Previsiones de otoño

La OCDE certifica el parón económico y reclama medidas para atajar la inflación

El club de los países más desarrollados rebaja tres décimas su previsión de PIB para el año que viene en España hasta el 1,3% y sitúa la tasa anual de IPC en el 4,8% tanto en 2023 como en 2024

AME9356. SANTIAGO (CHILE), 23/09/2022.- El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, habla durante la presentación de un nuevo estudio económico sobre Chile, hoy, en la ciudad de Santiago (Chile). La OCDE alabó este viernes la "impresionante" recuperación económica de Chile tras la pandemia, pero alertó de que el covid-19 "ha revertido las caídas en materia de pobreza y desigualdad". En el "Estudio Económico de Chile", la organización integrada por las economías más desarrolladas del mundo explicó que "las instituciones sólidas de Chile y la gestión prudente de las finanzas públicas permitieron una fuerte respuesta fiscal a la pandemia y una vigorosa recuperación". EFE/ Elvis Gonzalez
Agencia EFE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se suma a otros organismos y analistas y avanza un frenazo de la economía española el año que viene hasta el 1,3%, tres décimas por debajo de la anterior estimación que hizo en septiembre. Su cálculo es más pesimista que el del Gobierno, que sitúa el crecimiento en el 2,1% el próximo ejercicio, pero está más en línea con el publicado recientemente por el Banco de España (1,4%), la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (1,5%) y por encima de las perspectivas de la Comisión Europea (que sitúan el avance de la actividad apenas en el 1% el año próximo). 

El club que engloba a las economías más desarrolladas sitúa la lucha contra la inflación como la principal de las prioridades en lo económico y estima que el alza de los precios será de media del 4,8% el año que viene en nuestro país (que despedirá este año con una tasa anual de IPC del 8,6%) y que se mantendrá en el mismo nivel de cara a 2024, lo que implicaría que España no será capaz de atajar por completo las presiones inflacionistas. El país verá mantenerse tu tasa de inflación cuando la zona euro en conjunto la habrá reducido del 6,8% en 2023 al 3,4% en 2024. Es justo lo contrario de lo que ha venido sucediendo hasta la fecha. La inflación tocó techo en nuestro país en julio (10,8%) y se ha moderado hasta el 7,3% en octubre, mientras que en la zona euro no ha dejado de avanzar en ese periodo y tocó el mes pasado el 10,6%, máximos desde la incorporación del euro. 

De los cálculos que ha publicado este martes la organización se desprende que España crecerá más que la mayoría de los grandes países desarrollados, sobre todo si se compara con el resto de grandes economías europeas. Alemania registrará un retroceso de la actividad del 0,3% y Francia e Italia avanzarán menos de la mitad, al 0,6% y al 0,2%, respectivamente. A mayor ritmo que la economía española crecerán Corea del Sur (1,8%), Japón (1,8%), China (4,6%) o India (5,7%). Todas ellas, economías menos dependientes de Rusia y a la que la guerra y sus consecuencias en lo energético les afectan en menor medida.

El PIB crecerá al 4,7% este año, más de lo previsto

También se aprecia cómo el ahorro que el sector privado acumuló durante la pandemia y la llegada paulatina de los Fondos Next Generation y su impacto en la inversión pública están sosteniendo el consumo y permiten albergar unas expectativas más optimistas de cara al cierre de este ejercicio. Así, el 'think tank' mejora su anterior previsión y sitúa el alza del PIB en el 4,7%, tres décimas por encima de lo que contempla el cuadro macroeconómico incluido en los Presupuestos Generales del Estado de 2023.

La inversión privada y el consumo sí se verán afectados los próximos meses por el incremento de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) prevé seguir aplicando para tratar de poner en cintura a los precios. Este endurecimiento de la política monetaria tendrá también impacto en el sector de la vivienda, si bien el golpe no será tan fuerte como durante la pasada crisis financiera, en la que los precios de los inmuebles se desplomaron, el empleo cayó con fuerza y la actividad retrocedió con fuerza. En este tiempo, además, el porcentaje de créditos a tipo variable ha disminuido  de forma notable en relación al total.

La organización añade en sus previsiones que el frenazo de la economía no debería traducirse en un aumento mayor de la tasa de paro. De hecho, los economistas de la organización sitúan la tasa de desempleo en el 12,9% el año que viene y la rebajan al 12,7% de cara a 2024. Todo lo anterior permitirá a España reducir moderadamente el desequilibrio de sus cuentas públicas. El déficit se reducirá desde el 4,9% este año (un punto porcentual más de lo que anticipa el Gobierno) al 4,2% en 2023 y al 3,7% ya en 2024.

Desde el Departamento que encabeza Nadia Calviño valoran que la OCDE haya confirmado, como estimó el Gobierno, que la inflación ya ha alcanzado el pico y se irá reduciendo gradualmente, tal y como viene sucediendo en los últimos meses. También, que no se estén produciendo efectos de segunda ronda a través de un aumento de los costes laborales (el repunte anual de los costes laborales unitarios se ha mantenido por debajo del 1% en lo que va de año, por debajo de las cifras del resto de economías avanzadas y zona euro).

Europa, pendiente de la energía este invierno y el próximo

El principal riesgo que rodea estas proyecciones es que la crisis energética se agrave este invierno en Europa y que lo haga aún más el que viene por las dificultades para llenar las reservas de gas. Según el club de países desarrollados unos precios del gas más elevados o una interrupción del suministro recortaría el crecimiento económico y dispararía la inflación en la zona euro y en Europa en general. El PIB de la zona euro apenas avanzará un 0,5% (frente al 1,6% que había calculado en junio) e igual sucederá con el de Estados Unidos (para el que preveía un alza del 1,2%). De cara a 2024 ambas economías se recuperarán de forma moderada, con un crecimiento del 1,4% y del 1%, respectivamente.

Es por esto que los autores del informe inciden en que, al margen de las medidas adoptadas por los bancos centrales, los gobiernos también deben implicarse con una política fiscal más restrictiva y orientada al ahorro de energía y a la promoción de las renovables. Así, las ayudas públicas para suavizar el golpe a los particulares y las empresas del encarecimiento de la energía no pueden seguir siendo masivas e indiscriminadas. Deben ser temporales y selectivas y centrarse en proteger a los más vulnerables sin generar presiones inflacionistas adicionales.

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