El esquema de revalorización sigue en estudio

Escrivá propone subir la pensión según el IPC medio de los dos años anteriores

Es una de las opciones que se está barajando para actualizar el sistema de revalorización de las pensiones, aunque no gusta a los sindicatos. Las desviaciones a la baja o al alza se compensarían a posteriori.

José Luis Escrivá
El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá.
EFE

El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, está decidido a romper con el tradicional esquema de revalorización de las pensiones en función del IPC previsto para el ejercicio siguiente - cuya definición está muchas veces 'contaminada' por factores políticos o no estrictamente económicos - y a implantar una fórmula más anclada al comportamiento real de la economía y menos sujeta a factores exógenos. La última propuesta en este sentido que ha llevado a la mesa de diálogo con los agentes sociales, según confirman a La Información fuentes al tanto de esas negociaciones, es determinar la subida anual de las pensiones en función del IPC medio registrado por el INE en los dos años anteriores al objeto de acompasar la subida de las pensiones al comportamiento mostrado por la cesta oficial de bienes y servicios en España en los meses inmediatamente anteriores.

El esquema busca aportar certidumbre al sistema de revalorización de las pensiones y extraer este elemento del debate político. La subida de las pensiones dejaría de estar sujeta de este modo a una decisión discrecional del Gobierno - que puede estar ajustada al comportamiento esperado de los precios o no- y estaría vinculada de forma estricta a la evolución de los precios en el país, como garantía para preservar el poder adquisitivo de las mismas. El sistema planteado al diálogo social va acompañado de una serie de mecanismos de ajuste para modular los impactos negativos o positivos que la evolución real de los precios pudiera tener sobre el poder adquisitivo de los pensionistas.

El más novedoso de los dispositivos de ajuste que plantea el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social es el que permitirá modular las subidas futuras de las pensiones en los casos en que la evolución de los precios haya determinado una ganancia extra de poder adquisitivo para los pensionistas, es decir, cuando la pensión suba más que el IPC, como ocurrió en el pasado año 2020. El año pasado la nómina de los más de nueve millones de pensionistas que hay en España se incrementó con carácter general un 0,9%, en tanto que los precios lastrados por el contexto de la crisis pandémica bajaron un 0,3% en el mismo periodo. Es decir, el poder adquisitivo de los pensionistas aumentó 1,2 puntos.

En el esquema regulatorio actual esa mejora de poder adquisitivo se consolida de manera inexorable en la nómina de los pensionistas. En el esquema que el ministro Escrivá tiene en la cabeza, no. El mecanismo que plantea el Ministerio prevé que ante este tipo de situaciones esas ganancias inesperadas de poder adquisitivo sean drenadas por el sistema a lo largo de los tres años siguientes, de forma que si en un ejercicio - como sucedió en 2020 - el poder adquisitivo de los pensionistas experimenta una mejora extra de 1,2 puntos estos se detraigan a lo largo de los tres ejercicios siguientes de la subida resultante de aplicar la fórmula del IPC medio de los años anteriores. De otro modo, si el sistema de revalorización de las pensiones en función del IPC de los dos años previos arrojara una subida del 1% para los tres años siguientes, la subida real que habilitaría el sistema sería, por ejemplo, del 0,6%, 0,6% y 0,8% en esos tres ejercicios para compensar la ganancia de poder adquisitivo extra obtenida en el año base. 

El sistema que plantea Escrivá blinda el poder de compra de los pensionistas, pero también restringe la posibilidad de que éstos puedan ganar poder adquisitivo a medio plazo. "No se puede hablar ni mucho menos de congelación", explicaba Escrivá en una entrevista en la Cadena Cope este miércoles. "Lo que nos ha solicitado el Pacto de Toledo es que las pensiones tienen que mantener su poder compra y lo que estamos trabajando en el ámbito del diálogo social es en un esquema para que se preserve indefinidamente ese principio. En situaciones en que pueda haber un IPC negativo, las pensiones no van a bajar, pero cuando evaluemos el poder adquisitivo en una ventana de varios años regularizaremos para que se preserve ese principio de mantenimiento del poder adquisitivo. Y eso no es ningún recorte de nada, al contrario".

¿Cómo operaría este esquema en los años en que el IPC superara la subida prevista en el sistema? Compensando esa eventual pérdida de poder adquisitivo. Una vez constatada la desviación de forma oficial por el INE, la Seguridad Social actualizaría la subida incluida en los Presupuestos - según la fórmula del IPC medio de los dos años anteriores - para compensar la pérdida de poder adquisitivo del ejercicio anterior. La actualización sería automática.

Un sistema demasiado enrevesado

La propuesta de Escrivá, que ha planteado a empresarios y sindicatos varias opciones en el marco de la mesa de diálogo social en la que se está discutiendo el asunto, no ha sido recibida con especial entusiasmo por los agentes sociales. Según las fuentes consultadas, consideran que se trata de un sistema demasiado enrevesado y complejo técnicamente que haría difícil a los pensionistas determinar de dónde viene la subida de su pensión.

El problema no sería tanto del esquema así como de su aplicación real, ya que a medida que se pusiera en marcha y experimentara las primeras desviaciones respecto al comportamiento real de los precios los mecanismos de ajustes al alza y a la baja podrían superponerse y convertir la asignación de las subidas anuales de las pensiones en un ejercicio excesivamente complejo.

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