Estudio Económico sobre la UE 

La OCDE secunda al FMI y pide más alzas de tipos en la Eurozona y control del gasto

El club llama a los Gobiernos a emplear instrumentos específicos para abordar los riesgos del sector financiero e insiste en que la sostenibilidad fiscal debería basarse en un gasto público bien priorizado y más eficiente

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann OECD Headquarters, Paris
El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann OECD Headquarters, Paris
OECD / Herve Cortinat

La incertidumbre tiñe a fuego las perspectivas económicas de la Eurozona y la Unión Europea en el más corto plazo, en un escenario marcado aún por las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, que disparó los precios de la energía y los alimentos y ha frenado la recuperación tras la pandemia de Covid-19. Ante un entorno de inflación que no termina de doblegarse en el conjunto del área, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) secunda el mensaje lanzado este verano por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, ve necesario que el Banco Central Europeo siga adelante con las subidas de tipos y que los Estados hagan mayores esfuerzos de control del gasto público. 

En su último Estudio Económico, el club que engloba a las economías más desarrolladas del planeta apunta que "dada la inflación generalizada y persistente, las políticas monetaria y fiscal deben actuar en sinergia para reducir de forma duradera las presiones inflacionarias". Sobre las segundas, el 'think tank' ve necesarios mayores esfuerzos para garantizar que la política fiscal esté mejor focalizada y sea más sostenible. Precisamente, en las actas de su última reunión el BCE advertía de que la política fiscal en muchos países europeos ha seguido siendo expansiva, lo que ha alimentado aún más las presiones inflacionistas.

Las vulnerabilidades del sector financiero son significativas

El documento que ahora ha hecho público la OCDE apunta, además, a que las vulnerabilidades financieras son significativas, especialmente en aquellos países con mayores desequilibrios, esto es, con "altos niveles de deuda privada y una alta proporción de hipotecas variables", definición a la que se podría ajustarse España. La organización llama a las autoridades a que hagan uso de políticas e instrumentos específicos para abordar los riesgos del sector financiero en función de sus necesidades. Además, insisten en que la sostenibilidad fiscal debería basarse en un gasto público bien priorizado y más eficiente y que habría que apuntalarla con una mejor gobernanza económica, en particular con un "mayor cumplimiento de las normas fiscales". 

La organización cree que los Veintisiete tendrían que volver a poner el foco en la sostenibilidad de la deuda y en planes de gasto plurianuales para garantizar una política fiscal más anticíclica y una trayectoria descendente hacia niveles de deuda más prudentes. Todo lo anterior se enmarca en unas previsiones que estiman que la economía crecerá gradualmente desde el 0,9% que contempla en 2023 al 1,5% en 2024, y que sitúa la inflación en el 5,8% este ejercicio este año y en el 3,2% el próximo, por lo que se mantendrá por encima del objetivo del 2% a medio plazo que se ha marcado el Banco Central Europeo.

Está por ver si la entidad que capitanea Christine Lagarde recoge el guante y aplica una subida adicional del precio del dinero. En el seno de la entidad ha habido mensajes contradictorios en este sentido, puesto que los 'halcones' o representantes del ala dura del BCE apuestan por un incremento de 0,25 puntos, mientras las 'palomas' se decantan por hacer una pausa ante los signos de fuerte desaceleración que se aprecian en la economía. Esto que, por otra parte, era el objetivo que perseguía el banco central para hacer frente a una inflación que se ha mostrado más persistente de lo esperado. 

Caídas del sector servicios y el estancamiento alemán

Los índices PMI han registrado correcciones a la baja en el sector servicios, situándose, por primera vez en lo que va de año, en terreno de contracción de manera generalizada en las principales economías de la región. El PMI compuesto de la actividad total de la Eurozona muestra que la actividad económica cae al ritmo más fuerte desde noviembre de 2020 (se situó en agosto en los 46,7 puntos frente al 48,6 de julio). "Se trata de la tercera contracción mensual y evidencia que la eurozona está descontando una actividad económica cada vez más baja", advierte Javier Molina, analista senior de mercados para eToro. 

En su opinión, lo que más preocupa es que las dos mayores economías del continente, Francia y Alemania, son las que más se están contrayendo, así como el hecho de que vamos hacia un entorno en el que los problemas "se van a ir acrecentando". El PIB germano se estancó en el segundo trimestre tras haber entrado en recesión técnica en el primero (venía de caer un 0,4% entre octubre y diciembre y se contrajo un 0,1% de enero a marzo) y las dudas sobre si ese crecimiento cero pudiera ser solo un paréntesis han ido en aumento las últimas semanas a raíz del traspié de la producción industrial y la debilidad de la demanda externa, sobre todo de China. 

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