La mayor economía  de la UE, en el foco

Alemania confirma que su PIB se contrajo un 0,3% y eleva el riesgo sobre la Eurozona

La inversión en bienes de equipo y maquinaria disminuyó un 3,5% y las exportaciones cayeron un 1,6% en un contexto marcado por las fuertes subidas de los tipos de interés y por la debilidad de sus principales socios 

El canciller alemán, Olaf Scholz, en Bruselas
El canciller alemán, Olaf Scholz, en Bruselas
DPA vía Europa Press

La mayor economía de la UE se contrajo un 0,3% entre octubre y diciembre pasado, después de permanecer estancada en el tercer trimestre. La oficina de estadísticas germana, Destatis, ha confirmado además que el PIB del conjunto del ejercicio también cayó un 0,3%, lastrado por la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo -a los que su economía es especialmente sensible- y por la debilidad de China, uno de los principales socios comerciales de Berlín. 

El enfriamiento del motor económico de la Eurozona ha supuesto un lastre para el conjunto del área, que eludió 'in extremis' la recesión al cierre del pasado ejercicio. Ni tan siquiera el tirón de economías como la española, que sorprendió con un alza del 2,5% en el acumulado del ejercicio, sirvió para compensar el parón de Alemania.

Los datos que ha puesto sobre la mesa Destatis muestran un retroceso de la inversión productiva y de las exportaciones, así como un leve repunte del consumo de los hogares. Lo primero provocó un estancamiento de la actividad en todo el primer tramo del año, que acabó en un retroceso en la parte final del ejercicio. "En el último trimestre, la caída de la inversión desaceleró la economía, mientras que el consumo aumentó ligeramente", apunta en el comunicado que ha hecho público el organismo Ruth Brand, presidenta de la Oficina Federal de Estadística.

Por el lado positivo, el gasto en consumo final de los hogares alemanes aumentó en el último trimestre un 0,2% respecto al trimestre anterior ante el aumento de la demanda de servicios. También evolucionó de forma positiva el gasto público, que se incrementó un 0,3% respecto al periodo de julio a septiembre. 

Del lado negativo, la inversión retrocedió un 1,7% en la construcción, mientras que en bienes de equipo y maquinaria cayó con más fuerza, un 3,5%. Un desempeño negativo tuvo también el sector exterior, dado que las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron un 1,6% en términos interanuales, mientras que las importaciones  lo hicieron un 1,7%.

Construcción y manufacturas, las actividades más afectadas

Por actividades, las que registraron un peor desempeño fueron la construcción, que cayó un 2,6%, así como la industria manufacturera (-1,4%). Mientras que la producción de vehículos de motor y de componentes mejoró, muchos otros sectores, como la ingeniería mecánica, la fabricación de equipos eléctricos y productos metálicos y la industria química, registraron pérdidas. Por el contrario, el valor añadido bruto en el suministro de energía aumentó significativamente en comparación con el trimestre anterior. En el caso de comercio, transporte, hostelería y otros servicios, su valor añadido bruto se redujo un 0,9%.

Como ha venido sucediendo en el resto de la Eurozona, el parón de la actividad no ha impedido que el mercado de trabajo mantuviera su dinamismo. Según Destatis, a finales del pasado ejercicio Alemania alcanzó el récord de 46,2 millones de ocupados, tras aumentar el número de cotizantes un 0,5% en relación al año anterior (en 216.000 personas).

El número total de horas trabajadas por todas las personas empleadas se mantuvo sin cambios en relación al ejercicio previo, mientras que la productividad laboral global (que se calcula con el PIB ajustado en función de los precios por hora trabajada por los ocupados) se redujo un 0,4% en términos interanuales. Mientras, la productividad laboral por persona ocupada cayó un 0,9% con respecto a 2022. La remuneración de los asalariados aumentó un 6%

El estancamiento alemán y las preocupaciones del BCE

Un estancamiento persistente de la primera economía del euro puede suponer un riesgo para el conjunto de la región y condicionar la política monetaria del BCE, cuyo principal objetivo era enfriar la economía para controlar así unos precios desbocados a raíz de la invasión risa de Ucrania y la crisis energética. El banco central de Alemania, el Bundesbank, alertó recientemente de que todo apunta a que su PIB volverá a contraerse en el primer trimestre de 2024. Esto supondría la entrada en recesión técnica de la 'locomotora' europea, al acumular dos trimestres consecutivos de caída de la actividad.

Sin embargo, la presión de los salarios y de la inflación de servicios mantienen la cautela en las comunicaciones del emisor. "Es poco probable que el Banco Central Europeo (BCE) recorte los tipos al menos hasta septiembre u octubre, ya que espera una mayor confirmación de que el crecimiento salarial en la zona euro está disminuyendo", apuntan desde la gestora Natixis IM Solutions. De momento, Eurostat confirmó esta misma semana que la tasa anual de inflación se moderó una décima en enero en la zona euro hasta el 2,8%, con una fuerte presión aún del precio de los alimentos.

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