Estrategia para 2023

El Tesoro emitirá 70.000 millones este año con los tipos al alza por la inflación

El organismo tendrá que llevarla a cabo sus emisiones en pleno proceso de retirada de las compras de deuda soberana por parte del emisor, lo que está previsto que se produzca a partir de marzo.

Secretario general Tesoro
Secretario general Tesoro
Agencia EFE

El Tesoro mantendrá este año la emisión neta de deuda en 70.000 millones de euros, en el mismo nivel que el año pasado, en un contexto marcado por la incertidumbre a nivel internacional a causa de la guerra y la inflación, y coincidiendo con el alza de tipos del Banco Central Europeo para atajar la subida de los precios. El organismo, que ha presentado este jueves su estrategia de inversión de cara al actual ejercicio, tendrá que llevarla a cabo además en pleno proceso de retirada de las compras de deuda soberana por parte del emisor y de reducción de su balance, lo que está previsto que se produzca a partir de marzo. La emisión bruta alcanzará los 256.846 millones, un 10% superior a la del ejercicio previo debido al aumento de las amortizaciones.

El secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, ha dejado claro que la estrategia parte de un escenario conservador, que podría revisarse a lo largo del año. Esto ya sucedió el pasado ejercicio cuando España pudo reducir en 5.000 millones de euros el total de 75.000 millones en deuda que había previsto colocar en el mercado por el buen comportamiento de la economía que, según ha recordado el propio Cuerpo, habría crecido por encima del 5% según los cálculos más recientes del Gobierno. La hoja de ruta se irá acomodando, además, al desembolso de los fondos europeos ligados al Plan de Recuperación a lo largo del ejercicio. 

En el organismo adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos han quitado algo de hierro al fin de las compras de deuda por parte del BCE, un mecanismo que ha permitido a las economías de la Eurozona más afectadas por la crisis financiera primero y por la pandemia después financiarse en momentos de especial tensión en los mercados. De hecho esas adquisiciones se vienen produciendo desde hace relativamente poco, desde el año 2015. Actualmente la entidad capitaneada por Christine Lagarde posee el 33% de toda el stock de deuda española.

Ya hemos vivido antes sin compras del BCE

"Ya hemos vivido antes sin compras", ha recordado Carlos Cuerpo, a la vez que incidía en que en el organismo esperan que esa salida se traduzca en una "progresiva llegada de inversores que vayan ocupando su lugar sin ningún problema". Entre ellos, la banca nacional, que tiene actualmente un 13,57% del stock de deuda. En la práctica esto ya está siendo así, tanto en el caso de los inversores nacionales como de los internacionales, que han elevado su apetito por la deuda nacional coincidiendo con el alza de rentabilidades que está trayendo consigo la normalización monetaria. 

Sin ir más lejos, el Tesoro realizó el miércoles su primera emisión del año. En la subasta de letras a seis y 12 meses, con una demanda histórica, España captó 4.893,4 millones pero vio elevarse el interés que deberá pagar a los inversores hasta el 2,983%, el más alto desde agosto de 2012. "Pese a la subida de 250 puntos básicos de los tipos oficiales, el coste medio de la deuda del Estado solo ha aumentado en nueve puntos básicos", hasta el 1,73 % a lo largo del último ejercicio, ha explicado Cuerpo. Esto ha sido posible gracias al incremento de la vida media de la cartera que, según ha aclarado, está en el entorno de los ocho años.

Bonos y obligaciones... y más emisiones a comienzos de año

De cara al año en marcha, el Tesoro espera que la tendencia al alza de los costes se mantenga, pero de forma "contenida". Esto será así gracias a que el país avanzará en la reducción del desequilibrio de sus cuentas públicas y a que la prima de riesgo (el sobrecoste que los mercados nos exigen por emitir deuda en relación a lo que paga Alemania por su bono a 10 años) se mantendrá también relativamente contenida gracias al mecanismo antifragmentación diseñado por el BCE -el Instrumento de Protección de Transmisión de política monetaria o TPI, por sus siglas en inglés, que solo utilizará en caso de que sea necesario-.

Tal cual viene siendo habitual, el organismo acelerará las emisiones de deuda en la primera parte del año. Tiene previsto, además, reabrir el bono verde emitido en 2021, con el objetivo de seguirle dando volumen hasta alcanzar los 20.000 millones de euros en los próximos años (desde los 8.200 millones en circulación actualmente). Según la estrategia presentada este jueves, durante 2023 y por tercer año consecutivo toda la financiación neta se obtendrá a través de la emisión de bonos y obligaciones, que ascenderá a 75.000 millones, correspondientes con una emisión bruta de 172.521 millones de euros. Mientras, la emisión bruta de letras será de 84.325 millones, dando lugar a una emisión neta negativa de 5.000 millones.

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