Cambio de residencia

Los países europeos donde se pagan menos impuestos por cobrar la pensión

En España tanto las pensiones de jubilación, como el rescate de planes de pensiones tributan por el IRPF, con un tipo impositivo progresivo del 19 al 45%.

Dos jubilados en la playa.
Los países europeos donde se pagan menos impuestos por cobrar la pensión
Imagen de Ri Butov en Pixabay.

Muchos trabajadores llegada su jubilación apuestan por viajar, disfrutar del tiempo libre e incluso cambiar su lugar de residencia, entre otros motivos por calidad de vida, tiempo… pero el nivel económico y sobre todo la fiscalidad también influye. Mudarse a otro país puede tener ventajas a la hora de pagar impuestos, ya que según qué país sea las rentas provenientes de planes de pensiones, así como la pensión pública que vayan a recibir, podrían contar con un tipo impositivo menor que en España del que podrán beneficiarse gracias a los convenios de doble imposición firmados. Esto implica que dos países acuerdan medidas para evitar que un contribuyente que recibe rentas del extranjero pague dos veces, en su país de residencia y en el de origen de las rentas.

En España, los ingresos por pensiones públicas están sujetos a IRPF, al igual que el rescate de planes de pensiones. Aunque estos últimos cuentan con ventajas fiscales al realizar aportaciones, esos beneficios se compensan al rescatar el plan, bien en forma de renta o bien de capital, que tributan como rendimiento del trabajo y, por tanto, aumentan la base imponible del IRPF, que tributa progresivamente del 19 al 45% en España.

Para evitar esta situación los pensionistas pueden trasladarse a Portugal. El país vecino es el país europeo que más comentarios suscita en este contexto. En 2009 aprobó un régimen fiscal especial para los Residentes No Habituales (RNH), según el cual basta con vivir 183 días en el país o declarar una vivienda como residencia habitual para declarar allí la pensión, e incluso el dinero del rescate del plan de pensiones sin tributar por ello, ni en Portugal ni en el país de origen, durante 10 años. Esta exención se aplica sobre los ingresos obtenidos en el extranjero, pero respecto a las rentas portuguesas estos residentes no habituales pueden beneficiarse de un tipo fijo del 20%.

Sin embargo, este paraíso fiscal para los pensionistas extranjeros llegó a su fin recientemente, en el mes de febrero, cuando el Gobierno aprobó los Presupuestos del Estado para este año. En ellos se incluyó la eliminación de esta exención total y a partir de ahora las pensiones de jubilados de otros países son gravadas un 10%, aunque esta nueva medida no tiene efecto retroactivo. El régimen fiscal aplicable a los residentes no habituales (RNH) sigue siendo más ventajoso respecto a España.

Mientras Portugal decidió modificar el régimen fiscal, Grecia parece tomar su testigo tras decidir aplicar un régimen fiscal similar con exenciones durante 10 años a los ingresos de los pensionistas que trasladen su residencia al país heleno. El programa, llamado ‘Tax reform with a development prospect for Greece’s future’ (Reforma de los impuestos con una propuesta de desarrollo para el futuro de Grecia), está todavía pendiente de aprobación. Mientras tanto, quienes declaran sus ingresos en Grecia deben tributar, a partir de los 20.000 euros, por el Impuesto de la renta que cuenta con un tipo progresivo del 22% al 45%.

Tributar por menos del 15% en otros regímenes especiales

Pero no son los únicos países, el jubilado tiene más donde elegir. Trasladarse a Malta puede ser otra opción gracias al 'Malta Retirement Program'. El programa aplica un régimen fiscal especial que da derecho a una obligación tributaria del 15% sobre cualquier ingreso que venga del extranjero. Eso sí, con un mínimo a pagar de 7.500 euros. 

El programa, como señala la propia web del Gobierno maltés, está diseñado para atraer a ciudadanos de la UE, el EEE y Suiza con una pensión como fuente habitual de ingresos y que la vayan a recibir en su totalidad en el país. Para ello deberán residir allí, pasar un mínimo de 90 días al año y no residir en otro país durante más de 183 días. Además, también exigen adquirir una propiedad de al menos 275.000 euros o contar con un alquiler mínimo anual de 9.600 euros en Malta.

En Chipre, el ingreso de una pensión que surge de servicios prestados en el extranjero se se grava aplicándole un tipo del 5% para importes que excedan los 3.420€ por año. El contribuyente tiene el derecho de elegir si se le impondrán impuestos bajo la forma especial de tributación o bajo los tipos normales.

Uno de los países que se han sumado a aplicar regímenes especiales para atraer a jubilados es Italia, aunque en su caso ha sido orientado a zonas específicas económicamente deprimidas. En 2019 los presupuestos italianos incluyeron desgravaciones fiscales para los pensionistas que trasladaran su residencia a zonas de las regiones de Sicilia, Calabria y Cerdeña. Los jubilados, ya sean italianos o extranjeros, deberán pasar al menos seis meses y un día viviendo en esas regiones para optar a no pagar impuestos. Asimismo, deberán mudarse a localidades con menos de 4.000 personas y que hayan sido golpeadas por un éxodo de población de al menos el 20% en la última década, para lo que tendrán además ayudas para acceder a una vivienda.

Rechazo de algunos países

Portugal, Grecia, Malta... el sur de Europa está a la caza del jubilado extranjero, aunque con unos modelos no muy bien vistos, sobre todo entre los gobiernos vecinos del norte. Especial recelo generó el sistema tributario luso que hasta ahora aplicaba la exención total de los pensionistas y obligó a países como Finlandia a gravar a sus pensionistas aunque residan en Portugal, rompiendo el acuerdo de doble imposición. Suecia continuó el camino finlandés y también cobra la tasa del impuesto de la renta a los jubilados que figuren como residentes no habituales de Portugal

Las críticas también han surgido de otros países, sin embargo, pese a ellas, los acuerdos de doble imposición firmados entre países permiten a los ciudadanos beneficiarse de estas medidas. Estos acuerdos bilaterales tienen como objetivo evitar pagar impuestos por los mismos ingresos en dos países, el de origen y destino. De esta manera, el país de destino decide el pago de impuestos del residente extranjero. 

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