Previsiones optimistas ante la pandemia

España espera hasta siete vacunas para inmunizar a la población de cara a 2022

El Gobierno prevé que las dosis disponibles aumenten de manera considerable el próximo año. Tras Pfizer y Moderna, la siguiente que debería llegar es la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford.

Las primeras dosis de la vacuna frente al COVID-19 desarrollada por la compañía Pfizer han llegado este sábado al centro logístico de Pfizer en Guadalajara.
España espera hasta siete vacunas para inmunizar a la población de cara a 2022
Moncloa

La campaña de vacunación que comenzó el 27 de diciembre tan solo ha dado sus primeros pasos. El proceso será mucho más largo, y se extenderá durante todo 2021. Todo con un objetivo: que casi toda la población disponga de una inmunización frente al coronavirus cuando comience el próximo 2022. Un afán que centra la actividad del Ministerio de Sanidad, que afrontará sus planes con un nuevo responsable tras la próxima salida de Salvador Illa camino al Parlament de Cataluña. Y para el que serán clave los recursos para la protección: las hasta siete vacunas que España tiene encargadas. Las cuales deberían facilitar que se dé un vuelco a la crisis sanitaria que azota al país desde el fatídico marzo de 2020.

Hasta el momento, el Gobierno español tiene garantizadas cerca de 38 millones de dosis gracias a los contratos que la Unión Europea firmó con las farmacéuticas Pfizer y Moderna. Una cifra que esperan llegue hasta los 140 millones si se suman todas las que estarán disponibles en los próximos meses. Y que serían suficientes para poner las inyecciones correspondientes a todos los censados en el país (más de 47 millones), incluso aunque dichas vacunas requieran suministrar dos dosis a cada paciente. La cuestión es si los proyectos que están en marcha tienen éxito y reciben las autorizaciones de las autoridades sanitarias europeas para empezar a distribuirse entre los estados miembro. Algo que Moncloa da por hecho. Pero sobre lo que no hay garantías.

La que sí está más cerca de ver la luz para sumarse a las que ya se están aplicando es la que desarrollan AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Y que a diferencia de la de Moderna aún no tiene una fecha determinada para ser valorada por la Agencia Europea del Medicamento. Esta sí cuenta ya con el aval de Reino Unido, que ha vuelto a adelantarse a la UE y permitirá que empiece a distribuirse en las próximas semanas. Y como las anteriores, también es necesario que se utilicen dos dosis para que sea efectiva contra la Covid. Además de que hay muchas esperanzas depositadas sobre ella, ya que no requiere de una conservación de varios grados bajo cero como sus 'compañeras', al bastarle con entre 2 y 8 grados. A lo que se suma que es de las más baratas (sobre 3 euros, frente a los 15 de Pfizer y los 21 de Moderna), facilitando así su posible llegada a los países más pobres.

Del ARNm a los vectores víricos

Esta vacuna será además la que aporte la novedad de pertenecer al grupo de los vectores víricos, la fórmula que se utilizó para los remedios contra el ébola o el Zika. Esto supone que su contenido introducirá en el organismo un virus distinto a la Covid, el cual contiene ADN modificado. Esto facilitará que este otro virus se transforme dentro de nuestra célula en copias de ácido ribonucleico o ARN, que permitirá a las células entender la información genética de la que dispondrá. 

Las otras dos están basadas precisamente en el ARNm o ARN mensajero, un instrumento novedoso que integra nanopartículas lipídicas en el organismo. Las cuales darán instrucciones para que sean las células las que fabriquen las proteínas S, las cuales ya están presentes en el coronavirus, para así contrarrestarlas. Al final, la conclusión es que el cuerpo detectará que dichas proteínas no deberían estar en nuestro cuerpo, por lo que se aspira a que produzcan anticuerpos y linfocitos T.

Otras cuatro en camino

Una vez se apruebe la de Oxford, quedarían cuatro pendientes por recibir. Tres de ellas ya compradas por la Comisión Europea, y otra pendiente de las negociaciones que se están llevando a cabo para su adquisición. Las que seguro llegarán a España son las de Janssen/Johnson & Johnson, Sanofi Pasteur y CureVac. Todas están previstas para 2021, y coinciden con las otras en que son necesarias dos inyecciones para que funcionen. De esta línea puede escaparse la de Janssen, que aspira a ser la primera que requiera de una sola dosis para inmunizar al ciudadano. Mientras que la que aún no es segura es la que prepara Noravax. Esta ya ha entrado en la fase 3 del desarrollo, que implica realizar ensayos sobre personas mayores de 18 años para testar su eficacia.

Quitando las de Janssen y CureVac, el resto aportan otra fórmula distinta a la del ARNm o los vectores víricos para inmunizar a quien se la ponga. Las de Sanofi y Novavax están basadas en proteínas, como las que se emplearon contra las hepatitis A y B o la gripe. Su mecanismo consiste en dotar al organismo de fragmentos de proteína S, similares a los del virus, para así generar los anticuerpos o linfocitos T correspondientes. Los primeros impedirán al virus continuar tras unirse a sus propias proteínas S, mientras que los segundos ejercerán la llamada memoria inmune para destruir al virus en cuanto reconozcan las proteínas que lo forman. Lo que se estima será suficiente para contenerlo. Y así dar por finiquitada poder rebajar ciertos grados la importancia de la crisis sanitaria.

Un proceso sin embarazadas o menores

Los ancianos de las residencias, los trabajadores y los grandes dependientes son quienes han comenzado el proceso que cuenta con todo el optimismo y respaldo del Gobierno. Después comenzarán a pasar el resto de grupos, como los sanitarios, el resto de los mayores, las personas inmunodeprimidas o quienes no puedan teletrabajar. Así hasta llegar a la población adulta sana, y con las excepciones de las embarazadas y los menores, ya que sus perfiles no se incorporaron a los estudios para testar las vacunas. Entre las circunstancias que se plantearán conformen lleguen las dosis es la de decidir cuáles se utilizan en cada grupo de población, además del momento en el que se les aplica. 

También falta por concretar el debate sobre quienes rechacen vacunarse. Por ahora, tan solo estarán obligados a comunicar por qué no lo hacen. Pero el Ministerio de Sanidad aún no ha cerrado la cuestión de cara al futuro. Lo único claro es que el fin no es otro que tener atada la inmunidad de grupo tras haberla hecho llegar a toda la población posible. Algo que, si todo sale bien para el Ejecutivo, será en 2022.

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