Endesa prepara su gran lunes: presidente 'low cost' y firma para el pacto nuclear

  • La eléctrica incorporará un consejero de perfil institucional, experto en responsabilidad corporativa para proponerlo como presidente a la junta
José Bogas (en primer término) mantendrá la estrategia de Endesa.
José Bogas (en primer término) mantendrá la estrategia de Endesa.
ENDESA

Endesa prepara su gran lunes. El día 11 celebrará un consejo de administración con dos puntos importantes: aprobar el orden del día que se someterá a la junta de accionistas de abril y ratificar el protocolo de cierre de centrales nucleares negociado con el Ministerio de Transición Ecológica y la empresa pública de gestión de residuos Enresa. En la reunión está previsto aprobar la incorporación de un nuevo consejero que será propuesto a los accionistas para sustituir en la presidencia a Borja Prado después de diez años. El presidente 'in pectore' tendrá perfil institucional, experiencia en el ámbito de la responsabilidad corporativa y prestigio reconocido.

El cambio de presidente en la compañía propiedad del grupo italiano Enel se produce en un momento clave. Endesa, que un día fue la joya de la corona del sector público empresarial del país, es la eléctrica más afectada por la transición energética por sus intereses en el carbón y el sector nuclear y por limitar su actividad a España. El encargado de pilotar el proceso será el actual consejero delegado José Bogas, que conoce al dedillo todos los engranajes de la compañía después de 37 años. Bogas será  quien tenga los poderes ejecutivos en una división a la anglosajona de las competencias en la cúpula de la empresa. Las quinielas de las últimas semanas para el cargo han manejado nombres como el expresidente de la CEOE, Juan Rosell, el de Aldo Olcese, presidente de Sociedad Civil Ahora o el del propio Bogas.

Funciones de representación

Si se cumple lo previsto, el nuevo presidente de la eléctrica desempeñará funciones de representación. Su sueldo se ajustará a su perfil y estará lejos de las cantidades que cobra Prado. Cobrará más que la media de los consejeros -en torno a 300.000 euros anuales-, pero se quedará muy lejos de las cantidades de su antecesor. 

Endesa pagó a Borja Prado el año pasado una retribución total de 3,61 millones de euros (3,07 millones en metálico en concepto de sueldo fijo y variable; 281.000 por su plan de ahorro más otros 252.000 euros en especie), según recoge el Informe de Remuneraciones de Consejeros remitido por la eléctrica a la CNMV. Su finiquito superará los 13 millones.

La tarea de Bogas, además colocar a Endesa en la posición más favorable ante los cambios en el sector, será asegurar a Enel que se mantiene el flujo de dividendos -más moderado, pero importante- que ha convertido a la filial española en una de las cinco empresas del Ibex 35 de mayor rentabilidad por dividendo. 

Bogas tiene que conseguir que el beneficio neto crezca un 7% de media anual en el periodo 2018-2021, hasta alcanzar los 1.800 millones de euros en ese último año.  El plan estratégico de Endesa en vigor prevé el reparto de 4.600 millones de euros en dividendos entre 2019 y 2021 (5.940 millones si se incluyen los dividendos con cargo a 2018). Entre 2015 y 2018, Endesa ha entregado casi 5.000 millones de euros.

Además de designar sucesor de Prado, el consejo de Endesa aprobará la firma del protocolo de cierre de centrales nucleares negociado por el Ministerio de Transición Ecológica y Enresa con las eléctricas. Endesa considera el documento que ya ha sido firmado por Iberdrola y por Naturgy un plan de mínimos, que orienta -no obliga- para iniciar el apagón nuclear en 2027 con Almaraz I (Cáceres) y culminarlo en 2035 con Trillo (Guadalajara).

Pelea con Iberdrola y Naturgy

Endesa ha tenido hasta el final diferencias con sus rivales y socios en el negocio nuclear, Iberdrola y Naturgy. La compañía que aún preside Prado elebora sus cuentas desde 2014 con el criterio de que las centrales en las que participa funcionarán al menos 50 años. Los cálculos de Iberdrola y de Naturgy son a 40 años. El calendario pactado supone que los siete reactores en funcionamiento funcionarán una media de 46 años. 

El impacto del calendario en las cuentas de Endesa será negativo: unos 60 millones año. Pero es el mal menor si se tiene en cuenta que Pedro Sánchez llegó al Gobierno con la idea de cerrar las instalaciones a los 40 años, respaldado por las conclusiones del Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía que presidía la actual ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Tras el pacto, Endesa se ocupará de preparar la clausura de las centrales que controla mayoritariamente: Ascó I (100%), y Ascó II (85%) y Vandellós II (78%), localizadas en Tarragona. Iberdrola, por su parte, podrá pilotar los procesos de Almaraz I y Almaraz II (53%) en Cáceres; Cofrentes (100%) en Valencia y Trillo (48%), en Guadalajara. Todo bajo la supervisión y autorización de la empresa pública Enresa, que gestiona los -escasos- recursos acumulados para los desmantelamientos.

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