Efecto de la subida de tipos

Bancos y aseguradoras aprovechan la vuelta a la rentabilidad de las letras

Las entidades financieras incrementan un 60% sus posiciones en diez meses en este tipo de emisiones, que están mejorando sus rentabilidades al calor de la subida del precio del dinero para controlar la inflación

Bancos y aseguradoras aprovechan la vuelta a la rentabilidad de las letras
Bancos y aseguradoras aprovechan la vuelta a la rentabilidad de las letras
Agencia EFE

El resurgir de las Letras del Tesoro no ha pasado inadvertida entre bancos y aseguradoras. En el caso de los primeros, estos comenzaron 2022 con una cartera de 8.500 millones de euros, pero a medida que avanzaban los meses han ido aumentado la inversión en papel del Estado a corto plazo, hasta alcanzar un máximo de 13.606 millones de euros en octubre del año pasado (los últimos datos ofrecidos por el Tesoro Público). Es decir, en apenas diez meses, la cartera a vencimiento de este tipo de inversión ha crecido un 60%. En el caso de la aseguradoras, la inversión en Letras del Tesoro de octubre ha más que doblado el importe con el que arrancaban 2022. Así, en enero se situaba en los 1.024 millones de euros, mientras que a cierre de octubre superaban los 2.500 millones (un incremento del 153%).

La explicación a este giro hay que buscarla en el cambio de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para controlar una inflación desbocada provocada por la guerra en Ucrania y la crisis energética. Esto llevó al organismo que preside Christine Lagarde a acometer unas subidas de tipos muy agresivas (de hasta 75 puntos básicos en las reuniones de septiembre y de octubre) que han empujado a los tipos de interés a acabar 2022 en el 2,5%. Estos movimientos se reflejaron en las letras a seis meses, por ejemplo, que pasaron de ofrecer una rentabilidad del -0,57% en enero hasta el 1,56%. Para las letras a un año la remuneración rozó en octubre el 2%.

Víctor Alvargonzález, director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance, explica que este movimiento tiene todo el sentido. “Si aumentaban el plazo en un momento donde se esperan más subidas de tipos, bancos y aseguradores entraban en riesgo de no tener liquidez suficiente para comprar bonos a plazos más largos con una rentabilidad que tenía que seguir creciendo como así ha sido" y prueba de ello es la evolución del bono en los últimos meses del año. Por otro lado, estaba el riesgo de la caída del precio por la relación inversa con la rentabilidad a más largo plazo.

Los bancos no dejan de lado a los bonos

Estos movimientos no significan que la banca haya dejado de adquirir deuda del Estado a más largo plazo. De hecho, aunque en octubre haya levantado un poco el pie del acelerador, cuentan con 150.000 millones de euros de bonos en su balance a vencimiento. En concreto, las entidades tenían 150.012 millones de euros en papel a largo plazo, mientras que en septiembre ascendían a 150.600 millones. Según las estadísticas del Tesoro Público, los bancos cuentan con bonos por un importe superior a 150.000 euros desde agosto. Además, la cartera de vencimientos no se situaba por encima de esta cifra desde 2016, cuando llegó hasta los 153.000 millones de euros, aunque el máximo se alcanzó en los 205.000 euros en 2014.

Y es que esta cartera, conocida como ALCO, es fundamental para las entidades financieras puesto que permiten aumentar su margen de intermediación y los ingresos por el cupón que abonan. Pero también porque supone tener activos líquidos y la deuda soberana es uno de los más líquidos que hay. En cuanto a la aseguradoras también han replicado este movimiento. Así, estas compañías llevan dos meses con una cartera de vencimientos en papel a largo plazo por encima de los 72.000 millones, aunque el dato de octubre, de casi 72.300 millones de euros es algo inferior al de septiembre, que superaba los 72.400 millones.

Pero este movimiento de bancos y aseguradoras ha sido doble. No se podría hablar de incrementos, si no hubieran ido aligerando su cartera primero a lo largo de 2021, después de haberla incrementado durante la pandemia, buscando refugio en activos seguros.

Sigue habiendo oportunidades en renta fija

Lo cierto es que las oportunidades que han visto tanto bancos como aseguradoras en renta fija en 2022 se seguirán produciéndose este año. Emilio Ortiz, director de inversiones de Mutuactivos, explica que gracias a esta subida de los tipos de interés y al repunte de las primas de riesgo se puede construir una cartera de renta fija con retornos atractivos a medio plazo. “La caída de los precios implica un fuerte aumento de la rentabilidad potencial. Hoy podemos encontrar opciones de inversión con rentabilidades superiores al 4% sin tener que asumir grandes riesgos”, matiza el experto.

Y anticiparse, como lo están haciendo bancos y aseguradoras, tiene premio. Pramod Atluri, gestor de renta fija de Capital Group, recuerda que históricamente, la inversión antes de que los tipos de interés hayan alcanzado su nivel máximo ha resultado favorable. “En los últimos 40 años se han producido seis ciclos de subida de tipos. Si en cada uno de dichos ciclos un inversor hubiera comenzado a invertir en renta fija seis meses antes de la última subida de tipos de la Reserva Federal y lo hubiera hecho de forma regular durante un año habría generado una rentabilidad entre el 3,3% y el 10,2% en los primeros doce meses”. A más largo plazo, dicha inversión generaría una rentabilidad total anualizada a cinco años entre el 5,9% y el 15,6%, añade el experto.

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