Tras resultados pobres en 2023

Francia estudia aumentar el impuesto especial a las compañías energéticas

El ministro de Hacienda se plantea la posibilidad de incrementar la tasa de gravamen sobre los beneficio excepcionales obtenidos por las empresas de energía tras la escalada de precios por el conflicto en Ucrania.

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Francia estudia aumentar el impuesto especial a las compañías energéticas
Sven Hoppe / dpa - Only For Use In Spain

El Gobierno de Francia estudia hacer una excepción a su regla de no subir los impuestos y se plantea aumentar el gravamen sobre los beneficios excepcionales del sector energético. El Ejecutivo ve esta medida como una respuesta al incremento del déficit público, mejorando los resultados que da esta tasa sobre las energéticas. 

Thomas Cazenave, el ministro de Hacienda del país, explicó este viernes en una entrevista en Sud Radio que la iniciativa tendría como objetivo lograr "al menos 1.000 millones (de euros) adicionales este año" recuperando una parte de los beneficios excepcionales de esta industria.

El ministro, que asegura no tener "ninguna dificultad" para plantear este incremento, señala que el impuesto especial creado para recaudar parte de los beneficios excepcionales logrados por la energéticas tras el estallido de la guerra en Ucrania, solo logró unos 300 millones de euros en 2023 frente a los 3.000 millones previstos para el año.

Medida para reducir el déficit

"Estamos dispuestos a actuar", subrayó el ministro, que justificó un aumento de la fiscalidad a las energéticas y sólo a ese sector porque lo que han conseguido han sido "rentas" que no derivan de ninguna innovación. En cualquier caso, insistió en que "no habrá cambio de política fiscal", cuando se le preguntó con insistencia si habrá subidas de impuestos a las clases medias y a las empresas. También en que el aumento de la presión fiscal a las energéticas no se extenderá a otros sectores.

Su línea argumental es que las rebajas de impuestos desde que el presidente, Emmanuel Macron, llegó al poder en 2017 han permitido la creación de dos millones de empleos. El problema del Ejecutivo es que las cuentas públicas han dado una mala sorpresa porque el déficit en 2023 fue del 5,5% del producto interior bruto (PIB) cuando su previsión era el 4,9%.

Eso cuestiona la verosimilitud del presupuesto aprobado en otoño para 2024, que prevé un déficit del 4,4%, y el objetivo de reducirlo en 2027 por debajo del 3%, el umbral simbólico fijado en el Pacto de Estabilidad. La primera medida del Gobierno para tratar de restablecer la credibilidad ha sido un decreto para suprimir 10.000 millones de euros de gasto.

Sobre el impuesto a los beneficios de las energéticas, el Tribunal de Cuentas criticó el dispositivo fiscal por su falta de efectividad para captar la llamada "renta inframarginal", es decir la diferencia entre los precios de mercado y los costos de producción. Según este organismo público de control, de los 30.000 millones de euros de margen que las compañías ingresaron gracias a la crisis energética, el Estado captó 2.800 millones en 2022 y 2023, muy lejos de los 12.300 que se habían calculado.

Desde que comenzó esa crisis en 2021, antes incluso de la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno francés activó diferentes medidas para fijar unos topes al precio de la energía para los particulares o para amortiguar el incremento para las empresas, lo que ha tenido un costo de unos 85.000 millones de euros, según las conclusiones de un informe del Senado.

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