En duda la última fecha dada: 2027

Acelerar el AVE al País Vasco, la exigencia perpetua del PNV para apoyar al Gobierno

Los nacionalistas vascos vuelven a reclamar que se aceleren los plazos de la llegada del tren de alta velocidad a Euskadi, como ya hicieron durante anteriores legislaturas para apoyar los presupuestos de Rajoy y Sánchez. 

El presidente del EBB de EAJ-PNV, Andoni Ortuzar, durante el acto de cierre de campaña del PNV, a 21 de julio de 2023, en Bilbao, Vizcaya, País Vasco (España). Este es el último acto de la campaña electoral del PNV de cara a las elecciones generales del próximo domingo 23 de julio. H.Bilbao / Europa Press 21/7/2023
Acelerar el AVE al País Vasco, la exigencia perpetua del PNV para apoyar al gobierno
Europa Press

La llegada de la alta velocidad al País Vasco es la historia de nunca acabar. Los últimos plazos avanzados por el Ministerio de Transportes fijaban para 2027 la puesta en marcha de la 'Y Vasca', la infraestructura que deberá unir Vizcaya, Guipúzcoa y Álava con el resto de España en un tren mucho más rápido que el actual. Pero al PNV no le gustan estos plazos. La formación nacionalista ha pedido acelerar esta obra como parte de sus exigencias para volver a apoyar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Lo hacen tras dar un portazo al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, al considerar que su 'sí' era incompatible con el apoyo de Vox, que reclama la ilegalización de la formación vasca.

Los de Andoni Ortuzar no han desvelado públicamente sus exigencias, pero parece lógico que el PNV busque ponerse la medalla de llevar el tren de alta velocidad al territorio vasco tras tres décadas de proyecto y una vez las obras ya están bastante avanzadas. Los nacionalistas han insistido en este tema una y otra vez: la exigencia ha formado parte de las reclamaciones a los distintos ejecutivos que han requerido de su apoyo para formar Gobierno durante la última década. 

Un idilio que comenzó con Rajoy

En 2016, el PNV se convirtió en imprescindible para investir de nuevo a Mariano Rajoy como presidente y aprobar sus presupuestos. Ya entonces reclamaron acelerar las obras y financiarlas mediante un descuento del cupo vasco, algo que se saldó con un pacto para inyectar 180 millones en la infraestructura. Los nacionalistas vascos replicaron la fórmula en 2017 de cara a los PGE del siguiente año, logrando sacar al PP el compromiso de reactivar los tramos que hasta entonces estaban parados. 

Tras la moción de censura, el PSOE pasó a ser el interlocutor de la 'agenda vasca', y variaron las exigencias. Entonces, la formación vasca reclamó los soterramientos del tren en Bilbao, Vitoria y San Sebastián, que finalmente fueron aceptados por el Ministerio de Transportes, aunque no estarán listos en 2027 y su incorporación a la red está prevista para más adelante. La cuestión volvió a la arena pública durante la negociación de los PGE de 2022, donde se acordó una estación provisional a las afueras de Bilbao. 

Pero en este tiempo, la política vasca ha cambiado sustancialmente. El PNV ve cada vez más cerca a EH Bildu, su rival regional, que tendrá un escaño más en Madrid gracias al logrado en Navarra. Tras ver caer sus votos en 100.000 respecto a las anteriores elecciones generales de 2019, los de Ortuzar han resucitado el tren de alta velocidad como posible movilizador de votos y para tratar de imponer su agenda de cara a las cada vez más próximas elecciones vascas, previstas para mediados de 2024.

El tramo Burgos-Vitoria sigue sin empezar

La realidad es que el tren rápido vasco, aunque despacio, se acerca cada vez más a su puesta en marcha. De la Y sólo faltan por completar sus dos tramos más complejos: el nudo de Bergara —actualmente en obras— y su encauzamiento hacia Bilbao por Elorrio y Atxondo —también en marcha—; y la entrada a San Sebastián. Esta se hará por la línea actual desde Astigarraga, para lo cual se está instalando un tercer carril que permita la llegada de los trenes de alta velocidad y su continuación hacia Irún y Francia. A eso se suma un pequeño subtramo entre Legutiano y Eskoriatza, en Vitoria, también en ejecución. 

El verdadero tapón está en el tramo de 90 kilómetros que une Burgos con Vitoria. En 2022 se consumó la llegada de la alta velocidad a la ciudad castellanoleonesa en vía única, pero las obras que deben continuar esta línea hasta Vitoria no han empezado: la redacción de los proyectos básicos y de construcción se adjudicó en marzo de este año y cuentan con un plazo de tres años para concluirlo. Esto generará, casi de forma inevitable, una nueva demora en los plazos y pone en duda el inicialmente fijado para 2027 por el entonces secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores.

Fuentes de ADIF señalan a La Información que la inversión total prevista, asumida por el Gobierno de España, superará los 4.000 millones de euros, de los cuales ya se han ejecutado 2.500. La empresa estatal se encarga de construir la plataforma entre Vitoria y Bilbao y el Gobierno Vasco ejecuta la obra a su paso por Guipúzcoa, algo que se financia mediante anticipos sobre el cupo que luego reintegra la Hacienda estatal.

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