Compromisos con Bruselas

El pacto en pensiones redobla la presión sobre Díaz para sacar su reforma laboral

Escrivá toma la delantera en la carrera por las reformas y enfila el acuerdo con los agentes sociales, mientras la mesa de negociación con el Ministerio de Trabajo continúa atascada por el rechazo de la CEOE.

Escrivá Díaz
El pacto en pensiones redobla la presión sobre Díaz para sacar su reforma laboral
Europa Press

Giro inesperado de los acontecimientos en el diálogo social. Contra todo pronóstico, la negociación para la primera parte de la reforma del sistema público de las pensiones va a desembocar en un acuerdo inminente, mientras las conversaciones para la modernización del mercado laboral continúan atascadas por el rechazo de la CEOE al planteamiento del Ministerio de Trabajo. Las tornas han cambiado y el ministro José Luis Escrivá, que en principio partía con menos posibilidades de convencer a los agentes sociales, está a las puertas de conseguir lo que la vicepresidenta Yolanda Díaz, más curtida en el diálogo social, aún no ha logrado: colocar su firma junto a la de los sindicatos y las patronales en una de las reformas clave para Bruselas.

Previsiblemente, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones cerrará un acuerdo con los agentes sociales en materia de pensiones la próxima semana. No sin dificultades, la mesa tripartita parece haber encontrado un punto de encuentro en un documento que recoge lo que va a ser el primer bloque de la reforma, donde se incluirán medidas como la nueva fórmula de revalorización con el IPC para garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas, la modificación de la penalización a la jubilación anticipada o los incentivos a la demorada, entre otras. Aunque el despliegue de la reforma va a ser gradual, de acuerdo con el borrador del anteproyecto de ley al que ha tenido acceso La Información, la hoja de ruta va a ser consensuada y plasmada en un acuerdo inminente.

'Punto' para Escrivá en la primera parte del partido. Tras meses de arduas negociaciones y no pocos encontronazos con la patronal y los sindicatos -han sido sonoros, por ejemplo, los choques por las intenciones iniciales del ministro de elevar el periodo de cómputo para el cálculo de la pensión hasta los 35 años o de modificar las cuotas de los autónomos- ha logrado atraer a las organizaciones empresariales y sindicales a un principio de acuerdo, tras retrasar en el tiempo algunas de las medidas más traumáticas. A falta de cerrar "algunos flecos", todo apunta a que la primera pata de la reforma de las pensiones "verá la luz en los próximos días", avanzan fuentes inmersas en los vericuetos de las negociaciones que se han intensificado en las últimas horas para finiquitar algunos "remates técnicos".

Entre tanto, la mesa de negociación para la contrarreforma laboral permanece en 'stand by'. El Ministerio de Trabajo no se reúne con la patronal y los sindicatos desde hace dos semanas. Ya el pasado miércoles se suspendió el encuentro previsto por "problemas de agenda" del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, y esta semana los agentes sociales tampoco han sido convocados. Fuentes del diálogo social apuntan a que, en realidad, el parón en las negociaciones vendría motivado precisamente por la negativa de la patronal a sentarse a negociar la contrarreforma laboral en los términos planteados por Trabajo, aunque desde el Ministerio niegan la mayor. La CEOE está aprovechando este parón para elaborar su propia contrapropuesta, que tienen previsto llevar a la mesa dentro de dos semanas, según ha podido saber este medio. Hasta entonces, seguirán en el 'no es no'.

Unos de los principales problemas que subyace al desencuentro entre las partes es que, a diferencia de Escrivá, Díaz ha tenido que incluir en un mismo paquete las reformas más complejas, aglutinadas en dos grandes bloques: uno de actualización del marco de la negociación colectiva y otro de lucha contra la excesiva temporalidad del mercado de trabajo. Los sindicatos mantienen un perfil bajo, al haber visto superadas de largo sus pretensiones en el documento elaborado por el equipo técnico el Ministerio, por lo que la verdadera partida se juega con los empresarios, que se han posicionado en contra de ambos bloques por considerar que están cargados de ideología y de medidas desalineadas con las necesidades del tejido productivo y de los trabajadores, así como con las exigencias de la Comisión Europea.

Lo cierto es que, entre los cientos de páginas que han redactado los técnicos de la Comisión aparecen algunos farolillos rojos respecto a la reforma laboral, en concreto, en relación a los cambios previstos en la negociación colectiva. Las autoridades europeas lanzan un claro aviso al Ejecutivo sobre esas intenciones: las modificaciones que se lleven a cabo deben ir precedidas de una evaluación ex-ante que identifique las deficiencias existentes en el sistema actual, no deben suponer obstáculos desproporcionados para la adaptación de las empresas al ciclo económico y tienen que consensuarse en el diálogo social con la patronal y los sindicatos. Pero no menos importante es que para la implantación de esta reforma, así como para la simplificación de los contratos para reducir la temporalidad, hay una fecha tope: el 31 de diciembre de 2021. El tiempo apremia y las negociaciones están atascadas.

Desde el departamento que pilota Yolanda Díaz enfatizan ese 'deadline' y su firme compromiso con Europa e insisten en que, en este tipo de negociaciones, el manejo de los tiempos es clave. En definitiva, restan importancia al hecho de que Escrivá vaya conseguir cerrar antes un acuerdo con los agentes sociales, ya que ambas mesas se mueven en esferas muy diferentes. No es menos cierto que el Gobierno ya ha aprobado, a propuesta del Ministerio de Trabajo, algunas de las reformas incluidas en el denominado componente 23 (así se refieren a la reforma laboral en el argot comunitario), como son la del teletrabajo, la de los 'riders' o las dirigidas a reducir la brecha de género en las empresas y en el mercado laboral.

Tranquilidad, por tanto, en el cuartel general de Unidas Podemos dentro del Gobierno. La vicepresidenta tercera ha demostrado una gran habilidad para alcanzar acuerdos en el diálogo social, incluso en las materias que a priori parecían imposibles, como son el trabajo a distancia o los repartidores de plataformas digitales. Le avalan nueve pactos (seis de ellos, junto a Escrivá, para los ERTE). Tranquilidad y optimismo. Díaz va a reunirse con Pedro Sánchez la próxima semana, en un encuentro en el que se pondrán sobre la mesa asuntos como la subida del salario mínimo, además de otros temas latentes como la factura de la luz, le ley trans o la de vivienda. También se hablará, cómo no, de reforma laboral. La vicepresidenta económica Nadia Calviño ya ha advertido públicamente de la urgencia de llegar a acuerdos en esta materia para su pronta aplicación. Crece la presión sobre Díaz.

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