Neutralidad climática

La Unión Europea lanza la tercera fase de su cooperación energética con China

Bruselas y Pekín pusieron en marcha en 2019 una plataforma para trabajar de manera conjunta en eficiencia energética, energías renovables y en el diseño y la transformación del sistema energético.

Banderas de la Unión Europea.
La UE lanza la tercera fase de su plataforma de cooperación energética con China.
Valeria Mongelli / Zuma Press

La Unión Europea (UE) y China refuerzan lazos en materia energética. Inician la tercera fase de la Plataforma de Cooperación Energética UE-China que lanzaron en mayo de 2019 con el objetivo de compartir intereses y objetivos comunes para avanzar en la transición hacia una energía limpia.

En concreto, la Comisión Europea (CE) ha sacado a licitación el contrato para seleccionar a un proveedor de servicios que apoye a la UE en la consecución de resultados durante el proceso de fortalecimiento del diálogo con el gigante asiático. El contrato, consultado por La Información, tiene un valor de cinco millones de euros y las candidaturas se pueden enviar hasta el 24 de febrero. La plataforma está financiada por el Instrumento de Asociación de la Unión Europea, diseñado para promover los intereses estratégicos de la Unión y abordar los desafíos globales, y está dirigido conjuntamente por la Dirección General de Energía de la Comisión y la Administración Nacional de Energía de China.

"La Plataforma de Cooperación Energética UE-China seguirá apoyando el diálogo UE-China en el sector de la energía en relación con la transición hacia una energía limpia, los mercados energéticos y la cooperación empresarial. Se necesita una nueva licitación para seleccionar un proveedor de servicios cualificado que apoye a la UE en la obtención de los resultados y productos requeridos en el fortalecimiento de los diálogos e intercambios con las principales partes interesadas, basándose en los resultados y asociaciones logrados a través de las dos fases anteriores", señala la Comisión en su plataforma de contratación electrónica.

Apoyar la transición energética

La Unión Europea y China comparten intereses y objetivos comunes para la transición energética y son responsables conjuntamente de un tercio del consumo de energía final del mundo. La cooperación de Bruselas con Pekín se centra, por lo tanto, en apoyar la transición de energía limpia en ambas partes, un requisito previo para implementar con éxito el Acuerdo de París y proporcionar a sus ciudadanos una energía limpia, sostenible y asequible.

China va en serio con las renovables y contará con el parque eólico marino más grande del mundo. Tendrá una potencia de 43,3 gigavatios (GW) y se situará en Chaozhou, cerca del estrecho de Taiwan y en la provincia de Cantón. Medirá diez kilómetros de largo y contará con millares de aerogeneradores. Pero si no fuera suficiente, el país también ultima la construcción de la planta fotovoltaica más grande del mundo, que cubre casi 1,5 millones de metros cuadrados, en el desierto de Kubuqi. Además, el gigante domina las capacidades de fabricación de paneles solares, generadores eólicos, baterías para vehículos eléctricos, electrolizadores y bombas de calor.

La plataforma reúne así a una amplia gama de actores energéticos: autoridades públicas, asociaciones, industria y empresas, así como institutos de investigación y grupos de reflexión. Desde 1994, funcionarios de la Unión Europea y China se han reunido en un diálogo anual para cooperar en cuestiones energéticas. La licitación del contrato para la tercera fase de la plataforma se produce en un momento en el que Rusia, con Gazprom como brazo ejecutor, se ha convertido en uno de los principales proveedores de petróleo y gas de China.

La relación energética entre ambos países se ha intensificado desde que el 24 de febrero del año pasado Rusia invadiera Ucrania. No obstante, en 2014 ya firmaron un megacontrato para tres décadas valorado en 400.000 millones de dólares (unos 350.000 millones de euros) por el que el gigante ruso suministraría 38.000 millones cúbicos anuales de gas al país oriental. Se le abría así un mercado a Rusia en un momento en el que la demanda de gas caía en Europa y en el que Bruselas comenzó a sancionarla por la anexión de Crimea. De su lado, Pekín lograba una mayor independencia del consumo de carbón y comprar un gas ruso a precio más ventajosos ante la imposibilidad del Kremlin de colocarlo en otros mercados.

Además se prevé que Rusia y China sean las dos grandes protagonistas del mercado del petróleo en 2023, después de que la demanda mundial alcance un nuevo récord de 101,7 millones de barriles diarios, impulsada por la recuperación de país asiático al acabar con su política de covid cero y de la aviación comercial. Por su parte, está por ver el efecto a más largo plazo de las sanciones internacionales al petróleo ruso en medio de una mayor demanda global.

Comunidades energéticas transfronterizas

La Comisión también ha sacado a licitación un contrato para la creación de un manual sobre comunidades energéticas transfronterizas. "Servirá de herramienta para los ciudadanos, las organizaciones y los agentes locales que deseen explotar los beneficios de la cooperación transfronteriza en la generación, el suministro, el almacenamiento, la agregación, la distribución y el consumo de energía (renovable) mediante la creación de comunidades energéticas en todo el territorio europeo", explican desde Bruselas.

El documento también proporcionará "recomendaciones para superar los obstáculos jurídicos, administrativos, de gobernanza y de gestión que puedan surgir teniendo en cuenta el contexto transfronterizo específico y difundir las buenas prácticas". En este caso, el valor del contrato es de 240.000 eurs.

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