117 millones en indemnizaciones en 2022 

La sequía amenaza cultivos como el olivar y mete presión al precio de los alimentos

La falta de lluvias añadirá problemas al campo, cuyos costes de producción siguen muy elevados,  y puede mermar cosechas tan importantes como la de aceite de oliva donde España es líder de mercado, el vino y las almendras  

La sequía amenaza la producción de cultivos como los cereales y el olivar
La sequía amenaza la producción de cultivos como los cereales y el olivar
Europa Press

El campo español mira al cielo con inquietud estos días, en el que medio país se toma un descanso y disfruta de una climatología benigna. Si no cae una gota de lluvia en las próximas semanas agricultores y ganaderos de toda España se enfrentarán de forma generalizada a una aguda sequía. Una circunstancia que meterá más presión al precio de los alimentos, en un contexto en que el IPC de la alimentación se sitúa en el 16,7% y las medidas del Gobierno parecen no tener el impacto esperado. Además, a la más que probable merma de producciones como el aceite de oliva, el viñedo y las almendras se sumarán las restricciones para el consumo humano como sucede ya en Cataluña. Todo ello, tras un ejercicio que tampoco  fue muy poco generoso en precipitaciones, y unos costes de producción que siguen muy elevados.  

Drama en el Guadalquivir y el Guadiana 

"La situación es de absoluta emergencia", resume el secretario general de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) Juan Valero a La Información. Por ejemplo, comenta que en la cuenca del Guadalquivir, "este año dispondrán de unos 700 metros cúbicos/hectárea y año mientras que en un año normal cuentan con 4.000 metros cúbicos/hª y año". Un difícil contexto que, asegura Valero, se extiende a otras cuencas como la del río Segura (Murcia) "a pesar del trasvase Tajo - Segura" y el Guadiana. Al respecto, el secretario general de Fenacore, también menciona el estado de  ríos como el Segre "con el embalse casi sin agua" y el Llobregat (Barcelona), "en una situación complicada", del que se abastece la ciudad de Barcelona. 

"Este año, en la cuenca del Guadalquivir, dispondrán de unos 700 metros cúbicos/hª y año, mientras que en un año normal cuenta con 4.000 metros cúbicos" 

Preguntado por los cultivos que se verían afectados, Valero explica que prácticamente todos, al tratarse de zonas muy amplias y cita el caso de Huelva donde la falta de precipitaciones estaría impactando sobre producciones como la de fresas y arándanos con las inversiones más elevadas por hectárea. El representante de los regantes también habla de "restricciones" en el caso de los cítricos.  

Por su parte, fuentes de Asaja también mencionan la compleja situación que atraviesan cuencas como la del Guadiana en el que la falta de lluvias impactaría sobre cultivos como el arroz así como la del Guadalquivir. Más optimistas se muestran sobre el Duero y el Ebro, aunque avisan sobre este último que la situación “no garantiza una campaña de riego buena”. En este sentido, desde esta organización agraria, muestran su preocupación por la suerte de producciones como la del cereal que se uniría a una reciente campaña con “cosechas cortas y complicadas”. Lo que, a la postre, hace a España más dependiente de los mercados internacionales razonan desde esta organización agraria. Todo ello, en un país en el que (maíz incluido) se consumen 37,7 millones de toneladas. Muy superior a los 24 millones de toneladas producidas por España en la campaña 2021/2022, según el Ministerio de Agricultura.

Fuentes de Asaja avisan que la situación en el Ebro "no garantiza una campaña de riego buena" 

En Asaja también coinciden en que el olivar esta ya "tocado", así como los almendros y parte de los pistachos "ante unas anomalías térmicas que les pillan sin reservas hídricas". Lo que extiende a otros cultivos como la viña, los frutos secos , la patata y la remolacha que están ya afectados por la falta de agua y los recortes. Lo que, en su opinión, hará "difícil" que los agricultores se atrevan a plantar y, por lo tanto, retraerá  inversiones y hará que más de uno siembre menos o no lo haga. En una línea similar, el secretario general de Fenacore apunta que los regantes, ante unos caudales más escasos, optarán por "cultivos con menor dotación de agua ya que normalmente los que requieren más agua suelen ser los más caros" y no duda en hablar de "pérdidas" para el agricultor.

