Mayor unión en décadas

Así queda la concentración bancaria tras la fusión de Caixabank y Bankia

La unión de ambas entidades vuelve a cambiar la estructura de un sector marcado en los últimos años por fusiones y adquisiciones con el objetivo de ajustar gastos y mejorar la eficiencia.

Vista de una oficina de Bankia y otra de CaixaBank en el centro de L'Hospitalet (Barcelona)
Vista de una oficina de Bankia y otra de CaixaBank en el centro de L'Hospitalet (Barcelona)
EFE

La nueva CaixaBank, tras la fusión de Bankia y CaixaBank, da lugar al banco de mayor tamaño de España y cambia de nuevo la estructura de un sector marcado en los últimos años, especialmente desde la crisis, por fusiones y adquisiciones con el objetivo de ajustar gastos y mejorar la eficiencia. El número de bancos en Europa se redujo un 29% desde el inicio de la crisis financiera en 2009, hasta los 6.088 en 2018. Sin embargo, hasta ahora habían sido uniones forzadas por la situación de entidades más pequeñas.

La fusión ahora del tercer y cuarto banco de España por activos supone una nueva etapa al proceso de concentración bancaria, pero esas entidades ya son el resultado muchas otras. El origen de Bankia se remonta a la integración de siete cajas de ahorro en 2011, la más conocida Caja Madrid, pero también Bancaja o Caixa Laietana, entre otras. A ellas se unieron en 2018 Banca Mare Nostrum, un banco procedente de la transformación de las cajas de ahorro Caja Murcia, Caixa Penedès, Caja Granada y Sa Nostra.

El año de inicio de CaixaBank fue también 2011 tras ser fundada por La Caixa, la caja de ahorros y pensiones de Barcelona. La entidad absorbió en 2012 a Bankpime y a Banca Cívica, como recoge el Anuario Estadístico de 2019 de la Asociación Española de Banca. La última entidad, a su vez, integraba entonces cinco cajas de ahorro. Un año después compró Banco de Valencia. En 2015, tras haberse constituido como entidad bancaria, el negocio de Barclays en España también pasó a la entidad catalana

Tras la fusión que han hecho pública este viernes el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, el sector financiero español queda controlado principalmente por diez entidades (BBVA, Banco Santander, CaixaBank y Bankia, Banco Sabadell, Bankinter, Kutxabank, Abanca, Unicaja, Ibercaja y Liberbank)mientras que antes de la crisis las entidades anteriores se dividían en más de 60.

La nueva CaixaBank se convierte en el mayor banco por activos en España y deja por debajo a BBVA y Banco Santander. En el caso del BBVA, desde la crisis, absorbió a UNNIM Banc, en 2013, y a Catalunya Banc y a Unoe Bank, en 2016. El Santander, pese a que es el tercer banco por volumen de activos en el país, mantiene la primera posición por el mayor número de activos en el mundo. El banco que dirige Ana Botín también ha integrado diferentes entidades a lo largo de su historia, aunque las operaciones más recientes han sido la absorción de Banco Banif y de Banesto en 2013 y la compra por un euro del Banco Popular. Esta última, a su vez, había añadido añadió hasta ocho entidades diferentes desde 2008 hasta su venta en 2018.

El siguiente banco por volumen de activos es el Banco Sabadell hacia el que ahora se dirige el foco para una posible próxima fusión con otra entidad ante el impulso del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España que piden mejores ratios de eficiencia. 

Fusiones como antídoto frente a la baja rentabilidad 

El BCE reclama desde hace años un proceso de concentración bancaria con el que las entidades puedan hacer frente a la baja rentabilidad de la zona Euro, que achaca al exceso de capacidad del sector y no a su política de bajos tipos de interés. El objetivo de estas uniones es ahorrar costes y llevar a cabo una transición digital con la mirada puesta en los bancos estadounidenses, con mejores rendimientos y mayor tamaño. 

Sin embargo, el impulso del BCE no parece suficiente. El número de bancos en Europa se redujo un 29% desde el inicio de la crisis financiera en 2009, hasta los 6.088 en 2018, pero, según datos de S&P que recoge Efe, desde el 2011 el número de fusiones y adquisiciones ha ido cayendo hasta las 40 en 2019. La escasa capacidad para financiar las operaciones y las estrictas condiciones que exige el BCE para evitar quiebras de gigantes son algunas de las razones. 

La situación cambia ahora tras la pandemia del coronavirus que ha debilitado la actividad de algunos bancos y lleva a un contexto de una nueva crisis económica. La nueva CaixaBank en España y la compra de UBI Banca por Intesa Sanpaolo, el mayor banco de Italia por capitalización, han sido los primeros, pero el proceso de consolidación bancaria parece haber despegado en Europa. Los expertos coinciden en señalar que las primeras fusiones serán nacionales, aunque no descartan las transfronterizas. 

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