Presión sobre la cesta de la compra

El combustible se suma a la sequía para añadir volatilidad al IPC hasta final de año

Los precios de gasolina y  gasóleo están subiendo en las últimas semanas como consecuencia de las subidas de las cotizaciones internacionales de los productos y refinados del petróleo por la fuerte demanda y la menor oferta

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El combustible se suma a la sequía para añadir volatilidad al IPC hasta final de año
Pixabay

Desde principios de año los economistas han advertido de que la elevada volatilidad que los precios de la energía registraron el año pasado haría mella en la tasa general de IPC. Desde la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) se apuntaba a una inflación de dientes de sierra, con subidas más moderadas de los precios durante los meses centrales del ejercicio y más acusadas en el tramo final. Los efectos de las tensiones recientes en torno al petróleo han sido evidentes al ir a repostar y el aumento de demanda en plena temporada estival ha hecho el resto. 

Así, gasolina y gasóleo encadenan siete semanas consecutivas de subidas por primera vez en lo que va de año. Los combustibles se suman a los efectos de la sequía y amenazan con generar más sacudidas en la inflación de aquí al final del ejercicio. En julio y en agosto los carburantes han roto la senda descendente del IPC, cuya tasa anual tocó suelo en junio en el 1,9%. Su presión alcista ha llevado la tasa anual al 2,6% en el octavo mes del año, de acuerdo con el avance del dato publicado el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Los precios de la gasolina y el gasóleo están subiendo en las últimas semanas como consecuencia de las subidas de las cotizaciones internacionales de los productos y refinados del petróleo. "Normalmente siempre hablamos del crudo, que también lleva subiendo varias semanas, pero sobre todo lo que marca los precios de los carburantes en el surtidor son estas cotizaciones que evidentemente están subiendo también porque lo hace el petróleo", apuntan a este diario desde la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP). El precio del barril de petróleo Brent, referencia en Europa, cotiza en 85,92 dólares en el mercado de futuros de Londres.

Hay varios factores que explican estas alzas tanto por el lado de la oferta, como por el de la demanda. Por el de la oferta, el cártel de la OPEP está siendo más estricto a la hora de aplicar los acuerdos de recorte de la producción que aprobó hace meses. Incluso Arabia Saudí ha ido más allá dando luz verde a un recorte unilateral por encima del pactado. De momento, ya ha anunciado que extenderá a septiembre el recorte voluntario de un millón de barriles diarios, que comenzó a aplicar en julio, mientras que deja abierta la posibilidad de prorrogarlo, de aumentar su alcance o de adoptar las dos decisiones al mismo tiempo. Rusia estaría presionando a los miembros de la OPEP+ para que prolonguen también los recortes de producción. 

Por otro lado, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha anunciado que la demanda mundial de petróleo alcanzó un nuevo récord de 103 millones de barriles diarios el pasado mes de junio. Esta conjunción de menos oferta y más demanda es la que está impulsando los precios al alza. "La demanda ha crecido porque, aunque el avance de China no ha sido el que se esperaba después de eliminarse la política de 'Covid cero', el gigante asiático tira considerablemente del consumo de petróleo (es el principal demandante a nivel global); y además se ha producido un aumento considerable de los desplazamientos en avión", señalan las mismas fuentes. 

Entienden, además, que es muy difícil prever que va a pasar los próximos meses, dado que todo dependerá de lo que suceda con estos factores, tanto de oferta como de demanda, de cómo se comporte esta última en invierno -en función de la meteorología-, de si alguna de las economías occidentales se estancan -como parece que está siendo el caso de Alemania ya- y de cómo evolucionan también los inventarios, puesto que en EEUU se habían publicado datos muy bajos.

Ahorrar en combustible por la hipoteca, la cesta de la compra...

El aumento de gastos al que han tenido que hacer frente los ciudadanos con el encarecimiento de la cuota hipotecaria por las subidas de los tipos de interés, el de la cesta de la compra -los alimentos y bebidas no alcohólicas costaban un 10,8% más de media en julio que hace un año-, el de la energía y el aumento de precios en la hostelería y el ocio han condicionado las decisiones de compra de los hogares. Tanto, como para usar menos el coche y reducir el consumo de carburantes. 

Este efecto, que apenas se percibe en verano, sí que ha sido evidente el resto del año en las estaciones de servicio. Víctor García Nebreda, secretario general de la AEESCAM, asociación que agrupa a las gasolineras independientes, asegura, de hecho, que estas no han recuperado los niveles de ventas que tenían antes de la crisis financiera de 2008. La concurrencia, primero la pandemia y luego de los efectos de las crisis energética, inflacionaria y de la guerra en Ucrania lo han impedido. 

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