Las ayudas del Fondo de Reconstrucción de las que se beneficiará España no estarán exentas de una fuerte condicionalidad. Lo que puede traducirse en que haya que aplicar recortes de gasto a cambio de acceder a ese respaldo económico diseñado por la Unión Europea. Así lo cree un 60,2% de los españoles, que estiman que ese rescate a los países más afectados por el coronavirus estará sujeto a "duras condiciones". Un dato que sale de la última encuesta de DYM para el Grupo Henneo y La Información, en la que se han planteado varias cuestiones económicas a los sondeados que tienen que ver con su futuro laboral o la gestión de los ERTE por parte del Gobierno. Pero la que más consenso ha generado es la pregunta de si hay que contar con los empresarios para afrontar la reconstrucción.
Según el sondeo, para el que se han realizado 1.000 entrevistas online entre el 24 y el 27 de junio, tan solo un 31,2% de los consultados está convencido de que las condiciones de ese fondo multimillonario serían de "fácil cumplimiento". Enfrente están los que tienen claro que habrá exigencias de los socios europeos de aplicar ciertos ajustes que serán difíciles de explicar ante la sociedad, que declaran haber dado su voto a Vox, PP o Ciudadanos. Pero lo llamativo es que la mayoría de los votantes de PSOE o Unidas Podemos también creen que a Moncloa no le saldrá gratis todo ese respaldo económico. Lo más pesimistas son los de UP, ya que un 52,3% estima que se dará esa fuerte condicionalidad frente a un 38,6% que lo ve todo más fácil.
En la propuesta de la Comisión Europea de un plan de reconstrucción estaba comtemplado que 140.000 millones de euros de los 750.000 del total fueran a parar a España. De confirmarse ese plan, Madrid obtendría 77.000 millones en ayudas directas y otros 63.000 en créditos. Esto le convertiría en el segundo estado más beneficiado solo por detrás de Italia, que obtendría unos 172.000 millones, 81.000 de los cuales en transferencias. Para afrontar esta inversión, Bruselas elevará temporalmente su límite de gasto por esta crisis "urgente y excepcional". Además, la Comisión que lidera la alemana Ursula Von der Leyen propuso que el presupuesto plurianual llegue al 1,1 billón de euros. El problema está en esas reticencias de los países conocidos como 'frugales' (Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia), que insisten en que todo se haga a través de préstamos e incluso se impongan condiciones.
Piden que se implique a la empresa
Otro de los asuntos planteados en el sondeo tiene que ver con el papel que juegan los empresarios en la reconstrucción. Hasta un 78,1% ve muy importante o bastante importante que los líderes de las firmas más destacados sean tenidos en cuenta por el Gobierno para decidir los pasos a dar y las medidas para que el país recupere su actividad tras la pandemia. Algo que reclaman en mayor o menor medida los votantes de todos los partidos, con la excepción de los que respaldan a Unidas Podemos. Unido a esto, resalta que los simpatizantes de la derecha son los que más insisten en aplicar esta medida. En el otro lado están los que no quieren contar con los responsables de las compañías, que apenas llegan al 3,2%.
La cuestión de los ERTE es una de las que más controversia ha generado entre los encuestados. Pero en este caso, el Ejecutivo cuenta con más respaldo. Un 33,3% considera que la gestión de la coalición de PSOE y Unidas Podemos en esta materia ha sido mala o muy mala, cuando en mayo lo creía así hasta un 46,4%. Quienes están conformes con el papel del Ministerio de Trabajo suman un 24,5%, mientras que en mayo suponían un 19,4% del total. Aunque la mayoría se sitúan en calificar de "regular" la manera de afrontar los ERTE, ya que así lo estima un 36,4%. Las críticas negativas son mayoritarias en los trabajadores del sector privado, y los más benevolentes son los empleados del ámbito público.
La confianza para mantener el puesto de trabajo tras la crisis económica generada por la Covid-19 no para de caer entre la ciudadanía, según las respuestas de los encuestados. Un 52,3% ve algo o mucho riesgo en perder su empleo o directamente ya lo ha perdido. Un porcentaje que crece con respecto a sondeos previos, ya que en mayo el pesimismo llegaba al 51,7% y en abril al 49,6%. Los que están más inquietos son los empleados de empresas privadas, de los que un 57,4% o ya no tiene trabajo o espera perderlo en próximas fechas. De esta manera, la mitad del tejido laboral español tiene miedo de quedarse sin sustento económico por su desempeño profesional. Todo lo contrario que en las firmas dependientes de la administración pública. Solo el 37,3% está en el grupo de los que han corrido peor suerte.
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