Tiene 55 años, es canaria y tiene tres hijas adoptadas. Carolina Darias fue la primera mujer que presidió el Parlamento canario en 2015, una Cámara que le ha visto crecer exponencialmente dentro del PSOE. El primer cargo de relativa importancia lo obtuvo a los 34 años, cuando fue elegida concejala del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, su ciudad natal. Después, Darias fue subdelegada y delegada del Gobierno durante el Ejecutivo de Zapatero, más tarde, diputada en el Parlamento de Canarias, presidenta del mismo y, también, portavoz del Cabildo de Gran Canaria.
En 2019 seguía haciendo carrera en la Consejería de Economía de las islas hasta que llegó 'el gran salto': en enero de 2020 salió de la política autonómica y aterrizó en la Península, cuando Pedro Sánchez la nombró ministra de Política Territorial y Función Pública. Una cartera que apenas ha podido explotar por la pandemia del coronavirus. Ahora tiene el reto de gestionar la cartera de Sanidad, tras el abandono de Salvador Illa, que regresa a Cataluña para tratar de impulsar al PSC en las elecciones del próximo 14 de febrero. En el juego de sillas, el político catalán Miquel Iceta pasa a ocupar la cartera que Darias ha dejado vacante.
Todos sentados en sus nuevas sillas, pero la música de fondo sigue sonando a ritmo de virus con UCI saturadas, nuevas cepas y enormes retos en la gestión y comunicación de la mayor crisis sanitaria en cien años. Darias llega al 'infierno' tras un año en Política Territorial y Función Pública en el que ha tenido que negociar asiduamente con las CCAA por la Covid, terreno que domina suficientemente por haber fraguado parte de su carrera política en cargos de la autonomía canaria. También es consciente de los estragos del virus en la salud: ella misma se infectó tras acudir a la multitudinaria manifestación del 8-M de 2020.
Darias ha intentado desde su hasta ahora cartera ministerial impulsar iniciativas como la creación de puestos fijos para el personal interino, advertida por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia Europeo que en marzo denunció los abusos sobre estos trabajadores y su derecho a una indemnización. También se había comprometido a modificar el Estatuto del Empleado Público para luchar contra la precariedad laboral y evitar la duración prolongada del trabajo... Todo queda ahora en manos de Iceta.
La canaria, como Illa, no tiene experiencia previa en el campo sanitario. Su mayor reto será rebajar los malos datos del coronavirus y gestionar una pandemia que está ya descontrolada en todo el país. Este último punto ha sido una losa para el exministro Illa, al que las autonomías y las organizaciones sanitarias han suspendido como gestor por no haber escuchado a los expertos. Por contra, sus detractores han alabado su buen talante. Una de cal y otra de arena.
Darias goza de una ventaja importante frente al político filósofo: ha estado presente junto a Illa en las reuniones territoriales periódicas con las autonomías en las que se han diseñado las políticas a seguir en la gestión de la crisis. Con todo, nada hace pensar que la nueva ministra se vaya a apartar de la línea política establecida por su antecesor. Será un nuevo rostro para la tercera ola de la Covid que avanza sin descanso y que ya deja 2.629.817 contagiados y 56.799 muertos en España. Una herencia maldita para Darias.
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