Aerogeneradores  flotantes

El futuro de la energía eólica en España coge fuerza "flotando" en el mar

Pese a ser una de las principales potencias mundiales en energía eólica, España tiene una asignatura pendiente; la eólica marina. Nuevos proyectos tecnólogicos y una regulación en camino marcan un horizonte prometedor. 

El futuro de la energía eólica en España está "flotando" en el mar
El futuro de la energía eólica en España está "flotando" en el mar
Europa Press

La energía eólica marina, u 'offshore', se está destapando como una de las alternativas energéticas más favorables para contribuir a la descarbonización de la economía. Durante el primer semestre de 2023, los países del mundo añadieron 5,6 GW de capacidad eólica marina, hasta alcanzar los 63,2 GW instalados en todas las plantas marítimas, según los datos recogidos por el World Forum Offshore Wind. 

Las principales potencias mundiales que se encuentran invirtiendo considerablemente en estas plantas eólicas marítimas consideran que tiene un papel fundamental en la transición ecológica hacia fuentes de energías más limpias. A día de hoy, China lidera en capacidad eólica marina, con una potencia actual de casi 30 GW, lo que representa la mitad de la capacidad mundial. Se encuentran desarrollando los mayores aerogeneradores construidos hasta la fecha, de 16 mW.

En Europa habían instalados 6.091 aerogeneradores repartidos en 122 parques eólicos para un total de 30,267 GW. Desde el Centro en Regulación en Europa (CERRE) abogan por la simplificación de los procesos de obtención de permisos, así como por una planificación general desde la propia Unión. Precisan también que los acuerdos políticos con países vecinos son cruciales para el desarrollo de estos objetivos, como puede ser el caso de la Declaración de Ostende de abril de 2023.

Las dificultades de la 'offshore fija' en España

España, por su parte, es una de las grandes potencias eólicas en todo el mundo. Si hablamos de energía eólica 'onshore' (o terrestre), nuestro país cuenta con casi 1.300 parques eólicos que suministran alrededor de 30 GW de potencia, lo que convierte a España en el cuarto país del mundo con más energía eólica instalada, solo por detrás de China, Alemania e India. Sin embargo, pese a ser un país puntero en la energía onshore, la energía eólica marina es una asignatura pendiente en España. De los 30 GW instalados en los mares europeos a finales de 2022, tan solo 5 MW pertenecían a un único prototipo de aerogenerador en España, situado en Canarias.

Son varios los motivos que han frenado la expansión del sector en España. La energía offshore no es instalable en cualquier parte, ya que requiere de un exhaustivo estudio previo que debe comprobar diferentes parámetros de cada ubicación, como pueden ser la biodiversidad y la protección del medio ambiente. Uno de estos puntos es también la profundidad de la plataforma continental. La gran mayoría de los parques eólicos marinos están anclados directamente al subsuelo marino. En Europa, un 99,6% de los GW (28,2) corresponde a este tipo de instalaciones. Las costas españolas cuentan con una plataforma continental muy reducida, y es que con alejarse unos pocos kilómetros de la costa uno se encuentra con profundidades de entre 3.000 y 4.000 metros de profundidad, lo que hace imposible la instalación fija de estos aerogeneradores

El potencial y la regulación; factores clave 

Esto genera una nueva necesidad para el desarrollo offshore en España: la construcción de paltaformas flotantes para instalar aerogeneradores. Se trata de una tecnología aún en desarrollo, con unos costes de instalación muy altos y con muy poco recorrido en el resto del mundo. En Europa, únicamente 113 MW están instalados con esta tecnología flotante, un 0,4% de la capacidad offshore. 

Este desafío tecnológico no es el único que tiene que superar el sector en España. La situación política convulsa de este año ha retrasado el desarrollo de una regulación en el sector, que se preveía para el primer semestre de este año. Sin embargo, el sector está de enhorabuena: durante los días 7 y 8 de noviembre se celebró en Canarias el segundo Congreso Eólico Marino, organizado por la Asociación Empresarial Eólica (AEE), donde Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía, anunció una tramitación muy ágil a esta regulación. Afirmó también que siguen “adelante en la cadena de esta gran oportunidad que ofrece la eólica marina".

Desde la AEE piden que la regulación se elabore y se mantenga “ gobierne quien gobierne”, y su presidente, Juan Diego Díaz, considera que “la colaboración entre todos los actores del sector, de las administraciones públicas y de los territorios es imprescindible para el desarrollo de la eólica marina". Antes de que termine 2023 se iniciará el proceso de audiencia del marco normativo del sector, que sentará las bases para el desarrollo de esta energía en España.  El Gobierno ha cifrado entre 500 y 1.000 millones las necesidades de inversión para potenciar toda la infraestructura portuaria, además de 200 millones en ayudas para I+D hasta 2023.

El "efecto tractor"

Desde la AEE, consideran que la creación de plantas flotantes “es una solución disruptiva, que permite la apertura de múltiples mercados actualmente inviables por la profundidad de sus costas. La apuesta es estratégica y de largo plazo para el país.” Para ello, han elaborado el Libro Blanco de la Industria Eólica Marina en España, donde se estima que el sector de la eólica offshore aportará directamente al PIB unos 6.116 millones de euros entre 2025 y 2030. Además, sus estimaciones apuntan a que el sector generaría más de 7.500 empleos en el mismo periodo.

El Libro Blanco habla  a su vez del llamado “efecto tractor”, que impulsaría diferentes sectores. La energía eólica marina empujaría a sectores como son el naval, la industria siderúrgica y metalúrgica o los servicios profesionales. Estas empresas podrían diversificar su actual modelo de negocio, lo que podría generar numerosos puestos de trabajo. 

Las estimaciones realizadas indican que este “efecto tractor” podría involucrar a aproximadamente 53.184 personas entre 2025 y 2050. En cuanto a las multinacionales que más de cara tienen la inversión en esta energía en España destacan Iberdrola, Repsol, Siemens Gamesa y Ocean Winds. También otras firmas más pequeñas como EnerOcean o X1 Wind podrían tener peso en la construcción de estas plantas flotantes. Se estima que la primera planta flotante funcional empiece a operar para 2028.

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