Santander teme que las 'cláusulas suelo' pactadas le suban la factura del Popular

  • El grupo que preside Ana Botín cree que los gestores de la entidad podrían no haber estimado correctamente los riesgos.
Fotografía oficinas Santander y Popular / EFE
Fotografía oficinas Santander y Popular / EFE

Banco Santander teme que la factura de Banco Popular se le encarezca por tener que realizar nuevas provisiones por las denominadas cláusulas suelo, una posibilidad que el grupo que preside Ana Botín reconoce abiertamente en las diferentes comunicaciones que realiza al mercado y que podrían suponer un quebranto para la entidad de entre 300 y 400 millones de euros, aproximadamente, en el peor de los escenarios.

El peligro emana de aquellas hipotecas con mínimos preestablecidos en el tipo de interés cuyas condiciones se renegociaron con los clientes a partir de mayo de 2013, cuando el Tribunal Supremo decretó abusivas por falta de transparencia las cláusulas suelo, pero sin retroactividad. En la revisión de estas hipotecas, Popular ofreció a sus clientes reducir los tipos de interés y el suelo a aplicar adaptándose a los requisitos que había estipulado el Alto Tribunal, a cambio de no emprender futuras acciones legales, según reconocen fuentes cercanas a su antigua cúpula.

El problema surge en diciembre 2016, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) corrigió a la justicia española respecto a la retroactividad de las cláusulas suelo y dictamina que los afectados por estas disposiciones tienen derecho a recuperar todo el dinero que pagaron de más desde la constitución de la hipoteca. Entonces, los clientes que ya habían renegociado con su banco las condiciones del préstamo denunciaron en los tribunales pese a los acuerdos que tenían firmados para no reclamar.

El caso volvió a llegar hasta el Tribunal Supremo, que el 11 de abril de 2018 falló a favor de la banca y decretó que los estos consumidores no tenían derecho a recuperar su dinero, pero el pasado octubre un juzgado de Teruel elevó la cuestión de nuevo a Europa, que emitirá una sentencia al respecto durante la próxima primavera. El abogado general se pronuncia sobre este caso el 12 de diciembre.

De este modo, el Santander teme tener que aplicar un recargo por las cláusulas suelo pese a que nunca incluyó esta polémica condición en sus hipotecas. El banco cántabro heredó del Popular provisiones por 500 millones por cláusulas suelo, una cobertura del 50% sobre el riesgo total máximo en un escenario severo y no probable, fijado en 900 millones de euros por los antiguos gestores de la entidad.

Después de que Santander haya devuelto 396 millones a través del mecanismo extrajudicial, la 'hucha' que construyó el Popular y que heredó Ana Botín se ha reducido en dos años hasta 85 millones de euros, por lo que el banco no descarta tener que realizar nuevas provisiones que lastren sus resultados.

"La realidad puede superar las provisiones de Popular"

"Las provisiones efectuadas por Banco Popular o las estimaciones del indicado riesgo máximo pueden resultar superadas por la realidad, siendo necesario incrementar el nivel actual de provisiones para reflejar el impacto de las diferentes acciones relativas a las cláusulas suelo o afrontar responsabilidades adicionales", reconoce el grupo bancario español, que advierte a sus inversores de que esta contingencia tendría un impacto negativo sobre los resultados.

No obstante, el Santander no es el único banco que podría afrontar provisiones adicionales por las cláusulas suelo. Banco Sabadell también reconoce públicamente un riesgo máximo de hasta 505 millones en un escenario "remoto" sobre unas provisiones de 110 millones, aunque más entidades ofrecieron eliminar la cláusula suelo, rebajarla o cambiar la hipoteca a tipo fijo a cambio de que se renunciara a emprender posteriores acciones legales, una práctica que se comprobará en los meses si se adecuaba, o no, a la legislación de la Unión Europea (UE).

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