Se encarecieron un 16,5% en marzo

El Gobierno pone en pausa las medidas adicionales para contener los alimentos

Fuentes del departamento económico inciden en que las ya adoptadas, en forma de rebaja o eliminación del IVA tienen aún recorrido, y descartan iniciativas como las planteadas por el socio de gobierno, Unidas Podemos.

Pedro Sánchez Nadia Calviño Yolanda Díaz
El Gobierno pone en pausa las medidas adicionales para contener los alimentos
Europa Press

El efecto escalón o base ha permitido que la tasa anual de inflación se moderase en marzo hasta el 3,3%, su nivel más bajo desde agosto de 2021. El alivio viene dado por la bajada de los precios de la energía frente a la fuerte subida que electricidad y combustibles registraron en el mismo mes hace un año, justo después de la invasión rusa de Ucrania. Pero ese oxígeno no llega aún a otros componentes de la cesta del IPC cuyo impacto sobre el bolsillo de los hogares es diario y directo: los alimentos. Sus precios subieron de media un 16,5% en tasa interanual en marzo, apenas una décima menos que en febrero, con un aumento muy superior en el caso de productos como el aceite de oliva (32,1%), la leche entera (+30,8%) o las legumbres y hortalizas frescas (17,7%). Todos ellos están afectados por la rebaja del IVA que el Gobierno aprobó a principios de año. 

De momento, el Ejecutivo ha puesto en pausa las medidas adicionales que hace unas semanas no descartaba tomar para hacer frente a la escalada de la alimentación. Fuentes del departamento económico consultadas por este diario inciden en que las ya adoptadas -en forma de rebaja de impuestos- tienen aún recorrido, por lo que en ahora mismo no hay ninguna novedad sobre la mesa. En una entrevista reciente a 'La Información' el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés, apuntaba a que el abaratamiento de la energía -que ya ha impactado en la inflación general- tendría que ir reflejándose también en los precios de los alimentos elaborados, y explicaba que el Gobierno estaba esperando a ver los datos definitivos (por entonces de febrero) antes de decidir si adoptaría o no medidas adicionales a la rebaja del IVA a los alimentos. 

"La expectativa es que los datos de enero y febrero vayan dando paso a una moderación, primero, y a un descenso más continuado de los precios de los alimentos después", aseguraba. Esa vía alternativa queda aparcada por ahora, pese a que ha sido, de hecho, uno de los temas que ha venido provocando más fricciones dentro del ejecutivo de coalición. El socio Unidas Podemos ha propuesto varias iniciativas que pasaban por topar directamente el precio de los alimentos o por aprobar una bonificación del 14,4% sobre una cesta básica de productos, de forma que su coste descienda hasta los niveles previos al estallido de la guerra.

La resistencia a ceder de los alimentos está dentro de lo que contemplaban los expertos que, en general, preveían que estos productos siguiesen liderando el encarecimiento de la cesta de consumo. Sí que ha sorprendido, en concreto, el alza de precios en los alimentos no elaborados, que ha sido del 13,6% interanual y del 1,6% en el mes, según el INE. Camilo Ulloa, economista principal de la unidad España y Portugal de BBVA Research, lo atribuye a las condiciones climáticas adversas y a la continuación del traspaso a precios del aumento en costes (tanto de los energéticos como de los laborales). En el futuro, considera probable que el abaratamiento de la energía comience a reflejarse en tasas de inflación más moderadas en los alimentos, si bien los modelos con los que trabaja la entidad indican que esa moderación "será muy gradual", explica Ulloa. 

Una parte importante de los factores que ha provocado el rally en la alimentación ha ido mostrando signos de mejora, como se aprecia en el coste de los combustibles, la energía, los fertilizantes o los piensos. Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, apunta a esos otros problemas que persisten, como los fenómenos de escasez relacionados con la sequía, pero también la asimetría que existe en la traslación de los costes, que se repercuten rápidamente a los precios de venta cuando suben, pero que cuando bajan tardan en reflejarse. "Esto nos lleva a temas de competencia en los servicios que están muy relacionados con el llamado ruido de la inflación", apunta. La caída de la demanda podría servir para atajarlo. Lo que ha sucedido hasta ahora ha sido lo contrario. La pandemia ha provocado un periodo de sobreahorro tanto a nivel de los consumidores nacionales como de los turistas extranjeros que ha alimentado más la espiral de precios. 

La rebaja del IVA a determinados alimentos no es eficiente

"Gracias al abaratamiento de la energía veremos tasas de inflación con altibajos, alejadas del doble dígito, pero posiblemente más persistentes", apunta Torres a este diario. Desde BBVA Research prevén que de cara al mes de abril la tasa anual del IPC aumente de nuevo al 4,4%. Por ello, inciden en que en un contexto como el actual es importante que las medidas adoptadas para paliar los efectos de la inflación sean focalizadas, temporales y lleguen a tiempo. Es decir, "que ayuden a los colectivos más afectados y/o con menores ingresos y que hagan un uso eficiente de los recursos públicos, evitando medidas indiscriminadas", añade Ulloa. Esto es, descartando aquellas que distorsionen significativamente el funcionamiento de los mercados de bienes y servicios. 

Desde su punto de vista, la ayuda de 200 euros para personas con bajos ingresos sería un buen ejemplo del tipo de medidas a explorar, mientras que otras, como la reducción del IVA en ciertos productos, no son muy eficientes. En la misma línea, el director de coyuntura de Funcas, Raymond Torres, recuerda que cuando el abastecimiento es insuficiente por una caída de la producción, los precios suben ya antes de aplicárseles el impuesto, dado que la oferta es más limitada. Es lo que está sucediendo con el aceite de oliva, que viene de una cosecha muy pobre en la última campaña y que se está viendo afectado ahora por la sequía, de forma que su precio se ha disparado un 32,1% en el último mes en relación a marzo del año pasado.

Un informe publicado este mismo viernes por Facua asegura que cuatro de cada diez alimentos afectados por la rebaja del IVA han subido su precio en los lineales de los supermercados desde que entrara en vigor la medida el pasado 1 de enero. La organización de consumidores asegura que en marzo eran uno de cada tres los que se habían encarecido y en febrero, uno de cada cinco. La conclusión la extraen del seguimiento a la evolución de casi 1.000 precios de alimentos en ocho cadenas diferentes de distribución. ¿Qué ha sucedido con otros productos? Los datos publicados por Estadística el viernes confirman, por ejemplo, que los precios de la carne y el pescado siguen al alza en términos anuales, si bien desde que arrancó el año las carnes de ovino (-6,5%) y pollo (-0,2%) y el pescado "fresco y congelado" (-0,6%) se han abaratado.

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