Si a finales de la década de los 90 a Brian Hunt le hubiesen dicho que 20 años después sería rico, probablemente no se lo creería. Este británico que hoy en día tiene 45 años vivía como vagabundo cuando descubrió un talento que le haría dar un giro de 180 grados a su vida: era el mejor lavando coches.
"Vivir en la calle fue muy duro, pero cogí el jabón y la esponja y nunca miré atrás. Nunca pensé que viajaría a América a limpiar el yate del millonario Román Abramóvich, pero todo el mundo es bueno en algo", explica en declaraciones al diario 'The Sun'.
Hunt trabajó en un matadero antes de enrolarse en una empresa de lavado de coches en 1999. Allí comenzó desde el puesto más bajo y su forma de limpiar al detalle los vehículos llamó la atención. Tanto fue así que lo recomendaron para un taller de Ferrari.
"Allí traté a los coches como si fuesen algo especial y eso se notó en el resultado final del lavado. El boca a boca hace mucho y la comunidad de coches de lujo es pequeña. Los dueños también tienen yates así que es fácil tener más trabajo", señala.
Y es que Hunt está tan solicitado en la actualidad que el dueño del Chelsea Románn Abramóvich se lo llevó a Panamá para que limpiase su yate. Asimismo, ha estado en París, Alemania, Holanda y Dubái para limpiar coches como Ferraris o Bentleys, trabajando también para la realeza.
¿Qué hace que sus lavados de coches sean tan especiales?
El lavado detallado de un coche de lujo por Hunt implica dos horas de limpieza con espuma de mar y agua desionizada, frotamiento posterior con goma de descontaminación y otro lavado en tres pasos antes del secado. A continuación, Hunt abrillanta los vehículos, un proceso que puede llevar de dos a tres días.
Gracias a este minucioso procedimiento, tiene entre sus clientes a Eric Clapton y a los miembros del grupo musical ABBA, por ejemplo, cobrando entre 4.400 y 6.600 euros por cada servicio.
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