En 2022 por la inflación

El BCE avisa: la brecha entre pobres y ricos aumentó en España pese al 'escudo social'

En un artículo publicado en su blog, el banco Central Europeo calcula que la brecha de desigualdad entre el diez por ciento de los hogares más ricos y el diez por ciento de los más pobres subió más de 5 puntos el año pasado

Lagarde (BCE)
Lagarde (BCE)
EFE

El paquete de medidas que el Gobierno español desplegó el año pasado para hacer frente a la crisis de inflación no sirvió para evitar que la desigualdad aumentase en España. La advertencia la ha hecho el Banco Central Europeo (BCE) en un artículo publicado en su blog, donde la entidad calcula que la brecha de desigualdad entre el diez por ciento de los hogares más ricos y el diez por ciento de los más pobres se incrementó en más de cinco puntos porcentuales el año pasado en nuestro país. 

El emisor constata, además, que el rally del índice de precios al consumo (IPC), que subió un 8,4% en el conjunto del año, provocó una pérdida de bienestar en las familias españolas de media del 3,5%. El documento, elaborado por Maximilian Freier, secretario del Comité de Política monetaria del BCE y Mattia Ricci, economista de la Unidad de Análisis de Política Fiscal de la Comisión Europea, apunta que las medidas gubernamentales vinculadas a la inflación "fueron más efectivas en algunos países de la zona del euro que en otros".

Citan el caso positivo de Francia e Italia, donde las medidas anticrisis ayudaron a compensar la pérdida de bienestar en todos los niveles de renta; y cómo en otros estados, como fue el caso de Alemania (o de la propia España), la desigualad entre el diez por ciento de hogares con rentas más altas y el diez por ciento con las más bajas se incrementó en 7,5 puntos porcentuales. Con todo, en ausencia de esas políticas, el bienestar promedio de los hogares habría caído casi 6,7 puntos porcentuales en renta equivalente en los países de la región.

El artículo reconoce que los gobiernos de la Eurozona actuaron rápidamente para protegerse de las consecuencias económicas y sociales del aumento de los precios, y cómo "a menudo" aprobaron medidas explícitas para apoyar a los pensionistas y a los hogares con bajos ingresos. Actuaron mediante medidas de precios, como las que introducen topes, subsidios o descuentos a la energía o como las que reducen los impuestos sobre los bienes y servicios (la rebaja del IVA a los alimentos en España); o mediante medidas de ingresos, en forma de ayudas directas o créditos fiscales (como el cheque de 200 euros).

En concreto, las medidas de precios redujeron el aumento de la inflación en aproximadamente 1,6 puntos porcentuales. Si bien los topes de precios o las rebajas de impuestos no pueden dirigirse a hogares concretos, aquellos con menores ingresos se benefician más en términos relativos por su mayor exposición a la subida de la energía. Por ello, el informe señala que su eliminación -prevista en muchos casos para el año que viene, como han recomendado el propio BCE o la Comisión a los estados- "puede provocar un aumento de la inflación, deshaciendo en parte el impacto beneficioso inicial sobre el bienestar de los hogares".

En lo que respecta a las medidas de ingresos, permitieron un aumento de 1 punto porcentual en el crecimiento de las rentas disponibles. A diferencia de las anteriores, éstas estaban dirigidas sobre todo a los hogares de bajos ingresos, por lo que para el 10% de familias con menos recursos representaron casi la mitad del crecimiento de sus ingresos disponibles. A la vez, son las que sirvieron para cerrar más de la mitad de la brecha en la pérdida de bienestar entre las familias más ricas y las más pobres. Un tercer elemento que compensó el aumento de la inflación en términos de ingresos fue el alza de los sueldos y salarios o la revalorización de las pensiones y de las prestaciones por desempleo.

Las medidas de ingresos, menos caras y más efectivas

Los autores del artículo recuerdan que las medidas que los gobiernos adoptaron para frenar los efectos de la escalada de precios en la Eurozona "no fueron baratas", sino que su coste ascendió casi al 2% del PIB de la región el año pasado. En muchos países generaron déficits presupuestarios que se sumaron a una deuda sobre PIB muy elevada. "Esto plantea dudas sobre la eficiencia de las medidas gubernamentales para ayudar a los hogares más vulnerables", sostienen. 

De acuerdo con sus cálculos, las medidas de ingresos son mucho más efectivas para reducir la desigualdad que las de precios. Si los gobiernos pretenden ayudar a los pensionistas y a las familias de ingresos bajos, las medidas de precios "no son la opción política más rentable", puesto que son mucho más difíciles de adaptar a hogares concretos. Esto implica, según Freier y Ricci, que el coste de cerrar la misma brecha de desigualdad fue prácticamente el doble en los países que se centraron en medidas de precios que en los países que aprobaron medidas de ingresos. A esto se suma que cuando las medidas de precios expiren pueden provocar un aumento "repentino" de la inflación, deshaciendo en parte el impacto beneficioso que tuvieron en origen sobre el bienestar de los hogares.

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