Hacienda deja de percibir 4.600 millones por las exenciones fiscales a las aerolíneas

Transport & Environment, la federación europea que agrupa a las principales organizaciones ecologistas del viejo continente, cifra en 4.610 millones de euros el importe al que ascienden las exenciones fiscales anuales que otorga España al sector aéreo. Esta cifra convierte a nuestro país en la segunda economía que más dinero deja de ingresar por estos privilegios tributarios, sólo por detrás de Francia. En una investigación divulgada hoy —disponible al final de este artículo—, la organización cifra en 34.220 millones de euros la cantidad total que dejaron de ingresar los estados miembros de la UE durante el año 2022 por mantener el régimen de aplicación de exenciones fiscales al sector aéreo. 

Este 'agujero fiscal' es causado, a juicio de la organización, por las políticas gubernamentales que permiten al sector aéreo no pagar impuestos por el combustible que utiliza, o que evita gravar con el impuesto al valor añadido (IVA) a los vuelos internacionales. La falta de un gravamen a los billetes de avión o el hecho de que el régimen de comercio de derechos de emisión sólo se aplique para vuelos en el Espacio Económico Europeo supone que España sea, tras Francia, la economía que más fondos deja de ingresar por esta actividad, que sin embargo, es clave para la industria turística español.

Hasta 6.000 millones que no se ingresan

En concreto, el estudio cifra en 4.610 millones de euros los que deja de recibir el Estado por esta 'brecha fiscal' frente a los 182 que sí recibe en forma de IVA, ya que este tributo solo grava a las rutas peninsulares con una tasa reducida del 10%. El estudio señala que si se gravasen todos los billetes, con independencia de su destino, esta cifra podría multiplicarse por 13, hasta 2.440 millones. A eso habría que sumar otros 990 millones si todos los vuelos abonasen sus correspondientes derechos de emisión —España es un importante 'hub' aéreo hacia Latinoamérica y, por ejemplo, esos vuelos no tienen que abonarlos—. Hacienda podría recaudar, además, otros 1.720 millones si se fijase un impuesto al queroseno.

Además, si se confirman las previsiones de aumento del tráfico aéreo y de demanda de viajeros, esta cuantía podría crecer un 23% hasta los 5.980 millones de euros en 2025. A nivel europeo, este déficit de ingresos para las arcas públicas ascendería a 47.100 millones de euros en ese mismo año. 

Las aerolíneas intercontinentales, las más beneficiadas

Transport & Environment no sólo pone el foco sobre los estados, también sobre las aerolíneas, que tampoco pagan por lo que emiten en vuelos transoceánicos o intercontinentales. Cita como ejemplo el caso de la española Iberia, cuya amplia actividad en España le haría responsable de una quinta parte de estas exenciones. Estas ascenderían a 851 millones, de los cuales 484 corresponden a impuestos sobre el queroseno y el pago por las emisiones generadas. Lo restante (367) recaería sobre los viajeros, que lo abonarían en sus billetes. 

Esta 'brecha fiscal' es sustancialmente inferior a la que generan algunos de sus competidores de países vecinos como Air France, cuyo 'gap' se eleva a 1.936 millones; British Airways —del mismo grupo, IAG—, que se 'ahorra' 1.528 millones; la alemana Lufthansa, 1.403 millones; o la neerlandesa KLM, que debería abonar 1.009 millones más, según la organización. Distinta es la situación del 'gigante' del low-cost europeo, Ryanair, cuya actividad 'sólo' dejaría de aportar 159 millones a las arcas continentales. Este importe sería el menor entre las 16 aerolíneas estudiadas, dado que la mayor parte de su actividad ya está sujeta al régimen de comercio de derechos de emisión. 

Piden subir los precios de los billetes

La organización, que aboga por "eliminar los enormes privilegios fiscales de la industria del transporte aéreo", propone incrementar los precios de los billetes como fórmula para ahorrar en emisiones de carbono a la atmósfera. Estas subidas vendrían motivadas por la imposición de un impuesto al queroseno, la aplicación de un IVA del 20% a todos los billetes o ampliar el régimen de derechos de emisión para que aplique a aquellos vuelos que parten desde la Unión Europea, incluidos los de larga distancia.

En caso de no aplicarse ninguna de estas medidas, proponen fijar un impuesto sobre el precio del billete "equivalente al agujero fiscal del país". En el caso de España, esto elevaría el precio del billete una media de 19 euros para trayectos nacionales (que ya se aplica), 49 euros para rutas a destinos europeos (incluidas las rutas a Canarias, que ahora están exentas de IVA) y 275 euros para viajes fuera de la UE. Además, abogan por que los ingresos recaudados se reinviertan en promocionar tecnologías y medios de transporte alternativos y más limpios, como el ferrocarril.

Organizaciones ecologistas que forman parte de Transport & Environtment, como Ecodes o Ecologistas en Acción, señalan que esta cifra "es el equivalente al presupuesto anual de Barcelona y Valencia juntas, y suficiente para mantener la subvención a los abonos gratuitos para trenes de Cercanías y Media Distancia durante casi 7 años".