La factura económica de la sequía 

La sequía ya se cobró una importante factura en 2022. El año pasado  Agroseguro abonó 117 millones de euros a agricultores y ganaderos por siniestros derivados de la falta de agua. Todo ello, en un ejercicio que ha sido histórico en el abono de indemnizacione: 769 millones de euros superando al muy seco 2012.  El coordinador del Grado en Recursos Hídricos y codirector del Master en Hidrología y Gestión de los Recursos Hídricos de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Francisco Carreño, recuerda que "el agua es el recurso motor del sector primario" y estima que las sequías más recientes han producido entre 8.000 y 10.000 millones de euros en pérdidas.

La falta de lluvias tampoco discrimina entre multinacionales pymes y cooperativas. Tal es el caso del gigante cooperativo DCOOP, que el año pasado exportó por valor de 603,60 millones de euros (un 24,56% más que en 2021) aceite de oliva, aceitunas de mesa y vino a 79 países. Además de facturar en 2021, el dato más reciente, 1.021,16 millones de euros. Sobre el aceite de oliva conocido también como el oro líquido, en el Boletín de Mercado elaborado por Agricultura constatan ya "una fuerte caída de la producción" y una reducción de la comercialización" con una producción que habría caído hasta un 55% a 28 de febrero respecto al mismo tiempo de 2022 (las campañas son de octubre a octubre).  

"¿De qué sirve que el aceite esté carísimo si no tengo cosecha?", se preguntan desde cooperativas como DCOOP  

Al respecto, fuentes de DCOOP, no son optimistas sobre la actual campaña del aceite de oliva que "será igual o peor que la anterior". En este sentido, muestran su inquietud por las altas temperatura de estos días. "Estamos asustados por los olivos que van a florecer y pueden achicharrarse por el calor excesivo", reconocen desde esta cooperativa donde describen un paisaje de pantanos "bajo mínimos" en zonas productoras como Jaén. También rechazan que, a pesar de los elevados precios, los productores primarios se estén beneficiando de ello: "¿De qué sirve que el aceite esté carísimo si no tengo cosecha?", se preguntan las fuentes consultadas quienes añaden que el elevado valor del aceite de oliva en los lineales está ya retrayendo el consumo. Algo especialmente inquietante en los países con nuevos consumidores. 

Los reglones torcidos de la planificación hidrográfica 

Entonces, ¿qué se puede hace? Carreño (URJC) reconoce que hará falta inversiones y voluntad política. Para este experto, "tenemos una norma muy buena, pero la planificación hidrográfica está supeditada a otras políticas a nivel político, económico y medioambiental". O lo que es lo mismo, la letra es buena pero con la música desafinamos. En este sentido, menciona que la pérdida de agua en las conducciones alcanza de media el 30% y pone, como ejemplo, las inversiones del Canal Isabel II en este ámbito ."Es un problema de base porque siempre se piensa que es un recurso renovable, pero cada vez hay más demanda y una disposición menor", apunta este experto quien echa de menos que se hable más de agua y menos de energía. "Una buena política energética necesita agua, pero se pone el foco en la primera", advierte el responsable del Grado de Recursos Hídricos de la URJC. 

"Los problemas el agua son complejos y requieren soluciones complejas", apunta el secretario general de Fenacore Juan Valero. El representante de los regantes cree que hay que analizar cada zona y los recursos disponibles antes de adoptar medidas como la realización de pozos de sequía. En este sentido, ha defendido el grado de modernización de los regadíos en España que estima en un 80% y apuntado que hay que completar las obras pendientes. "En los últimos 25 años hemos reducido un 25% el volumen de agua, que usamos desde los 7.100 metros cúbicos por hora y año de 1998 a los 5.600 metros cúbicos por hora y año actuales", defiende Valero frente a las críticas hacia los regantes por su consumo de agua. Planteamientos que tacha de "demagógicos".    

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