Ante la 'post-pandemia'

Cabify suelta lastre y vende 800 coches mientras sale a buscar más oxígeno

La startup hace caja en su filial Vector Ronda Teleport, anteriormente compartida con Rosauro Varo, antes de buscar otra inyección de capital tras varios intentos en los últimos años.

Juan de Antonio, fundador de Cabify
Juan de Antonio, fundador y consejero delegado de Cabify.
EFE

Cabify sigue trabajando para buscar más oxígeno en una nueva era 'post-pandemia'. La startup española dirigida por Juan de Antonio, el primer gran unicornio tecnológico de esta ola de internet, cerró en el primer semestre de este año la venta de casi toda la flota de más de 800 coches de su filial Vector Ronda Teleport para conseguir liquidez con la que afrontar acuciantes deudas que mantiene tanto con la banca como con su principal accionista, el gigante japonés Rakuten. Esta medida se materializa mientras la compañía sigue en su búsqueda 'eterna' de más capital después de haber hecho líquida su participación en Glovo a principios del año pasado y con la mirada puesta en la potencial recuperación del mercado.

El año 2020 fue un golpe para el sector de la VTC en el mercado español, ante las fuertes restricciones marcadas por el coronavirus. Uber ejecutó un ERE para un tercio de la plantilla. Y Cabify batalló para mantenerse a flote buscando liquidez con la que afrontar la deuda y las pérdidas. En ese ejercicio, Vector Ronda -compañía cuya mayoría accionarial compró a su socio, el empresario Rosauro Varo, en 2019- cerró con unos números rojos de 6,1 millones. Dentro del plan de acción para compensarlas no sólo estaba el Expediente de Regulación Temporal de Empleo para la plantilla (para el 75% de su plantilla desde diciembre 2020), sino también la venta de activos.

De esta forma, según explica con detalle en la memoria anual recién presentada ante el Registro Mercantil, Cabify vendió gran parte de la flota de vehículos de Vector, iniciando un plan de venta destinado a empresas y particulares. En marzo se firmó la última transacción, transfiriendo un total de 800 vehículos. "Con este plan, la sociedad ha iniciado un plan de transición a una flota de vehículos más sostenibles, manteniendo a los vehículos más sostenibles", asegura. No precisa cuánto ha recibido por esta transacción pero, teniendo en cuenta la antigüedad de esa flota, superaría muy probablemente los 10 millones de euros.

La deuda financiera, el lastre

La deuda financiera se ha convertido en un particular quebradero de cabeza para Cabify. No sólo la propia, principalmente con su máximo accionista (Rakuten), sino la que las dos compañías que adquirió en el pasado contrajeron con la banca para adquirir las licencias VTC con las que operan y los 'leasing' para los vehículos. En concreto, Vector Ronda cerró el año 2020 con un pasivo de 58 millones de euros. De ellos, 51,3 millones (casi 10 más que un año antes) corresponden al préstamo sindicado con los principales bancos del país. En cuanto a esos contratos de arrendamiento financiero no fue capaz de afrontar los pagos de los intereses del primer semestre, lo que obligó a colocar todo el pasivo como deuda a corto plazo. En las últimas semanas ha logrado un acuerdo para la refinanciación después de haber incluso solicitado un rescate de hasta 26 millones a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi).

En el caso de la deuda con Rakuten, el año pasado ya se llevaron a cabo varios pagos, según queda reflejado en las cuentas de los japoneses presentadas en Luxemburgo y consultadas por La Información. En el arranque de 2020 debía abonar casi 34 millones de dos préstamos convertibles en acciones. En su momento, el grupo nipón decidió no ejecutar esa conversión y exigía su dinero: finalmente se abonaron 4 millones de dos líneas de crédito. Tenía pendiente el pago otro pago de 2,5 millones que vencía el pasado mes de junio y un total de 12,7 millones en el mes de diciembre. A esto hay que sumar otros 12,8 millones impagados que ya están generando intereses de demora.

Más competencia de Bolt

Toda esta pelea por seguir a flote desde un punto de vista financiero se libra desde el 'cuartel general' de Cabify con una novedad de mercado muy importante: la introducción de competencia, con la irrupción del gigante europeo Bolt, y el final de la exclusividad con el gigante de las licencias VTC Auro New Transport tras el laudo arbitral (recurrido ante el Tribunal Supremo) se suman. Los vehículos de Auro podrán trabajar unas horas con Uber, con la que ha llegado a un primer acuerdo, mientras que el nuevo rival -con el que también se vio las caras en Portugal, algo que acabó en la salida de la española de ese mercado- está captando una parte significativa de los dueños pequeños y medianos de VTC, atrayéndolos con comisiones más bajas, según explican varias fuentes del sector. Hay que tener en cuenta que, con un cierto repliegue en Latinoamérica llevado a cabo en los últimos años, España es la piedra angular de su negocio. La recuperación del negocio tras la pandemia resulta imprescindible para ellos.

Desde hace tiempo, la compañía sigue intentando levantar más capital, con el reto de mantener una valoración alta de 1.400 millones de euros fijada hace tres años, en 2018. En 2019 se intentó captar hasta 300 millones de euros, pero no fructificó lo que les llevó a activar un 'plan b': la venta de las acciones que ostentaba de Glovo por unos 50 millones de euros. Eso les dio oxígeno durante la pandemia del coronavirus. Ahora, buscan otras alternativas. La salida a bolsa siempre ha estado en el horizonte de Juan de Antonio -se fichó a Antonio España, procedente de Redexis, como responsable financiero para plantear esa posibilidad-.

La compañía ha intentado diversificar el castigado negocio de la VTC. En el caso de Movo, los patinetes eléctricos, tuvo que retirarse de Latinoamérica por el coronavirus. A principios de 2020, Delivery Hero inyectó 13 millones de euros en la filial para hacerse con el 11% (el fondo Seaya Ventures y Mutua Madrileña se repartían el otro 14%) y así aportar oxígeno ante las pérdidas por el deterioro de las divisiones hispanoamericanas. En el terreno 'fintech',  cuenta con una compañía con buenas perspectivas: Lana Fintech. Fundada en el interior de Cabify, la startup de servicios financieros especializados en 'riders' y trabajadores de la economía de plataformas, logró captar 12,5 millones de dólares del fondo estadounidense Base 10, creado por Adeyemi Ajao, amigo personal de De Antonio y uno de los inversores iniciales del 'unicornio'.

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