La Fundación Unicaja vuelve a acaparar los focos. La entidad ha convocado a sus patronos este jueves para seguir la hoja de ruta anunciada a finales de julio. Una agenda que mira al horizonte hacia un hito inevitable que llegará en octubre y seguirá hasta el final de año: la renovación de seis de sus patronos. Se trata de un punto de máxima importancia, habida cuenta del equilibrio de fuerzas existente ahora mismo en el seno de la fundación. Este juego de poderes dificulta ahora mismo que el nuevo presidente, José Manuel Domínguez, avance en su investigación sobre los consejeros dominicales que le representan el banco andaluz, del que es accionista.
Las fuentes consultadas explican que la rotación de los patronos se debe al protocolo marcado para las entidades fundadoras. Ese factor pone en la diana a miembros afines al nuevo presidente, pero también al antiguo, Braulio Medel, a quien siguen acusando de estar detrás de algunas decisiones que no necesariamente son compartidas por la actual dirección malagueña de Unicaja. Esta sospecha es la que llevó al propio Domínguez a anunciar una investigación para discernir si los consejeros dominicales que la Fundación ha designado en el máximo órgano de gobierno del banco actúan con lealtad. Otras voces señalan que la lealtad es un deber para con la sociedad en la que cada consejero participa y no con la entidad que le ha propuesto para el cargo.
Las salidas no están previstas para este patronato, pero sí para las siguientes reuniones. Las primeras cuatro 'despedidas' deben llegar en octubre y las otras dos durante noviembre y diciembre. Los nombres que están en el disparadero son los de Juan de Dios del Pino, Pedro Fernández Cespedes, José Antonio Fernández, Patrica Cid, Pedro Vílchez y Carmen Espín. Los cuatro primeros representan al bando bautizado hace meses como rebelde, por su oposición a Medel y su activismo para que dejase la presidencia; Vílchez y Espín, no obstante, son dos figuras cercanas al PSOE andaluz y al antiguo presidente.
El equilibrio de fuerzas ha sido fundamental hasta el momento en la Fundación Unicaja. Medel sacó adelante gracias a sus afines decisiones de vital importancia, como su continuidad en la presidencia mientras se le investigaba por orden del protectorado de Fundaciones Bancaria (Ministerio de Economía), que puso en duda su idoneidad para el cargo. Este proceso lo pilotó el despacho Baker & McKenzie, que finalmente no abordó la figura de Medel, sino un análisis global de la gobernanza de la fundación en los últimos años.
José Manuel Domínguez ha encontrado oposición en la Fundación Unicaja tras suceder a Braulio Medel
Ahora, pese a la salida de Medel en plena crisis de gobernanza, la tensión no ha desaparecido. Uno de los episodios que lo acredita es el desplante que vivió Domínguez por parte de ocho miembros del patronato, quienes se ausentaron en una reunión clave, en la que se iba a proponer al presidente de la comisión de nombramientos de Unicaja Banco. A este desencuentro le siguió otro apenas unos días después, cuando se votó el nombramiento de Emilio Alba como nuevo patrono de la fundación. Pese a su perfil de experto de reconocido prestigio, Alba no obtuvo el respaldo de todos los miembros, lo que evidenció de nuevo una clara división y dos bandos enfrentados.
El consejo de Unicaja, a la espera
De la composición final de la fundación dependerá la de Unicaja y su consejo de administración. El banco tiene cuatro dominicales que representan a su máximo accionista, pero han sido señalados porque no están plenamente alineados al servicio de los intereses de la Fundación. Las dudas han terminado convirtiendo algunas decisiones del consejo en auténticas pruebas de fuego. La última fue la votación de Maite Costa como nueva consejera independiente del banco, en sustitución del empresario mexicano Ernesto Tinajero, proveniente de Liberbank.
En la presentación de la nueva hoja de ruta de la Fundación, Domínguez anunció una nueva investigación sobre estos vocales. Hasta el momento, había probado con otras medidas para corregir su comportamiento, como la celebración de reuniones de coordinación entre estos consejeros y sus patronos, algo que no estuvo exento de polémica y llevó a los implicados a pedir amparo jurídico para seguir celebrando este tipo de sesiones.
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