El día 3 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Sándwich, uno de los productos más populares del mundo y del que existen infinidad de variedades. Cada uno tenemos nuestros preferidos, ya sea con pan de molde o de miga: mixto, vegetal, de atún, de queso, de carne… En el restaurante PB&J de Chicago encontramos el más caro del mundo, el Golden Goose (Ganso Dorado), y en la carta están los ingredientes, por lo que podemos hacerlo en casa, aunque igualmente el precio de comprarlos es elevado.
En EEUU, el sándwich más popular está formado por mantequilla de cacahuete y mermelada y lo llaman PB&J (Peanut butter and jelly sandwich), de donde toma el nombre el restaurante. Pero el secreto del Golden Goose, y que dispara su precio hasta los 350 dólares (331 euros), es la miel de Manuka. Los dueños del local, los hermanos Matthew y Josh McCahill, entraron en el Libro Guinness de los Récords en el año 2020 y aún nadie les ha quitado este distintivo. Parte del dinero recaudado con cada sándwich lo donan a la ONG Hopes for Kids.
En la carta del restaurante encontramos los habituales entrantes americanos, como paratas fritas, tenders, alitas de pollo y quesos, también hay ensaladas, pizzas, hamburguesas y postres. Ninguno de los platos supera los 20 dólares. Pero al llegar a los sándwiches encontramos el famoso Golden Goose, que definen como un "pan de brioche casero dorado combinado con la mermelada más elegante jamás hecha y la miel más cara del mundo". Y detallan los ingredientes que incluye.
Cómo hacer en casa el sándwich más caro del mundo
En primer lugar, contiene mantequilla de cacahuete (maní) natural, de la marca Adams. Su precio en la web es de 5 dólares, pero en España es bastante más cara, por lo que podríamos sustituirla por una más económica de Mercadona, Carrefour, Amazon o El Corte Inglés, entre otras opciones, ya que no es lo que marca la diferencia en el sándwich.
En segundo lugar, hay que comprar la mermelada de grosella roja, fabricada por la compañía Maison Dutriez al norte de Francia (Lorraine). Se fabrica con una receta secreta desde hace casi 900 años, cuando comenzaron a elaborarla los monjes locales. Un pequeño bote de 100 gramos cuesta 23 euros. Es decir, 230 euros el kilo. Se puede comprar a través de la tienda online de la marca. Es especial porque da la sensación de que explota en el paladar en cada bocado.
Y por último, la miel de Manuka, producida por abejas que polinizan y recolectan el néctar de la flor con el mismo nombre, procede de Nueva Zelanda y es 100% pura. Lo comercializa la marca Puriti y el precio del bote de 250 gramos es de 317 euros en su tienda online. En su web se indica que “es una de las variaciones más raras de la miel de Manuka que ofrece el mercado” y no siempre está a la venta, ya que se producen “un número limitado de frascos producidos anualmente".
La miel de Manuka que utilizan en el PB&J de Chicago es la UMF 25+ (Factor único de Manuka), pero la hay hasta UMF 31+, cuyo precio supera los 1.000 euros. También las hay más baratas, como la UMF 5+ por 20 euros los 250g. Los pedidos superiores a 100 euros son gratuitos y llegan a casa en una semana aproximadamente.
Si sumamos el coste de los tres ingredientes y el pan, el sándwich nos costaría 350 euros. Es decir, casi lo mismo que en el restaurante, pero con la diferencia de que en casas podríamos hacer varios sándwiches. Por lo tanto, solo es apto para paladares sibaritas.
¿Por qué se celebra el 3 de noviembre el Día Mundial del Sándwich?
Aunque lo empezaron a consumir en la antigua Grecia y en los antiguos pueblos mediterráneos para mitigar el hambre antes de la cena con dos panes untados en aderezo, la primera referencia escrita de este alimento data de 1762. En una taberna inglesa y durante una partida de cartas, el cuarto conde de Sándwich, llamado John Montagu, pidió al camarero algo de comer que le permitiera seguir jugando la partida. El camarero cortó unas láminas de carne y las colocó sobre dos panes para que pudiera comerlo con una mano.
En alusión al conde, quedó el nombre de sándwich. Además, John Montagu nació el 3 de noviembre, de ahí que se celebre en esta fecha. Su consumo se popularizó años después. al crearse los ferrocarriles, ya que era el alimento preferido por los pasajeros para comer algo rápido durante los viajes.
