La distancia entre la previsión gubernamental de crecimiento para este año y la realidad puede acabar siendo sideral. El Instituto de Estudios Económicos (IEE), el 'think tank' vinculado a CEOE que fue 'coronado' este año por Esade como el instituto de análisis económico que mejor afinó el impacto de la pandemia sobre la economía española, ya trabaja sobre un escenario de crecimiento para este año por debajo del 5%, muy lejos del 6,5% fijado por el Gobierno el pasado mes de abril como previsión oficial y que Economía se empeña en mantener pese a los cada vez más sombríos augurios económicos alentados por el descontrol de la inflación en este último tramo del año.
El Instituto de Estudios Económicos ultima una revisión a la baja de su previsión para este año, que hasta ahora apuntaba a un crecimiento del 5,4%, ya en el rango bajo del consenso de los analistas, ante la acumulación de factores, que bajo su punto de vista van a moderar el crecimiento de la economía española en el último tramo del año.
Según el director general del IEE y máxima responsable de las previsiones del instituto, Gregorio Izquierdo, sus prevenciones respecto al comportamiento de la economía entre octubre y diciembre se sustentan en cuatro argumentos fundamentales. "En primer lugar, el ritmo de crecimiento del tercer trimestre ha estado por debajo de lo esperado y eso tendrá un cierto arrastre sobre el crecimiento del cuarto trimestre", apunta el que fuera presidente del INE hasta el año 2018. "Además en el último trimestre del año el empuje del turismo es significativamente menor que en el tercero; y luego está la inflación que presenta un crecimiento descontrolado - el avance de octubre apunta a un IPC del 5,5% - y que tendrá un efecto negativo sobre el consumo privado y lastrará el crecimiento".
Una concatenación de factores que le hacen augurar que el crecimiento del cuarto trimestre muy probablemente no será más dinámico que el del tercero, como auguraban la mayoría de los analistas hace apenas unas semanas, y que incluso podría ser algo más abúlico. De hecho, añade un cuarto factor que también podría influir en el desempeño de la economía en el último tramo del año como es la acumulación de festivos, tradicionalmente intensa en este tramo del año pero que en 2021 generará menos días laborables que en otros ejercicios.
El Gobierno se resiste a tocar su previsión
La confirmación del decepcionante crecimiento del segundo trimestre, el moderado dato del tercero y, sobre todo, el comportamiento de la inflación ha empujado a los principales institutos de análisis a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento de 2021 para España hacia el entorno del 5%. El Gobierno reconoce que en el nuevo escenario las amenazas sobre la economía española se han incrementado, pero ha optado por no tocar su previsión de crecimiento a dos meses vista del fin del ejercicio para no sembrar dudas sobre su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022, que se sostiene sobre una previsión de crecimiento del 7% que sienta sus bases en el inicio de la recuperación en 2021.
La fragilidad de las previsiones oficiales de crecimiento ha sido una de las principales críticas que se ha vertido sobre el proyecto de Presupuestos del Gobierno en las últimas semanas, con el argumento de que ampara una previsión de ingresos inflada. El Gobierno ha desactivado estas críticas con el muy favorable comportamiento de los ingresos tributarios en 2021 y las favorables expectativas existentes en este campo también para 2022 por mucho que la economía crezca menos de lo esperado.
Con todo, el Instituto de Estudios Económicos criticó este miércoles en su evaluación sobre el proyecto de Presupuestos para 2022 la orientación de la política fiscal del Gobierno por amenazar algunas de las palancas de crecimiento del país. Sostiene el 'think tank' vinculado a CEOE que la instauración de un tipo mínimo en el Impuesto de Sociedades impactará de forma especial sobre un millar de empresas innovadoras y retraerá la innovación tecnológica; que la reducción de las bonificaciones fiscales del 80% al 45% de las rentas derivadas del arrendamiento de viviendas retraerá la puesta de viviendas en alquiler cuando lo que se está intentando promover es precisamente el arrendamiento; y que la limitación de la exención por doble imposición de los dividendos de fuente extranjera también impactará negativamente sobre la internacionalización de las empresas.
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