El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que el déficit del conjunto de las administraciones públicas cerró el año pasado en el 3,7% del PIB, dos décimas por debajo del objetivo que España había pactado con la Comisión Europea, pese a permanecer suspendidas las reglas fiscales hasta este pasado mes de enero. Lo ha hecho durante su intervención en la sesión de control en el Congreso de los Diputados, al ser preguntado por la decisión de su Ejecutivo de renunciar a presentar los Presupuestos Generales del Estado de 2024, tras la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, para centrarse en los de 2025.
El dato definitivo de déficit se hará público el próximo miércoles, 27 de febrero. La reducción del desfase entre los ingresos y los gastos se ha producido en un entorno en el que la economía creció más de lo previsto, un 2,5%, cinco veces más que la media de la Eurozona. Ese tirón de la actividad ha permitido, entre otras cosas, que la ratio de deuda pública menguase el año pasado hasta el 107,7% del PIB, según lo avanzado por el Banco de España.
Esto, pese a que el pasivo del conjunto de administraciones siguió creciendo en términos de volumen debido a los desembolsos a los que el Estado ha tenido que hacer frente. Primero, para financiar las medidas anticrisis desplegadas desde la pandemia, pero también para encarar las crisis inflacionaria y energética, ambas agravadas tras producirse la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022.
La buena marcha de la economía ha permitido "cumplir con los objetivos (de déficit) que nos habíamos marcado", ha sentenciado Sánchez. El cierre del déficit en el 3,7% el año pasado dejaría a España en una mejor situación para cumplir con la meta de situarlo en el 3% este año para ceñirse al Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Aminorará el ajuste necesario tanto este ejercicio como el próximo, cuando el Eurogrupo -el cónclave de ministros de Economía y Finanzas de la zona euro- ha apostado por contener el gasto público en las cuentas de 2025.
Con todo y ante el agotamiento del ciclo, la Comisión Europea ha reclamado a España una estrategia "creíble" de reducción de las tasas de deuda y déficit públicos frente a los "limitados" esfuerzos que se han realizado en materia de consolidación fiscal a lo largo de los últimos años, en los que esa reducción ha estado muy marcada por el tirón de la economía.
Así, el cierre de déficit también supone algo de oxígeno en un contexto en el que las cuentas públicas de 2023 se mantendrán prorrogadas, en el que la inflación -más moderada- dará menos fuerza a los ingresos y con ese crecimiento menos intenso por el frenazo previsto en toda la Eurozona, donde se encuentran los principales socios comerciales de España. El Gobierno estimaba en su último cuadro macroeconómico que el PIB avanzase un 2% este año y el Banco de España apunta a un alza del 1,9%.
Toque de atención con los fondos... mensajes positivos por el PIB
En el caso de Bruselas, el cálculo se sitúa en el 1,7%, tres décimas por debajo del oficial, y es uno de los motivos que llevó recientemente al comisario de Economía, Paolo Gentiloni, a instar al país a "acelerar en la implementación" de los fondos europeos Next Generation tras recordar que la fecha límite para el cumplimiento de todos los hitos que dan acceso a los desembolsos de este mecanismo concluye en 2026 (en el mes de agosto) y es "estricta".
Sánchez ha citado a Gentiloni para recordar que, en el marco de su reciente visita a España, el italiano puso en valor que el país "está en mejor forma que la Unión Europea". Su crecimiento contrasta con el retroceso de la economía alemana del 0,3% al cierre del año pasado. El propio banco central alemán, el Bundesbank, prevé que el PIB germano entre en recesión técnica este trimestre. También contrasta con el 0,9% que la actividad avanzó en promedio en Francia en el conjunto de 2023.
"La mayoría de los españoles están de acuerdo en que o Presupuestos o elecciones", le ha recriminado a Sánchez el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, parafraseando el mensaje que el actual Presidente lanzó a su antecesor, Mariano Rajoy. Sánchez ha respondido tirando de datos macro: España, ha dicho, cuenta con datos de inflación que están entre los más bajos del entorno, con casi 21 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social y con una tasa de temporalidad del 16% que ha atribuido a la última reforma laboral aprobada por el ejecutivo de coalición.
