Ahorro energético

Suelo radiante por agua o eléctrico: ¿qué sistema de calefacción es más barato?

El suelo radiante es un sistema con el que se consigue una temperatura homogénea en toda la casa, lo que aporta una gran sensación de confort, pero hay diferentes tipos dependiendo de la fuente de energía.

Suelo radiante por agua o eléctrico: ¿qué sistema de calefacción es más barato?
Suelo radiante por agua o eléctrico: ¿qué sistema de calefacción es más barato?
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El primer recibo del gas del invierno ha llegado con subidas que alcanzan hasta un 500% respecto a años anteriores para todos aquellos usuarios que no se han pasado a la Tarifa de último Recurso (TUR). Muchos han compartido en sus redes sociales recibos que superan los 600 euros e incluso alguno roza los 1.000. Un buen susto que cada vez más familias intentan evitarse cambiando la calefacción con caldera de gas a otros sistemas. Una de ellas es el suelo radiante por agua o eléctrico. Pero hay que conocerlos en profundidad para saber cuáles son sus ventajas, sus inconvenientes y con cuál vamos a pagar menos en calefacción.

El suelo radiante tiene como principal valor diferencial la capacidad de lograr una temperatura más homogénea que la de los radiadores tradicionales.  Aunque su instalación no es barata, sí podemos lograr un interesante ahorro a medio y largo plazo si se utiliza a diario. Es decir, para una segunda residencia pierde gran parte de su interés. Está formado por un sistema que se coloca bajo el suelo y llega hasta todas las habitaciones. Al transportar calor, ya sea a través de agua o generado con energía eléctrica, consigue climatizar las estancias. 

Las baldosas y las piedras son los mejores tipos de piso para usar con calefacción por suelo radiante, aunque ya se adaptan a casi todos, como tarima, madera, laminados, vinilo, goma o moqueta, entre otros. En cuanto a la duración del suelo radiante, la mayoría de ellos tienen garantía de por vida, por lo que su vida útil es más que interesante.

¿Qué es el suelo radiante por agua?

Es el sistema más utilizado en España en lo que a suelo radiante se refiere. Funciona con de agua que circula por tuberías, ya sea caliente en invierno o fría en verano para conseguir climatizar una casa. Es decir, que sirve tanto para calentar como para refrigerar.  Debe estar conectado a una caldera de condensación de gas o bomba de calor que genere el agua caliente para que se distribuya por el suelo radiante. También puede funcionar a través de aerotermia, geotermia o una hidroestufa de pellets, por ejemplo.

Como sistema de calefacción, el agua circula a menos grados que en los radiadores tradicionales, ya que al cubrir la mayor parte de la superficie del suelo, abarca más metros y el calor se reparte mejor. Esto lo convierte en un sistema eficiente, ya que la mayoría de la energía se aprovecha para generar calor, y hace que su consumo sea bajo. Además, está considerado como un sistema de alta inercia térmica, es decir, es más eficiente cuando se hace un uso continuado.

Para un uso adecuado de este sistema no superar los 30ºC de forma continua, ya que las tuberías pueden sufrir averías a largo plazo. La principal desventaja es el alto precio de la instalación, ya que “una vivienda de unos 100 metros cuadrados puede rondar los 6000 - 7.000 euros”, según los expertos de EnergyGo.

¿Qué es el suelo radiante eléctrico?

La gran diferencia es que el suelo radiante eléctrico funciona gracias a una resistencia que se coloca bajo el suelo y que transforma la energía eléctrica en calor. De esta forma no es necesario instalar una caldera. A través de un circuito de cable o malla calefactora se reparte el calor de forma uniforme por todas las estancias. Esto hace que se alcance la temperatura deseada en un menor tiempo, en torno a las dos horas aproximadamente.

La instalación es más barata que la del suelo radiante por agua caliente, “de 4.000 a 5.000 euros para una vivienda de 100 metros cuadrados”, también según EnergyGo. Además, necesita un menor mantenimiento, ya que “apenas necesita revisión durante el año”.

Pero también tiene desventajas. Una para el bolsillo, ya que el gasto eléctrico es superior y hay que tener cuidado con la factura de la luz. De ahí que se recomiende solo para casas más pequeñas en las que no se dispare el consumo. El segundo, enfocado al confort, ya que solo puede generar calor, nunca se puede utilizar para refrigerar una estancia, como si se logra con el suelo radiante por agua.

¿Qué conviene, suelo radiante por agua o eléctrico?

Cada persona tiene unos hábitos de consumo, por lo que la decisión puede variar. A nivel general, si se trata de una caso mediana o grande, siempre interesa más el suelo radiante por agua debido a su mejor eficiencia energética.

Pero también hay que tener en cuenta otros aspectos como la ubicación de la vivienda. Si es una zona cálida en la que la calefacción solo se va a utilizar unos días al año, el coste de la inversión del suelo radiante por agua es más díficil de recuperar que el eléctrico. Además, la factura de la luz no será tan costosa al no utilizarlo de forma intensiva.

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