En relación al resto de la Eurozona

El BdE condiciona el aguante del PIB a los ingresos de los servicios y del turismo

El comportamiento de la industria también ha sido menos negativo en España que en el resto del euro, por su menor exposición al gas ruso, el menor peso del automóvil, muy afectado por la creciente competencia de China

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos
El BdE condiciona el aguante del PIB a los ingresos de los servicios y del turismo. 
Europa Press

Que la economía nacional evolucione mejor en relación a la del área del euro los próximos trimestres dependerá, desde el punto de vista sectorial y entre otros factores, de cómo se traslade el menor crecimiento de las manufacturas a los servicios y del dinamismo que siga mostrando el sector turístico. Son dos de los puntales que han explicado la recuperación más intensa de España desde la Covid y el hecho de que factores de choque como la guerra en Ucrania le hayan golpeado menos que a sus vecinos. Es una de las conclusiones a las que llega el artículo 'La mayor resiliencia de la economía española frente al área del euro en 2023: el papel de la composición sectorial', publicado por el Banco de España en su último Boletín.

En el documento, los economistas Fernández Cerezo, Alejandro, Iván Kataryniuk y Francisco José Rodríguez advierten de que los servicios más demandados por la industria manufacturera podrían verse arrastrados por la evolución de las ramas industriales a las que sirven como proveedores, en caso de que estas se vieran afectadas por una coyuntura cada vez más compleja. A la vez, la fortaleza de las exportaciones turísticas podría limitarse por el final del verano y el agotamiento de la demanda embalsada tras la pandemia.

En lo que va de ejercicio la economía española muestra un mayor dinamismo y esto se ha traducido en una revisión al alza de las perspectivas económicas para el conjunto del ejercicio, desde la propia entidad que capitanea Pablo Hernández de Cos, al Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea, entre otros organismos tanto a nivel interno como externo. Son los mismos que dibujan un contexto de atonía e incluso de recesión para algunas de las grandes economías del área, como Alemania. 

Los indicadores de confianza han ido en la misma dirección, mostrándose más favorables en el caso español y, muy especialmente, en el caso del sector servicios y en aquellas ramas más relacionadas con el turismo, como el ocio y la cultura, el transporte aéreo, la hostelería y las agencias de viajes. Asimismo, destaca el dinamismo de las ramas relacionadas con los servicios de información y comunicaciones y las actividades profesionales y técnicas, lo que "podría estar relacionado con el impulso derivado del despliegue de los fondos Next Generation EU", apuntan los economistas. 

Otros indicadores de opinión, como los índices de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés), también son coherentes con un tono más negativo de la industria en particular y de la economía de la zona euro en particular. Entre los elementos que explicarían el mayor empuje del PIB español el artículo destaca el mayor peso en términos de valor añadido bruto (VAB) de los servicios de mercado, sobre todo de los vinculados al turismo (transporte de viajeros, hostelería y las actividades de ocio) que en el caso nacional es del 11,4%, frente al 7,3% del área del euro o al 5,3% en el caso concreto de Alemania. 

Dependencia del gas ruso, el coche eléctrico o China, las claves

Mientras este tipo de actividades han seguido experimentando una demanda muy elevada desde que se levantaron las restricciones por la Covid, las ramas industriales, menos dinámicas o que han llegado a ver contraerse su actividad, tienen un peso del 2,5% en España frente al 2,7% del conjunto de la región o el 3% germano. Esto es más evidente en el caso de los sectores más intensivos en el uso de energía, que han evidenciado una mayor debilidad en los últimos trimestres, como consecuencia del encarecimiento de los insumos energéticos desde 2021. 

Con todo, el comportamiento de la industria también ha sido menos negativo en España que entre el resto de socios del euro, entre otras cosas por su exposición más baja a las disrupciones derivadas de la reducción de los suministros de gas ruso, pero también por el hecho de que el sector automovilístico —que se ha visto más afectado por los cuellos de botella en las cadenas globales de suministros y por la creciente competencia de China en la fabricación de los vehículos eléctricos— tiene un peso inferior en el VAB en el caso de España (del 1,1% sobre el VAB total frente al 4,4% de Alemania).

A todo lo anterior se suma el enfriamiento de la segunda mayor economía del planeta, China, a la que nuestro país tiene en general una menor exposición comercial, a pesar de que esta ha aumentado casi un punto desde 2005 hasta situarse en el 1,2% del VAB en 2018, casi la mitad que en el área del euro en conjunto (2%) y muy inferior al 2,7% de Alemania. Es por ello que "una desaceleración de la economía china tendría un impacto inferior, por los canales comerciales, sobre la economía española que sobre otros países de nuestro entorno", añaden. Por último, España cuenta con las ganancias de competitividad derivadas de la mayor contención reciente de los costes laborales y de los precios.

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