con los pensamientos, tener juicio y obrar en consecuencia. ¿No es una buena pauta moral? No solo eso, la filosofía también serviría a los políticos de hoy para saber que el diálogo no es una lucha por imponer, sino un debate para lograr puntos en común, una búsqueda para que me convenzan de otros puntos de vista. Lo que no es una excusa para que uno deje de actuar como piensa. Y como explica Blanco, ¿no necesitamos a la filosofía en un mundo repleto de problemas sociales, cambio climático, cambio de relaciones intergeneracionales, luchas culturales? Ahora necesitamos más que nunca filósofos. Nunca ha habido tanta gente estudiando filosofía, pero se echa en falta esa intelectualidad. Falta pensamiento audaz, especulativo, abstracto. Con un mundo tan rápido y dinámico, es necesario el renacimiento de la filosofía", reflexiona.

Pocos saben más de la utilidad de la filosofía que Félix García Moriyón, doctor en Filosofía por la UCM, profesor honorario de la UAM, director de la revista 'Thinking, the journal of Philosophy for Children', y miembro de diversas asociaciones internacionales como Sophia (European Foundation for the Advancement of Doing Philosophy with Children), o la International Council for Philosophical Inquiry with Children. Como se percibe, acercar la filosofía a los niños forma parte de su vida. Porque no estamos ante materia, "para mayores ni mentes privilegiadas".

Moriyón, pese a todo, es cauto y dice que hacen falta más estudios. Él ha hecho varios. Does Philosophy for Children make a difference? y 'The Long-term Impact of Philosophy for Children', entre ellos.

El profesor ha estudiado especialmente el proyecto P4C, un enfoque de la enseñanza en el cual los estudiantes de cuarto y quinto curso participan en diálogos grupales enfocados en temas filosóficos. Los diálogos son impulsados por un estímulo (por ejemplo, una historia o un vídeo) y se basan en un concepto como 'verdad', 'imparcialidad' o 'intimidación'. El objetivo de P4C es ayudar a los niños a estar más dispuestos y ser capaces de hacer preguntas, construir argumentos y participar en debates razonados. De su estudio queda claro que los 'niños P4C' parecen más propensos a un mejor comportamiento social (muestran niveles más bajos de psicoticismo y mayores niveles de extraversión y honestidad) con más empatía, amabilidad, cooperación, atención y con más habilidad abstracta y verbal.

"Lo que descubrimos con nuestros estudios es que el impacto negativo que el sistema educativo tiene sobre el alumnado con menor dotación cognitiva disminuye gracias a la filosofía. Además, esta mejora el crecimiento integral del alumnado, tanto en lo afectivo como en lo cognitivo. Los estudios señalan que también aumenta la nota media de los alumnos". Sin perder la cautela, "en cuanto a los rasgos de personalidad que fomentan hay menos evidencias. En uno de nuestros estudios, se detectaba un impacto positivo en la sociabilidad y uno negativo en la estabilidad emocional. Hacen falta más estudios".

Pero ¿se estudia bien la filosofía? Los expertos creen que no. "Si los estudiamos a cada uno de uno de los filósofos sin asociar nada es como una imposición de autores. Hace falta fijarse en el modelo anglosajón que es más dinámico, que debate sobre un texto", destaca Pinilla. No solo eso. "La filosofía ayuda a expresarse bien, a hacerse entender y nos hace falta. Es la utilidad de lo que se considera inútil. En cuanto a los niños, ¿no son ellos los que tienen más curiosidad, capacidad de asombro? La filosofía es una materia que pueden y deben tratar".

Las matemáticas pueden salvar vidas

"Siempre ha existido una fuerte conexión entre matemáticas y filosofía, posiblemente debido a su alto nivel de abstracción.  Las matemáticas, explican Clara Grima y Enrique F. Borja en su libro 'Las matemáticas vigilan tu salud'(editorial Next Door), son vitales para saber cuándo se va a producir una epidemia y cómo se comportará una enfermedad. En este sentido la matemática confirma la necesidad de vacunación, que reduce el riesgo de epidemias.

Clara considera que hay que sacar a la luz el valor de las matemáticas porque conviven con nosotros en nuestro día a día. "Hoy en día muchas de las cosas que hacemos tiene que ver con un teléfono móvil, desde hacernos una foto hasta pagar en el supermercado. Ese instrumento mágico que sabe situarte en el espacio y en el tiempo, que sabe los libros que te gustan, te entiende cuando hablas y lo escribe sin faltas de ortografía y accede a tu banco con seguridad para pagar, no es más que una cajita de plástico llena de chismes electrónicos que funciona gracias a las matemáticas. Son las matemáticas las que hacen posible el diseño de los algoritmos informáticos necesarios para todo ello y son las matemáticas (los números primos) los que nos permiten codificar de manera segura todas esas transmisiones. Por no hablar de las matemáticas, por ejemplo, implicadas en otras áreas como el diseño de coches más fiables o ropa más cómoda....", sentencia.

Sí, sí, esas mates que tanto nos han aburrido también se preocupan por nuestra salud. Clara lo explica sin titubeos. "Bueno, a poco que lo pienses, las medicinas que tomamos, los tratamientos que nos salvan la vida, han pasado un proceso experimental, contrastado con herramientas de estadística y diseño matemático de experimentos".

Pero hay mucho más. Los nuevos avances en reconocimiento de imágenes, por ejemplo, permitirán diagnosticar un cáncer de piel o un glaucoma con un móvil, favoreciendo con ello el diagnóstico de estas enfermedades en países en desarrollo que no pueden disponer de aparatos más sofisticados. Clara lo explica en su libro, donde se ha centrado en las ecuaciones que modelan el avance de una enfermedad, el efecto que las campañas de vacunación tienen sobre dicho avance; la teoría de juegos y la teoría de grafos, que nos permiten intentar entender por qué se extiende, en pleno silgo XXI, el movimiento antivacunas dando paso a la crisis de sarampión que actualmente azota Europa (en lo que va de año han fallecido en Europa 48 personas, fundamentalmente niños).

Michael Atitah dice que las matemáticas pueden resolver los problemas del mundo porque a veces es más importante formular la pregunta de forma correcta que dar respuestas. "Entender el problema y decidir qué necesito para la solución. Este es uno de los hándicaps que nos encontramos muchas veces en alumnos universitarios, por ejemplo, tiene que ver también mucho con la comprensión lectora. Antes de plantear ecuaciones o ponerse a calcular nada lo que hay que saber es eso, cuál es la pregunta que quiero responder y para ello es necesario entender bien el problema", señala Clara.

¿Puede salvar las matemáticas en un futuro al hombre? Pues... en eso están. Ya existen aplicaciones de la matemática a la ecología en la que se plantean sistemas dinámicos que estudian las posibilidades de supervivencia de una especie estudiada en su entorno. Las matemáticas están ahí para detectar de forma temprana catástrofes naturales, guerras o actos de terrorismo mediante la adecuada gestión de los datos generados por la huella digital en las redes sociales. ¿Quién dice ahora que filosofía y mates no valen para nada?

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