Amber, Escribano... La carrera por llegar a la mesa de Indra ante el 'boom' de defensa

La irrupción de Oughourlian en el consejo, tras retomar las compras, cierra la puerta a la empresa familiar de los Escribano en sus aspiraciones para aterrizar en el órgano de decisión. 

El consejero saliente de Indra critica las presiones a la Comisión de Nombramientos.
Amber, Escribano... La carrera por llegar a la mesa de Indra ante el 'boom' de defensa
L.I.

La mesa de Indra está llamada a ser una de las más relevantes ante el fuerte crecimiento previsto en el gasto de defensa durante los próximos años, tanto en España como en el resto de Europa. Es la compañía local de referencia en este mercado y muchos de los contratos y de las decisiones estratégicas acabarán pasando por su cúpula. Los principales actores toman posiciones en una carrera que ha culminado la primera ‘etapa’ con la entrada del inversor de origen armenio Joseph Oughourlian (Amber Capital) con un nuevo consejero tras retomar y acelerar las compras de acciones tras el primer movimiento de Escribano.

Cuando estalló en febrero de 2022 la guerra de Ucrania, gran catalizador de ese cambio en el gasto militar, Indra vivía toda una crisis de gobierno corporativo. El consejo estaba fracturado entre los dominicales y ejecutivos y los independientes con discrepancias importantes sobre el cambio de presidente o transacciones como la entrada en el accionariado de la vasca ITP Aero. Unos meses después todo se desencadenó: la salida de la co-CEO de Minsait para recalar en Banco Santander, la junta general con el cese forzado o dimisión de seis de los siete independientes (y la correspondiente investigación de la CNMV) y, ya en marzo de este año, la salida de Ignacio Mataix como primer ejecutivo. El cierre de la sucesión de este último ha sido el último paso para lograr una cierta estabilización. Y este es el detonante para el pistoletazo de salida.

Amber fue el ejecutor de la sacudida en el consejo en el marco de la junta de junio de 2022. Pero Oughourlian quería más, pues estaba convencido de que el vuelco no había generado grandes cambios. Para él, como llegó a decir, Abril-Martorell “le dio una vuelta a la compañía de manera espectacular; me gustaría hacer lo mismo o una décima parte”. El Gobierno frenó sus ansias en septiembre y las compras de acciones pararon. No tenía mucha intención de mover ficha mientras no se estabilizara. Eso sucedió hace dos semanas: se lograba un cierto consenso, tanto con el Partido Popular como en el interior del consejo (con la disidencia del independiente Arendt, cercano a Mataix), para un nuevo primer ejecutivo, José Vicente de los Mozos.

Escribano quiso tomar la delantera en esta particular carrera. Dos días antes del anuncio del nombramiento del ex alto directivo de Renault como CEO, la compañía notificaba a la CNMV que había superado el 3% con una inversión de más de 60 millones. El umbral lo había traspasado el día 10 de mayo, aunque no lo hizo público hasta esa fecha. No completó la entrada con derivados financieros, como hiciera el fabricante vasco Sapa justo un año antes. Lo ejecutó a través de una compra que todo apunta a que fue financiada con fondos propios (en 2021, último año con cuentas en el Registro, contaba con unas reservas de 40 millones). La compañía familiar sacaba músculo: “Queremos llegar al 10% antes de fin de año y tener puesto en el consejo”. Y advertían: “Es una clara apuesta por la solidez de la industria española”.

La relación de Indra con Escribano viene de largo. Ha sido socio de la compañía semipública en numerosos contratos, siendo el del blindando 8x8 uno de los más destacados. Pero, según explican diversas fuentes del mercado, no ha sido siempre una relación fluida. La irrupción en el accionariado con ese 3% ha sido interpretado por algunas voces como una petición expresa del Gobierno para hacer un núcleo duro. Pero hay otras fuentes que hablan de un interés claro del fabricante con sede en Alcalá de Henares (Madrid) de sentarse a la mesa de quien está llamado a ser el gran ‘consolidador’ del sector de la defensa. Tanto el Gobierno como el propio Marc Murtra han señalado en varias ocasiones la fragmentación de esta industria.

Pero hay quien se pregunta si llegó tarde. Amber Capital seguía agazapado y con gran parte del trabajo (en forma de compra de acciones y de autorización gubernamental) ya ejecutado. El fondo de Oughourlian sacó la chequera y superó justo el umbral para poder solicitar puesto en el consejo. Sabía que su llegada al máximo órgano de decisión implicaba ajustes en el mismo, como avanzó La Información. Se adelantó para tener mucha más influencia y sentarse a la mesa. La gestora, pese a haber presionado en meses pasados con la ejecución del ‘spin off’ de Minsait con el que tratar de extraer más valor de su inversión, acumulaba plusvalías significativas después de adquirir el grueso de los títulos anteriores a un precio en el entorno de los 10 euros.

Oughourlian es el único financiero de esta carrera en la que Sapa también jugó sus cartas a principios del año pasado antes de la sacudida en el consejo de administración. Tras hacerse con un 5%, se convirtió en el aliado fiel para sacar adelante los ceses y el 'vuelco', mientras la operación para entrar en ITP Aero seguía estancada. La firma dirigida por Jokin Aperribay está al igual que Escribano, Santa Barbara o GMV (esta última es la más grande, aunque está en manos de la familia Martínez Walter) entre las ‘clásicas’ para formar parte de esa consolidación.

En esta carrera hay un convidado de piedra: Fidelity. El fondo estadounidense llegó a la crisis de gobierno siendo el principal socio externo más allá de la Sepi. Hoy sigue en esa posición. Según los datos reflejados en la CNMV, la gestora cuenta con acciones de Indra entre sus diferentes vehículos y suma un 13,7%.Es difícil saber cuál es hoy por hoy el balance de la inversión respecto a esa posición accionarial. Los americanos no optan nunca por entrar en el consejo y mantienen una posición pasiva. Pero ante esta reorganización y la carrera, podría dar un paso atrás como hiciera Norges, que el año pasado redujo por debajo del 3% su posición desde el 3,6% que llegó a ostentar.

Esta primera etapa de la carrera ya ha terminado. Oughourlian ha sido acomodado, no sin antes tener que incumplir la recomendación del Código de Buen Gobierno de la CNMV, al tener que superar el tope de 15 miembros del consejo de administración. Ahora queda por ver cómo sigue configurándose el mapa de la defensa español con la entrada en ITP Aero o el potencial crecimiento en el accionariado de Escribano como algunos de los futuros movimientos. La mesa de la cúpula de Indra sigue siendo ansiada en pleno ‘boom’ del gasto militar.

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